lunes, 24 de junio de 2013

LUCHANDO POR EL CONTROL DE LOS ESPACIOS LOCALES

Por: Percy J. Paredes Villarreal

El primer gobierno aprista, comandado por Alan Garcia Peréz, trajo graves consecuencias para el país, como fueron: la hiperinflación, corrupción, terrorismo; frente a esta situación, y siendo un pretexto, el gobernante que continuo a la nefasta gestión del aprismo, Alberto Fujimori,  aprovecho este descontento para iniciar la implementación de las políticas neoliberales que hasta la fecha se siguen manteniendo.

Para implementar estas medidas Fujimori conto,  con el apoyo y respaldo de: 1) los Organismos Financieros Internacionales, 2) los militares, 3) la iglesia católica; y por último, tuvo respaldo del sector empresarial. Por lo tanto, a partir de la implementación de las políticas neoliberales, Fujimori comenzó a incorporar a representantes del sector empresarial en los principales  ministerios y en comisiones de Reforma del Estado.
De esa manera, pudo congraciarse y acercarse al sector empresarial, y este a su vez empezó a tener el control y poder en las decisiones que vaya en beneficio de los empresarios. Es decir, hubo un cogobierno entre el sector político y los empresarios; ya que, estos últimos eran los encargados de diseñar las políticas de Estado y su respectiva implementación durante el decenio de Fujimori.

En los gobiernos que continuaron a Fujimori, como lo fueron el de Toledo, García y en este último gobierno de Humala, la presencia del empresariado y sus representantes dentro del gobierno nacionales es predominante; aparte de contar con personal de su entera confianza, también son ellos  los que diseñan y ejecutan las políticas de gobierno; y si el gobernante quiere hacer algún tipo de cambios o hace un determinado comentario contrario a lo que se viene haciendo, y  que vaya en perjuicio de los intereses empresariales, sencillamente estos últimos salen a los medios de comunicación a oponerse, cuestionando la iniciativa, lo cual hacen retroceder al gobernante; por lo tanto, el gobernante tiene que cambiar su discurso.
A estos tipos de acciones, algunos politólogos lo denominan un gobierno con timón automático, donde no tienen nada que cambiar ni innovar; es decir continuar con el modelo neoliberal imperante de estos últimos 23 años.

Del mismo modo, a esta características también se le denomina, alianza entre Estado y Empresarios, cogobierno; pero lo que, podemos decir es que existe un secuestro del empresariado hacia el Estado, tal como lo tipifica Francisco Durant, quién afirma que el empresariado es el que decide y conduce el Estado y el gobierno central.

Francisco Durand en un ensayo relacionado al Debate sobre “la captura del Estado Peruano”, nos describe lo siguiente: “… La captura del Estado empieza con la introducción de políticas neoliberales en 1990. Esta es una variable contextual clave. El neoliberalismo fortalece el ambiente en el que la captura del Estado emerge: facilita el crecimiento del sector privado y dentro de este, de corporaciones nacionales y multinacionales, mientras que reduce los poderes estatales, abriendo los aparatos encargados de la toma de decisión a la influencia del sector privado, al mismo tiempo que dispersa y le dificulta actuar a la sociedad civil. Las políticas para disminuir  el rol regulador  del Estado, reducir el personal, privatizar, abrir los mercados y desregular, hacen que el Estado sea un blanco mucho más fácil para los “capturadores corporativos”. En nuestra visión, la captura del Estado florece bajo el neoliberalismo y allana el camino hacia la extrema concentración del poder económico (una de las variables independiente clave), proceso que se introduce sin mayor debate y que se refuerza con el autoritarismo. El objetivo de las corporaciones es el Ejecutivo, limitándose a esa esfera de influencia en condiciones autoritarias, pero luego, con el retorno de la democracia, recurren a otros instrumentos, como la financiación de campañas y el lobby, para lograr darle continuidad a la captura del Estado.

La meta principal de los actores económicos más poderosos es tener una influencia directa y permanente en áreas claves del gobierno que tienen que ver con los asuntos económicos. Hacen esto con el fin de generar políticas, prevenir cambios, monitorear su implementación y defender derechos adquiridos.

La captura del Estado es más una cuestión de acceso que de influencia. Se ejerce principal pero no únicamente a partir de una presencia directa en áreas claves. La captura del Estado se vuelve una realidad debido a la habilidad de los privados para colocar a los creadores de políticas y, visto en el mediano plazo, en el uso de la “puerta giratoria”, entre el sector público y el privado” (Durand, 2012:24 – 25).

Este es el escenario vigente, dentro del ámbito nacional. Pero también, podemos notar, que este acontecer nacional está comenzando a expresarse en los espacios locales, donde los territorios con presencia de empresas grandes como mineras, agroindustriales, pesqueras y agrícolas, están comenzando a organizar a la población a través de sus propios representantes para que de esa manera puedan llegar a tener el control de los gobiernos locales; de esa manera aprovecharse para obtener muchos beneficios y ventajas.

Es decir, para el empresario no le interesa las políticas públicas en los espacios locales, ni tampoco la calidad de vida, mucho menos el desarrollo local o territorial; lo que les interesa es tener el control político en los espacios locales, para de esa manera poder ampliar su poder económico; y a la vez, exoneraciones de una serie impuestos.

Existen muchas experiencias donde los gobiernos locales están en manos de las grandes empresas, y que a partir de allí, pueden obtener una serie de exoneraciones, ventajas y beneficios, de preferencia en su expansión territorial violentando los espacios públicos; para de esa manera, no tener que recibir multas o sanciones por ejemplo.

Este proceso electoral municipal que se nos avecina, va a permitir tener una visión clara de aquellos candidatos que pertenecen, representan y son financiados por las grandes empresas; y otros que representan al pueblo en su conjunto, a los sectores que desean construir un desarrollo basado en la defensa del medio ambiente y de la ecología.

Por lo tanto, vamos a encontrar alcaldes electos serviles a los intereses de las empresas grandes que en todo momento lo que buscan es expandirse; convirtiéndose en títeres, y hacer lo que los dueños de las empresas les indique lo que tienen que hacer.

Es por ello, que las grandes empresas ubicadas en territorios locales alejados de las ciudades importantes; en estos momentos también están comenzando a organizarse y jugar su propio proceso electoral. Ya que, al ganar su representante puede tener muchas facilidades y ventajas, en comparación con un gobierno que no es cercano a sus propios intereses, que en todo momento van a generar una lucha frontal contra los abusos que realizan y la contaminación ambiental que generan.

He allí el gran reto que tiene la población y las fuerzas progresistas,  para evitar que no exista un gobierno municipal que  represente a los intereses del gran  capital; porque estos estarían acumulando mucho poder como es el económico y el político, de esa manera obtener beneficios que van  en contra de la población.

Eso significa que la lucha electoral ha comenzado donde la confrontación estará en aquellas agrupaciones con sus candidatos que defienden los intereses de los empresarios; y los que, quieren construir un desarrollo local tomando en cuenta la calidad de vida y la defensa del medio ambiente.