HASTA LA VICTORIA, SIEMPRE. CAMARADA FELFE CERNA
Por: Percy J. Paredes Villarreal
El día viernes 11 de octubre siendo aproximadamente las 8:13 de la mañana, conversando virtualmente con un amigo, me dio la desagradable noticia del fallecimiento de un compañero con quién nos iniciamos en la vida partidaria aproximadamente a la edad de los 20 años, a fines de los 80 del siglo pasado. Posteriormente, otro amigo me remite un mensaje sobre lo mismo; ha sido un pesar para mi generación la extinción de este compañero, por lo influyente que fue, en nuestra generación; en el campo académico, profesional y político.
Felfe Igor Cerna Lujan compañero que ya no está con nosotros, para muchos de nuestra generación fue un gran profesional, académico, intelectual, y que en estos últimos años había comenzado a desarrollar una teoría importante en la educación; a la vez, estaba luchando contra una enfermedad que lo había atacado tras haber estado en UCI en tres ocasiones a raíz del COVID-19.
En el momento en que recibí la noticia, no podía creerlo, porque en dos ocasiones anteriores fui a visitarlo al domicilio de sus padres, con quién pudimos conversar sobre muchos temas de política, de la izquierda, de la educación, de lo que hicimos en nuestra época en la década de los 80 y 90. A veces recordábamos anécdotas, etc. Posteriormente me comunicaba por mensajes a través de WS.
Para mi generación, considero que fue uno de los compañeros más lúcido que tuvo la Facultad de Educación en la década de los 80 y 90 del siglo pasado ya que fue su segunda carrera profesional; la primera fue las Ciencias Físicas. En educación estudio en ciencias naturales, como se le denominaba antes. En ambas facultades fue un líder innato.
Aún recuerdo cuando nos encontrábamos y nos reuníamos, siempre nos fastidiábamos porque el me decía proletario, ya que yo era del valle Chicama, y trabajaba en el campo; mientras que el provenía de la clase media y era inmigrante. A pesar de la diferencia socioeconómica y étnicas, había una gran amistad, que nos permitió reencontrarnos en la universidad donde iniciamos una serie de acciones académicas e intelectual.
En la década de los noventa del siglo pasado, Felfe Igor Cerna Luja, ya estudiaba educación y comenzó a forjar el CECNA (Centro de Estudiantes de Ciencias Naturales), era un espacio de dialogo, de concertación, de estudio, innovación y prácticas, porque comenzaban a realizar acciones que permitiera fortalecer la formación de los futuros docentes en esta rama. En dicho tiempo iniciaron el proyecto de los famosos “Biohuertos”, conjuntamente con otros compañeros de estudios.
Asimismo, con la orientación y asesoramiento del profesor Hugo Sánchez Peláez, diseñaron y desarrollaron toda una experiencia educativa que posteriormente fue sistematizado por el profesor Alberto Moya Obeso, convirtiéndose en una innovación educativa importante para el docente liberteño.
Luego vinieron los concursos regionales con “hojas resecadas”, donde invitaban a los alumnos de los colegios a elaborar imágenes y símbolos, haciendo uso de hojas de los arboles; de esa manera se avanzó en la creación de lo que posteriormente se le denomino concurso de ciencia y tecnología. donde también los chicos de esta especialización comenzaron a brindar asistencia y acompañamiento a los alumnos de secundaria de la diversas Instituciones Educativas tanto privada como pública.
Lugo vino el reto más importante en nuestra generación, como fueron los “Seminarios Educativos Región La Libertad”, denominados SERELL; fue un espacio para dialogar, debatir, intercambiar experiencias, y levantar propuestas educativas para la región, desde las iniciativas de los propios docentes de aula. Esta actividad se realizaba anualmente, y era la primera semana del mes de marzo.
Esta experiencia lo inicio el circulo de estudios “José Carlos Mariátegui” en el Instituto Superior pedagógico “Indoamericana” en el año de 1992, con el apoyo del SUTELL; y luego pasó a ser organizado por los estudiantes de la facultad de educación a través del CECNA, Circulo de estudiantes de Matemáticas “ALEPH”, Circulo de estudiantes de Historia, Circulo de estudiantes de Lengua y Literatura, Circulo de estudiante de Idiomas y el CIJMA (Circulo Estudiantil “José María Arguedas”) en el cual pertenecí.
Estos círculos estudiantiles fueron espacios de estudio y de innovación académica y científica; ya que, nuestro único fin tenía que ver con el fortalecimiento de las capacidades y competencias de los educandos, que nos permitiera al egresar de los claustros universitario tener claridad en el conocimiento metodológico, curricular y a la vez generar innovación en las aulas de los colegios, que en muchos de los casos se mantenía una educación tradicional, vertical y autoritaria, como también bancaria tal como lo denominaba Paulo Freiler, el padre de la “Pedagogía del oprimido”.
En aquellos tiempos, la educación popular se encontraba en un debate importante donde se planteaba mantenerse en los espacios comunitarios o también incorporar esta pedagogía dentro de las aulas, recogiendo las teorías de Piaget, Vygotsky, Gargne, entre otros pensadores de la educación. Que luego dieron lugar a lo que se le denomino la teoría del “Constructivismo”.
Debemos manifestar que Felfe fue uno de los iniciadores de estos proyectos, que fueron sostenible a corto y mediano plazo; ya que, particularmente en los Seminarios Regionales de Educación, tuvo un periodo de 12 eventos, donde cada año era un tema diferente, y se recogía una rica información empírica y experiencia en educación, que realizaban los docentes de diversos lugares de la región.
De esa manera pudimos recopilar esa información, que nos faltó sistematizar y publicarlos. Y que sirviera como insumo para que la región de educación comenzara a diseñar un modelo educativo de acuerdo a nuestra realidad, recogiendo el uso de los medios y materiales, técnicas de aprendizaje, utilización de tecnologías educativas y metodologías de enseñanza aprendizaje de acuerdo a la realidad local; que realizaban los docentes provenientes de los diferentes rincones de La Libertad. Lastimosamente, ni el SUTELL ni la DIRELL, de aquellos tiempos mostraban interés por una mejora continua de la educación en La Libertad; mucho menos generaban debate sobre la educación que la región necesitaba.
El SERELL se articulaba con ponentes nacionales que llegaba a participar en estos eventos. El evento era de una semana (mañana y tarde), ponencias magistrales y talleres; la asistencia a cada evento superaba los 300 participantes. Era organizado por los estudiantes de los diversos Circulo de Estudios de la Facultad de Educación, que bajo el liderazgo de Felfe, se conformaban equipos de trabajo para organizar el evento.
A inicios del presente siglo, tanto Felfe como mi persona egresamos de la universidad, nos fuimos por caminos diferentes, nos desvinculamos y perdimos contacto. Él se acentuó como docente en Trujillo, se inició en el colegio “Perpetuo Socorro” luego en la Universidad Privada del Norte (UPN) en el área de investigación y yo me dediqué a la gestión pública local y a la vez hacer lo que más me gusta etnografía y antropología, fuera de la capital de la primavera.
Posteriormente concursé para una beca, y me fui a estudiar al extranjero, a mi retorno volvimos a encontrarnos, me comento que estaba como coordinador del área de investigación en la UPN; a veces nos encontrábamos por Trujillo y conversábamos rápidamente, luego algunos amigos me comentaron sobre la salud de Felfe que se había deteriorado tras contraer el COVID-19, me comuniqué con él y pude ir a visitarlo, cuando venía de vacaciones a Trujillo.
Felfe, era un personaje muy especial, tenía una convicción muy fuerte y seguro en sus opiniones, también era coherente con sus ideales y su práctica; era una persona exigente y también se exigía; lo más importante, seguía estudiando, nunca dejaba de leer o investigar; además nunca demostraba debilidad, ni tampoco era ajeno a los problemas sociales, por el contrario, era un luchador social desde la universidad.
Supo articular la dialéctica a la educación, mediante actividades prácticas, fue muy didáctico en la transmisión de conocimiento. En la universidad también mantenía esa concepción; fue muy riguroso en sus análisis.
Puedo seguir describiendo muchas cualidades que el tenía, fue un ejemplo para su familia, para sus alumnos, y para los que lo conocimos. Solamente, me queda decirte “Descansa en Paz, camarada Felfe Igor Cerna Luján”, “Hasta la Victoria, Siempre”.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio