domingo, 10 de marzo de 2024

LA REVOLUCIÓN SILENCIOSA EN TRUJILLO

 

Por: Percy J. Paredes Villarreal

Los territorios son espacios físicos de convivencia entre la naturaleza con el ser humano; dentro de estas se constituyen instituciones públicas y privadas, organizaciones sociales, y generan una serie de relaciones sociales, culturales, educativas, políticas, económicas, etc.; que van evolucionando buscando su desarrollo, crecimiento, bienestar, estabilidad, y bien común.

Las instituciones, que se encuentran inmerso en los territorios, orientan su crecimiento haciendo uso o abuso, de los recursos naturales para beneficiar a un sector o grupo de poder en desmedro de otros. Para lo cual, diseñan e implementan políticas de desarrollo para tal fin; estas pueden ser de manera democrática, autoritaria o vertical, sin recoger ni respetar las opiniones de los afectados.

A la vez, los ciudadanos y familias que integran los territorios se adecuan a las normas, leyes, etc.; actuando dentro de ese marco legal. Otros se oponen y van creando sus propias leyes y normas dentro de la ilegalidad, que en cierta forma son capaces de predominar sobre lo institucional o legal.

Del mismo modo, las instituciones llegan a ser sólidas y brindan protección social a la ciudadanía; pero hay momentos que se van debilitando, generando instituciones fallidas y también ingobernabilidad. Del mismo modo sucede en el aspecto económico donde podemos notar la existencia de: a) Economía formal, b) Economía informal, y c) Economía ilegal; dentro de un determinado territorio.

Las instituciones que se encuentran inmersos en las sociedades buscan realizar cambios dentro del territorio, en algunas ocasiones encuentran obstáculos y generan conflictos de intereses, tanto político como económico. Dentro de este aspecto encontramos, lo siguiente: a) grupos que apuestan por el cambio mientras que otros quieren mantener sus beneficios y privilegios, su status, prestigio, y se oponen a la transformación; b) otros grupos apuestan por la modernización, incorporando algunos patrones tradicionales, costumbres, etc., generando sincretismo, diversidad cultural, multiculturalismo o interculturalidad; y c) en otros casos vemos que estos grupos imponen sus normas a como dé lugar, sobre los demás.

Teniendo claro estos antecedentes teóricos, en esta oportunidad me voy a permitir describir tres elementos importantes que está permitiendo cambiar la situación sociocultural, política y económica de la ciudad de Trujillo; la cual ha pasado por diversas etapas denominándosele: la ciudad de la aristocracia, de la oligarquía, de la invasión sociocultural y la creación del mestizaje cultural, del predominio del mundo andino y la choledad, para pasar a convertirse en una sociedad eminentemente intercultural, que han sido construido por los sectores populares.

LA MIGRACION PERMANENTE Y LA NUEVA CARA TRUJILLANA:

En estos últimos años, podemos afirmar que la “Capital de la Marinera”, ha dejado de ser una ciudad para convertirse en una megaciudad que supera el millón de habitantes, cuyos distritos que lo rodean lo superan poblacionalmente. Mediante el cual, encontramos una sociedad eminentemente multicultural, con predominio de ciudadanos mestizos e indígenas o andinos, con una clase política influenciada por la occidentalización, la modernización y la corrupción; basado en una relación económica de reciprocidad, intercambio, practicas andinas, reflejadas en las relaciones parentales; concentrado en las actividades terciarias de servicios.

Podemos sintetizar que la diversidad cultural trujillana, se ha ido acentuando a lo largo del siglo pasado y el presente, dividiéndose en cinco etapas: a) En los inicios del siglo XX, a través de la expulsión de los trabajadores, dirigentes y luchadores sociales y sindicales del valle Chicama; b) Entre los años 40 al 60 del siglo pasado, con la migración de los hijos de los empleados de las ex haciendas que llegaron a estudiar en la UNT y en los colegios emblemáticos de Trujillo, constituyéndose la clase media; c) Con la Reforma Agraria implementada por el Gobierno Militar de “Juan Velasco Alvarado”, entregando las tierras a los trabajadores, acabando con el servilismo y el gamonalismo, universalizando las políticas sociales (1965 – 1979); d) La etapa del terrorismo y la guerra sucia, implicando el desplazamiento de muchas familias afectadas por este flagelo, a la ciudad de Trujillo (1980 – 1990); y e) La implementación del neoliberalismo y la liberalización de la economía y la educación (1990 ….).

PRIMERA ETAPA

El proceso migratorio en Trujillo, se inicia en las primeras dos décadas del siglo pasado, donde braceros y/o trabajadores de las ex haciendas, que, al ser expulsados por motivos políticos, sindicales, comenzaron a migrar a la ciudad para ubicarse en los perímetros de este lugar, que era considerado como un espacio de descanso, para los criollos, oligarcas y aristocracia trujillana. De esa manera comenzaron a conformar los cinturones de miseria; al cual luego se le denomino “Pueblos jóvenes”, posteriormente se les llamo “Asentamientos Humanos”, asimismo recibió el apelativo de “Barriadas” y ahora se les asigna el nombre de “Ciudades emergentes”.

En esta etapa la presencia política estaba concentrada en la oligarquía y la Aristocracia trujillana, quien tenía el control de la ciudad; del mismo modo, aparece el grupo de intelectuales y académicos como Cesar A. Vallejos, Antenor Orrego, Víctor Raúl Haya de la Torre; pero a la vez, líderes sindicales como Joaquín Díaz Ahumada, entre otros.

Del mismo modo, se dan inicio a los levantamientos políticos contra el Presidente Sánchez Cerro, al cual se le denomino la “Revolución de 1932” comandado por el líder aprista Búfalo” Barreto, trayendo graves consecuencia represivas para la población, y la clase trabajadora azucarera, particularmente.

La ciudad era gobernada por representantes de las familias criollas, aristocráticas y oligárquicas; que se preocupaban por el ornato y la belleza física de la ciudad. Trujillo, en aquellos tiempos era una ciudad cerrada debido a los muros que cubrían el perímetro de la ciudad; difícilmente podían pasar cualquier persona que no era de la plebe, salvo dejar cosas alimenticias para las familias.

SEGUNDA ETAPA:

Posteriormente, los empleados de las ex haciendas, tanto de la costa como del ande, fueron los que reemplazaron a esta casta sociopolítica y económica; trasladando a sus hijos que ingresaban a la única universidad que existía, para seguir estudios superiores. Al mismo tiempo, los europeos, que llegaron a este país, gracias a las bondades que les dio Simón Bolívar; también comenzaron a poblar la ciudad; de esa manera encontramos la división social y cultural de Trujillo, entre los descendientes de los criollos del siglo pasado y la clase trabajadora que vivía en los alrededores o perímetros de la ciudad. Allí encontrábamos a indios, mestizos, negros, chinos, etc.

Un aspecto importante que debemos resaltar en este periodo es el abastecimiento que realizaba la comunidad de moche, en alimentación a las familias trujillanas. Donde la leche de vaca, los tubérculos que proveía esta comunidad, que en un determinado momento fue endógeno y endogámico, producía brindándoles a la nobleza de este lugar; el Trujillo aristocrático comenzaba a ser reemplazado por la clase media, descendientes de los hijos de los hacendados que comenzaban a ingresar a una etapa de crisis económico, que todavía mantenía el control político y económico.

Mientras tanto, el gobierno local, que en aquella etapa se le denominaba municipalidad por la función administrativa que realizaban estaba en manos de esta clase social aristocrática; cuyos empleados también eran del mismo nivel educativo, económico y cultural. Esto debido a que hasta antes de la década de los 60 del siglo pasado, las autoridades eran puesto a “dedo”, es decir no había elecciones para elegir a los representantes de la comuna. Posteriormente a ello, se da inicio a un proceso electoral para elegir a los alcaldes y regidores, que recibían una dieta.

Al finalizar esta etapa, insurge movimientos políticos de izquierda, que eran influenciado por las revoluciones de China y Cuba, donde algunos lideres apristas comienzan a alejarse de la social democracia, para pasar a construir la nueva izquierda, como lo fue “Luis de la Puente Uceda”, y “Fernández Gasco”, convirtiéndose en el “Apra Rebelde”, incorporándose a las guerrillas de 1965, siendo aplastada rápidamente por las fuerzas del orden.

TERCERA ETAPA:

Este proceso de democratización del Estado y la sociedad, se trunca con el “Golpe de Estado”, contra el Arquitecto Fernando Belaunde Terry, por parte del General Juan Velasco Alvarado, que rompe con el sistema feudal predominantemente capitalista, con el servilismo existente en ese momento; trayendo como consecuencia la universalización de la educación, la salud, el éxodo migratorio del campo a la ciudad, de muchas  familias provenientes del ande liberteño, llevando a un proceso de popularización de las ciudades.

En la ciudad de Trujillo, se genera una masificación sociocultural, donde se produce un proceso de aculturamiento, en el sentido de que los migrantes comienzan a adecuarse a la nueva realidad en que se asientan; y donde la discriminación y el racismo se convierte en una expresión de desigualdad y exclusión social, política y económica.

Un factor importante para el crecimiento y desarrollo económico de este lugar, fue la declaración de “Polo de Desarrollo”, creándose el parque Industrial ubicado en las afueras de la Esperanza con dirección al norte; que aglutina a muchos hombres, preferentemente migrantes, que acceden a laborar en las diversas empresas industriales. De esa manera, esta ciudad se convierte en un atractivo económico y laboral, pasando a generar estabilidad familiar de preferencia en las migrantes.

A la vez, se comienzan a fortalecer las organizaciones sociales y comunales, para luchar por reivindicaciones habitacionales como: agua, desagüe, electrificación; que la municipalidad y las instituciones públicas los ninguneaba. De allí nacen las grandes movilizaciones de los que en aquel tiempo se les denominaba “Asentamientos Humanos”. Gracias a ellas se comienzan a expandir estos territorios, formándose redes y tejidos sociales comunitarios, logrando por ello muchas reivindicaciones sociales, como: a) Creación de los distritos, b) Necesidades Básicas Satisfechas, c) Desarrollo Comunitario y fortalecimiento de las Organizaciones Sociales y Comunales, d) Expansión territorial, e) Ordenamiento Territorial.

Las instituciones públicas, seguían bajo la conducción de los herederos de la aristocracia trujillana; y los cargos eran asignados a “dedo”, cuyos nombramientos provenían de la capital del país la designación de las autoridades locales.

CUARTA ETAPA

Tras el retorno de la democracia, nuevamente se da inicio a la democratización del Estado, convocándose a elecciones generales y posteriormente municipales. Donde el aprismo, es el que recupera su presencia política en las comunas, reemplazando a los descendientes de la aristocracia trujillana; del mismo sucedió con el aprismo, que nació como un partido de lucha reivindicativa, contra la explotación, y en defensa de los trabajadores. Pasó a convertirse en una elite, una aristocracia política, que nunca implemento, ni tampoco desarrollo un modelo de crecimiento territorial. Solamente se abocó a administrar la municipalidad y a colocar a su gente, que, sin experiencia, ni educación, mucho menos conocimiento sobre gestión municipal, se dedicó a administrar el territorio.

En esta etapa la migración del campo a la ciudad fue permanente, debido al flagelo violento que se vivió no tan solo en el sur del país, también en la región, donde la presencia de grupos terroristas de SL y MRTA, se habían asentado en los distritos de las que ahora son las provincias de Sánchez Carrión, Santiago de Chuco, Julcán, Otuzco. El estar entre ambos fuegos, muchas autoridades fueron asesinadas por los terroristas, como también por la policía y las fuerzas armadas, conllevando a un proceso migratorio de muchas familias, durante estas décadas.

En esta etapa, la población migrante comenzó a incorporarse a los partidos tradicionales tanto de derecha como de izquierda, con la finalidad de tener reconocimiento, status, oportunidades laborales; de esa manera, ir ascendiendo dentro del sector público. Particularmente, la incorporación masiva en la docencia de pregrado, al cual se le denomino profesores de tercera, que tenía la oportunidad de ir a las zonas andinas para poder trabajar por un determinado tiempo y luego retornar a la ciudad fue una estrategia muy valiosa para los mestizos.

QUINTA ETAPA:

En esta etapa, se implementa el neoliberalismo, que acaba con el modelo asociativo, se liberaliza la economía y también se universaliza la educación, creándose universidades privadas, abriendo oportunidades para que lleguen jóvenes de diferentes lugares del norte del país. Y se instalen, posteriormente formen sus familias.

Tras dos décadas de predominio local, del 80 al 2006 del siglo pasado e inicios del presente, el cacicazgo aprista es desplazado de la municipalidad trujillana, por un representante de los migrantes, que cautivo a los emergentes que ya comenzaban a tener el poder económico, y les faltaba el político, para que de esa manera puedan controlar la ciudad de “Eterna Primavera”.

El triunfo de Acuña, genero un conflicto sociocultural y político entre los apepistas y  apristas, que se habían convertido en dueños y amos de los gobiernos locales en la provincia; generando una discriminación en los diversos aspectos sociales, culturales, políticos, económicos, educativos, deportivos, etc.

El gobierno local en manos de los “acuñistas” implico una férrea oposición de los trabajadores apristas al nuevo gobierno, que con el transcurrir de los días, meses y años, le permitió convivir entre castas de ambos grupos políticos, que comenzaron a dividirse el control de los sectores, direcciones, secciones, etc.

El periodo de gobierno de Acuña, genero grandes saltos cuantitativos, modernizando la ciudad de Trujillo, que en comparación a otras regiones se encontraba muy atrasado. Este proceso permitió un crecimiento económico en las actividades terciarias; y a la vez implico un auge de la informalidad; conviviendo lo moderno con lo tradicional, entre lo formal y lo informal, en las actividades preferentemente de servicios.

Mientras que, en el aspecto sociocultural, la ciudad comenzó a diversificarse incorporándose manifestaciones y expresiones culturales preferentemente andinas, de las diversas familias provenientes de diferentes lugares de la región norte y del país, resaltando su sincretismo religioso, costumbres y tradiciones ancestrales; que no se extinguieron, por el contrario se fueron adecuando a los cambios socioculturales, mediante el proceso  endocultural.

Esta etapa al cual lo denomine “De Invasores a Conquistadores de Trujillo”, permitió pasar de una fase denominado culturalmente la “choledad trujillana” y el “Achoramiento”, hacia otro que se le denomina la diversidad cultural y el multiculturalismo trujillano donde “El que no tiene de Inga, tiene Mandinga”, o como lo denomina Vargas Llosa “Sociedad Huachafa”. Esto se debió a que la migración andina, particularmente, comenzó a construir sus nuevos códigos, patrones culturales, trasladar sus costumbres, etc., adecuándolo a la realidad de su territorio a través de los sistemas y estructuras de organización comunal, que provenía de la etapa anterior.

Estos cambios importantes en la ciudad han configurado una serie de caos, cuyas autoridades no han previsto ni tampoco han sido capaz de orientar el rumbo. Actualmente, en esta ciudad, predomina por un lado lo formal y legal, y por otro lado el caos, el desorden, la informalidad y en estos últimos tiempos está apareciendo con mucha fuerza la economía ilegal o también lo que se le denomina la economía del crimen organizado.

La pugna entre ambos partidos políticos por el control del gobierno local que ahora cuenta con recursos, donde ambos grupos representan a lo tradicional con lo pragmático y el clientelismo; genero el ingreso de otros actores políticos: El primero, fue Elidio Espinoza, un migrante “Chepenano”, que se convirtió en una esperanza para la ciudad, intento hacer algunos cambios, pero no lo consiguió, se tuvo que adecuar a las decisiones de los grupos de poder que manejaban la institución actuando como “Piloto Automático”.    

Ese mal gobierno, permitio que los acuñistas retomaran el poder local; por un corto periodo, ya que las denuncias por corrupción a las autoridades ediles, y los conflictos de intereses de las autoridades (alcalde y regidores), implicó vacancia y cuestionamiento.

¿PODEMOS HABLAR DE UNA NUEVA ETAPA?

Mientras tanto, la ciudadanía buscaba un nuevo líder, que ninguno de los partidos políticos tradicionales y predominantes en el escenario trujillano, les podía brindar. Por lo que aparece un Off sider, que estuvo en el gobierno local de Moche, descendiente de familias tradicionales, y que en su gestión en dicho distrito fue confrontacional contra los grupos de poder dentro de la municipalidad, y a la vez genero desarrollo económico local.

Podemos decir que este personaje autócrata, antidemocrático, autoritario, que practica la contrapolítica tradicional y formal; basado en un pragmatismo criollo. Que no cree en la formalidad, ni en el respeto a sus funcionarios, servidores, ni regidores, mucho menos a las autoridades regionales con quien en todo momento se pelea. No es un experto en planificación, ni tampoco un político tradicional, mucho menos un personaje con un discurso elocuente, por el contrario, es un mamarracho, pero tiene cientos de seguidores que lo apoya.

Su fortaleza es su honestidad, transparencia y revalora su cultura ancestral, colocando varias esculturas en la plaza de armas, también fue contestario con la cultura criolla, incorporó en la plaza de armas a los artesanos; es decir darles el espacio público a los sectores excluidos. Y donde las autoridades tradicionales y plebeyas, proveniente y descendiente de los mestizos y migrantes, pero que ahora son representantes del nuevo colonialismo, vienen asumiendo posiciones y pensamiento criollo, han logrado sacarlo del gobierno local.

Esta nueva autoridad está buscando romper con una serie de castas y grupos de poder, dentro del gobierno local; que vendrían a ser las “Vacas sagradas”, los intocables. Del mismo modo, su conflicto permanente con los medios de comunicación, ha implicado que todos los sectores públicos lo vean como un personaje indeseable. (Continuara…)

 

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