LA ANTROPOLOGIA EN EL NORTE DEL PERÚ (PRIMERA PARTE)
Por: Percy J.
Paredes Villarreal
Como lo
mencioné en el artículo de opinión anterior, tras la conversación con el colega
Carlos Montalván y el Profesor José Elías Minaya, en un cafetín el día 13 de
mayo del presente año; me propuse retomar el estudio de la antropología en el
norte del país, que es un primer acercamiento a este tema.
En un inicio priorice
el tema de la presencia de la antropología indigenista, centrándome en algunos
precursores o colegas que se hayan identificado con esta corriente de
pensamiento antropológico. Asimismo, con algunos estudios o investigaciones que
se han realizado dentro de este marco.
El
indigenismo en el norte peruano se ha desarrollado más en el aspecto literario
y en la pintura, con: Vallejos y Ciro Alegría particularmente en lo primero, y
Azabache en lo segundo, respectivamente en la Libertad. Y López Albujar, en la
zona de piurana.
Mientras que,
en la antropología, podríamos mencionar a Humberto Rodríguez Suy Suy[1],
como el que se encargó de rescatar la cultura Moche; pero muchos antropólogos
de aquella época manifiestan que debido a su formación indianista en México, se
aboco a desarrollar esta corriente. A mi parecer, tras el fallecimiento de este
connotado antropólogo, no hubo seguidores o continuadores de esta corriente.
Debemos
mencionar que en las décadas de los 70 a los 80 del siglo pasado, en el país y
en América hubo un gran debate entre la antropología indianista con la
antropología indigenista, donde se consideraban que había cierta similitud,
pero no eran iguales. Posterior a ese debate, fue reemplazado por el enfoque
marxista en la antropología; del mismo modo, a partir de los 90 de ese mismo
siglo, ingresa a una formación más tecnocrática y operativa, quitándole el
nivel analítico y crítico, para convertirlo en una disciplina postmoderna,
sustentado en los metarelatos y la narrativa, recortándole el rigor cientifico.
En esta
oportunidad, centrare el artículo en la parte académica, y de la formación de
antropólogos en el norte peruano, tomando en cuenta la producción científica y
académica existente en la región.
LA INSTITUCIONALIZACIÓN DE LA ANTROPOLOGIA EN EL NORTE PERUANO:
Los inicios
de la antropología en el norte peruano, se da dentro de un contexto político
muy convulsionado, donde el movimiento social y político se va empoderando y creciendo;
a la vez la presencia y predominio de la oligarquía y la dependencia económica al
imperialismo norteamericano, fue muy predominante. Llegando al extremo de oponerse
a corrientes liberales y de izquierda, que en aquel momento comenzaban a surgir.
Estas últimas exigían reformas estructurales en la sociedad particularmente en
el Estado, que era caracterizado por la semicolonialidad.
Las
corrientes antropológicas culturalistas, llevó a que muchos norteamericanos conjuntamente
con peruanos comenzaran a visitarnos y estudiar temas como: antropología
aplicada, movimientos sociales, migraciones, cambios socioculturales,
urbanismo, sistema de haciendas, modernización del Estado, etc.
A partir de
estos antecedentes, de aquellos tiempos, en las pocas universidades públicas
existentes en el país, comienzan a crearse escuelas profesionales en ciencias sociales,
particularmente la antropología, la sociología, economía, educación, etc.
Es importante
mencionar que la antropología en el Perú
nace como etnología denominándosele instituto; siendo el primero en
crearse el Instituto de Antropología en
la Universidad San Antonio de Abad en Cusco en el año de 1945, posteriormente
lo hacen en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (1946) como Instituto
de Etnología teniendo a Luis E. Valcárcel, Raúl Porras Barnechea, Jorge
Basadre, Julio C. Tello, José María Arguedas, José Mattos Mar, Luis Lumbreras,
Julio Cotler, Fernando Fuenzalida, entre otros, como los dignos forjadores de la
ciencias sociales y lo que posteriormente sería la Antropología.
Del mismo modo, En la Universidad Nacional de
Trujillo en el año de 1948, un 12 de enero, se crea el instituto de Etnología,
teniendo como director a Richard Schaedel, que al poco tiempo fue cerrada, debido
al contexto político en que se vivía en aquel tiempo, reabriéndose en el año de
1964 teniendo como director al médico físico Julio Silva Santisteban, Víctor
Rodríguez Suy Suy[2],
Jorge Zevallos Quiñones, Ernest Zierer Bloss, Víctor Julio Urtecho, entre
otros, fueron los encargados de reaperturar esta disciplina científica social.
En los
inicios de los 60 del siglo pasado, la oligarquía en alianza con el APRA,
tuvieron una derrota electoral, donde el triunfo del Arquitecto Fernando
Belaunde Terry, permitió la implementación del modelo desarrollista o también
denominado capitalismo de Estado, que fue recogido de las teorías económicas keynesianas. A la vez,
había mucha demanda de la población en aplicar reformas estructurales que ameritaban
cambios sustanciales; pero el gobierno de Acción Popular, no quería implementar
estos cambios.
Aquella
época, en la Universidad Nacional de Trujillo, se forman los departamentos de
Antropología y Arqueología, donde lo que diferenciaban a los egresados para
obtener el título, era la tesis. Además, en ese tiempo los egresados no
contaban con el bachillerato.
Para la
década de los 70, con la reforma del Estado y agraria, a cargo del gobierno
militar liderado por el General Juan Velasco Alvarado, y posteriormente Morales
Bermúdez en su segunda etapa. La antropología tenía mucha demanda,
particularmente en la implementación de los cambios estructurales en la
agricultura, que implicaban un nuevo tipo de tenencia de la tierra.
Este proceso
permitió el incremento de profesionales en ciencias sociales, específicamente
en antropología, apresurándose oportunidades laborales; mientras tanto, en el
aspecto formativo, la formación antropológica particularmente en el norte
peruano, se concentraba en Trujillo, donde políticamente estaba bajo la
hegemonía del APRA tanto en docentes como alumnados. Esta hegemonía aprista fue
desplazada por la izquierda que llega a quitarle el control estudiantil, logrando
incorporar a la docencia a dos antropólogos egresados de esta “Alma Mater”.
Mientras
tanto la curricula en la formación de los antropólogos, en la década de los 70
comienza a modificarse a partir de la incorporación de cursos con influencias
dialécticas y marxistas, particularmente el “materialismo histórico”.
En la década
de los 80 del siglo pasado, se da el retorno a la democracia y también el
inicio de la violencia política y la guerra sucia donde el surgimiento de
Sendero Luminoso y el MRTA, tuvieron sus bases en las universidades a nivel
nacional; gestándose grandes debates sobre el carácter de la sociedad, las
estrategias, y las acciones. A la vez, la antropología se ve inmersa en estos
acontecimientos; donde algunos estudiantes comenzaron a simpatizar con estos
grupos terroristas, otros eran reclutados y captados. A la vez, las fuerzas
armadas, también intervenían en los claustros universitarios, secuestrando,
violentando a los estudiantes y docentes universitarios.
La formación
de antropólogos en esta década mantenía la estructura curricular con la
diferencia de la incorporación de lo que en un determinado momento se le
denominó la “antropología aplicada” que comenzó a tener una presencia
importante.
Del mismo
modo, fue con los egresados, donde el campo laboral comenzó a restringirse, teniendo
como opción incursionar en la docencia de pre grado. Muchos colegas,
comenzaron a seguir con una segunda especialización.
Asimismo, en
el campo estudiantil universitario el predominio de la izquierda se hacía
sentir en las diferentes movilizaciones y marchas contra los gobiernos centrales de turno como: de “Acción Popular” y posteriormente el “APRA”.
En la década
de los 90, el mundo recibe un revés tras la caída del Socialismo Real liderado
por la Unión Soviética y sus satélites; donde el “Muro de Berlín” viene a ser
la expresión de la debacle; por lo tanto, el capitalismo se convierte en el
gendarme de la única alternativa y modelo de desarrollo. A la vez, se impone un
nuevo modelo de desarrollo sustentado en el neoliberalismo.
Para la
última década del siglo pasado, el triunfo de Fujimori sobre Vargas Llosa,
hacía presagiar que las aplicaciones de las reformas estructurales neoliberales
promovidas por el candidato derrotado no se iban a implementar, lo cual fue
mentira. Porque el electo presidente es el encargado de implementar las
políticas basado en la reducción del Estado, la economía de mercado, y la
privatización de las empresas públicas y los servicios públicos.
Estas
reformas comenzaron a implementarse en los diversos sectores, pero a la vez se
buscaba minimizar la presencia de la formación humanista, dialéctica y critica;
para reemplazarlo por temas basado en el individualismo, pragmatismo, y en el
tecnicismo.
La presencia
y participación de las ciencias sociales en el conocimiento de la realidad
nacional o local, ya no se encontraba en manos de estos, por el contrario, se
fueron incorporando otras disciplinas que poco a poco fueron desplazando a los
encargados de brindar estos conocimientos y estudios de la realidad concreta.
Esto se debió
a los contenidos y al perfil de la formación de los antropólogos que se
encontraban en cierta forma desligado de la realidad, del nuevo contexto pasándose
al otro extremo.
En esta
década se da inicio a una fuerte indiferencia por los problemas sociales, por
lo tanto, ameritaba una nueva reforma curricular, que se vincule a los cambios
socioculturales, políticos, económicos y tecnológicos; del mismo modo al
surgimiento de diversos problemas como: migración, diversidad cultural,
ecología, interculturalidad, genero, violencia, etc. Del mismo modo, asimilar
teorías antropológicas logrando ubicarse dentro de una escuela con teorías.
Aunque muchos
afirman, que en la facultad de ciencias sociales, en la década de los 70 al 80 ha
predominado el marxismo, posteriormente fue el culturalismo norteamericano,
otros hablan de la escuela británica que es la antropología social; del mismo
modo en la década de los 90 del siglo pasado comenzó a influenciar la línea
tecnicista; ahora a mi entender existe una fuerte presencia de la antropología
postmoderna, liderado por Clifford Geertz aparte de los clásicos que se
seguirán leyendo.
PRODUCCION CIENTIFICA EN ANTROPOLOGIA DESDE LA UNT:
Existen estudios sobre la historia de la formación
antropológica en la UNT, enfocándose en diversos aspectos, como: “historia de
la institucionalización de la antropología en la universidad nacional de
Trujillo”, desde sus orígenes hasta los años de 1980, realizado por el
antropólogo Emilio Fernández Salas; posteriormente, en el año de 1998 en la
revista N° 5 de Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias Sociales de esta
Alma Mater, el profesor José Elías Minaya y
Nyler Segura Vásquez presentan el estudio titulado “La formación de
antropólogos sociales y el mercado de trabajo”; al año siguiente, 1999 el
Circulo de investigación “José María Arguedas” de la Escuela Académica de
Antropología Social de la UNT, a través de su revista Identidad Antropológica,
elabora un estudio denominado “Problemas y perspectivas en Ciencias Sociales,
nuestra propuesta en torno a la problemática de la escuela y la facultad”, relacionado
a la implementación del neoliberalismo en las universidades y en particular en
la UNT; luego viene un estudio realizado por el profesor José Elías Minaya, que
presenta un trabajo de investigación titulado “Balance de las investigaciones
antropológicas en la Región Norte”, en el IV Congreso Nacional de Investigación
Antropológica realizado en el año 2005 en la ciudad de Lima. Y por último encontramos a los diseños
curriculares de la facultad de ciencias sociales, en que leemos un poco de
la historia de la facultad en la parte introductoria y que están vinculado al
aspecto de los cursos.
Asimismo,
desde el año de 1989 hasta el 2003, se llegaron a publicar 6 números de la
revista de Ciencias Sociales, promovido por esta facultad; del mismo modo el
Instituto de Investigaciones Sociales de la Facultad de Ciencias Sociales
publica la Revista denominada “Identidad y Sociedad” teniendo un solo número;
posteriormente, aparece la Revista “Nos-Otros” del mismo instituto y de esta
facultad, lanzándose la primera edición en noviembre del 2009 y el último número que fue el 6 en el año 2013; la que ha tenido vigencia
hasta la actualidad es la Revista del Museo de Arqueología. Es importante
mencionar que en estas publicaciones institucionales, encontramos artículos y
ensayos realizado por los docentes de la facultad de Ciencias Sociales.
Desde el
estudiantado, solamente hemos podido recopilar publicaciones entre los años de
1994 a 1997, publicándose 5 números; y luego “Identidad Antropológica” entre
los años 1998 al 2000, con 5 ediciones. A partir del presente siglo, no tengo
conocimiento que se hayan publicado revistas de estudiantes.
Lo que si ha
abundado son las publicaciones escritas por antropólogos, que en su mayoría
tienen relación con un determinado territorio como otros que son muy genéricos.
Podemos mencionar que de los más de 20 publicaciones realizado por el
antropólogo Orlando Velásquez Benites, solamente 5 tienen un contexto
territorial del norte peruano; también debemos mencionara las publicaciones
realizado por el colega Alcibíades Vigo que cuenta en su haber 4 publicaciones;
seguido se encuentra las publicaciones de los colegas Weyder Portocarrero,
Carlos Borrego y Carlos Cassusol que
compilaron y editaron cuatro libros,
donde insertaron artículos de otros investigadores; asimismo, el colega José
Elias Minaya también cuenta con 1 libro y 2 como editor; también el
desaparecido colega José Becerra que publico 3 libros relacionado a la
formación estudiantil; el colega Heyder Escalante con 2 publicaciones aunque
considero que la segunda más que una publicación suya es la compilación de resúmenes
realizado por otros profesionales, pero que tiene un trasfondo de marqueting
publicitario; y por último, está la publicación realizado por el colega Carlos Cassusol.[3]
(Continuara…)
[1] Humberto Rodríguez Suy Suy,
fue profesor de Ciencias Sociales, tuvo una beca para seguir estudios en
antropología en México, asumiendo la teoría antropológica indianista, a su
retorno se aboco a rescatar la cultura moche.
[2] Debemos resaltar la presencia de Humberto
Rodríguez Suy Suy, quien regreso de México tras más de dos años de haberse
especializado en antropología en dicho país, recibiendo la influencia de la
Antropología Indianista, que al retornar se dedica a estudiar la línea Muchick
en el norte peruano.
[3] La cantidad de publicaciones
de los colegas escritos y mencionadas en estos artículos son las que el autor tiene en su poder.
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