CONVERSACIÓN EN UNA CAFETERIA
Por: Percy J.
Paredes Villarreal
Cuando llego
a Trujillo, particularmente, de vacaciones por una semana; siempre me reúno con
algunos colegas para platicar, intercambiar puntos de vistas y conversar sobre
la coyuntura política a nivel regional y nacional; además de nuestra profesión
que nos apasiona.
Después de
más de 7 años pude volver a reunirme con el profesor José Elías Minaya, uno de
los destacados antropólogos que ha desarrollado esta ciencia social en el norte
peruano; creo que he sido uno de los privilegiados de ser su alumno, asistente
de catedra, y acompañarlo en varias salidas de campo cuando era estudiante
universitario, y también después de haber egresado. El cual me pude nutrir de
sus conocimientos, su metodología y su estilo de trabajo; me considero unos de
los colegas más cercanos a él, con quien conversamos temas de antropología y
política, cuando nos encontramos.
En esta
ocasión nos reunimos para ir a tomar un cafecito que nos llevó a estar cerca de
5 horas en una cafetería del centro de la ciudad, platicando sobre la antropología
y su relación con otros temas, que el profesor nos ilustraba con sus
conocimientos y experiencias. Conforme íbamos preguntándole, el con la pasión
que lo caracteriza nos respondía como si estuviera dando una catedra a sus
alumnos.
La reunión
coloquial, se centró en diversos temas, como: La etnohistoria, la
etnolingüística, la arqueología, los padres de la antropología a nivel
internacional, nacional, y regional, también temas como la historia de la
antropología, la antropología indigenista y/o indianista en Trujillo, el
folklore regional. También nos comentó sus inicios en esta ciencia social;
además nos habló, de manera muy escueta, su participación directa en la
implementación de la reforma agraria en esta región.
Del mismo
modo, nos comentó sobre sus proyectos de desarrollo social, como lo fue Virú,
Chao, las Cooperativas Azucareras, entre otros; y el último que fue
multidisciplinario de Chuquizongo.
Considero que
nos faltó más tiempo para seguir dialogando, conversando y preguntándole sobre
otros temas; ya que tuvimos que cortar la reunión por el tiempo transcurrido. Y
porque en la cafetería solamente nos habíamos quedado el profesor Elías Minaya,
Carlos y Yo.
Tras la
plática, nuevamente me reabrió el interés de retomar el tema de la antropología
en el norte del país, que lo había dejado tiempo atrás al no contar con más
insumo o información, además de mis actividades laborales que me absorbe y me
impiden investigar; pero tras la conversación con el profesor Minaya, recogí
muchos insumos para organizar un artículo referido a la antropología en el
norte peruano, que lo voy a dividir en 3 partes posterior a este artículo. El
primero, referido a la institucionalización de la formación antropológica; el
segundo, relacionado al campo profesional de la antropología en la región norte
del país; y el tercero, dentro de un enfoque prospectivo de esta ciencia
social. Ese artículo va a ser producto de algunas entrevistas a destacados y
connotados colegas antropólogos que vienen ejerciendo nuestra profesión en los
diversos sectores y ámbitos, que nos va a permitir tener una opinión
institucional en los diversos problemas que vienen existiendo en el norte
peruano.
Quiero
agradecer a aquellos colegas que me han brindado la entrevista, la conversación
y el dialogo, cuando les he llamado a su celular.
Voy a iniciar
este tema haciendo un resumen de la plática que sostuvimos el día lunes 16 de
mayo del presente año con el Dr. José Elías Minaya, el cual participamos Carlos
Montalván y mi persona.
EL PRECAPITALISMO EN LA LIBERTAD, ANTES DE LA REFORMA AGRARIA:
La plática lo
iniciamos a partir de las lecturas que vengo realizando respecto a las Haciendas,
su estructura organizacional, el sistema de enganche y arriendo en el ande
liberteño, posterior a la independencia de nuestro país. Del mismo modo, la presencia
importante de la Oligarquía regional en la política, en los cargos de
representatividad tanto a nivel nacional y regional.
La Oligarquía
regional es un tema muy poco estudiado en nuestra región, que hubiese permitido
hacer un seguimiento a los cambios y las transformaciones que se ha dado a lo
largo de la historia de las comunidades del ande y la costa liberteña. Del
mismo modo, diferenciábamos el sistema de enganche con el arriendo, que eran dos
mecanismos para reclutar a los indígenas y trasladarlo a las haciendas,
particularmente al Valle Chicama en las industrias azucareras donde se
asentaron.
Asimismo, ese
traslado de indígena, campesino a obrero, implico un cambio en su
comportamiento y cultura, ya que fue trasladado de su hábitat andino basado en
una libertad, hacia las haciendas bajo
un régimen laboral de explotación y sometimientos a las normas y códigos
impuestos como el horario de trabajo que superaban las 12 horas laborales, la
convivencia con algunos desconocidos, con los gamonales, su instalación en un
lugar con viviendas totalmente diferentes al de los que ellos tenían, y falta
de educación para saber manejar las precarias remuneraciones que obtenían, etc.
De esa manera aparece el proletariado cañero a inicios del siglo pasado.
Asimismo, la
mayoría de las haciendas eran cerrados, donde las poblaciones convivían y allí
encontraban bazares, que eran de propiedad de los dueños, y les proveía de
productos alimenticios para su consumo; eran vendido a los trabajadores
descontándolo de su sueldo, mucho de estos productos sus precios eran muy
elevados.
Del mismo
modo hablamos de algunos personajes vinculados al gamonalismo, que eran los
encargados de hacer la labor de enganchador, donde se les arrendaba dinero para
que los indígenas o campesinos se trasladaran desde su lugar de origen a las
haciendas a trabajar, producto de este trabajo riguroso recibían un jornal y se les descontaban para que puedan cancelar
sus deudas, y luego retornar a su lugar de origen, de manera individual,
caminando. Otros comenzaron a quedarse en las haciendas y hacer su vida.
También
identificábamos aquellos hacendados, que se encargaban de arrendar sus tierras
para que otros los cultiven y producto de su cosecha, el campesino le asignaba
una parte de su cosecha al gamonal o al arrendatario. Aunque, esta práctica no
era tan generalizado, pero se daba en algunos lugares del ande liberteño.
Este proceso
migratorio implico, la construcción de las clases sociales en la ciudad de
Trujillo, donde los empleados fueron los que llegaron a la capital e instalarse
en la ciudad, mientras que los indígenas que eran expulsados de las haciendas
producto de sus luchas reivindicativas, eran los que comenzaron a poblar lo que
se le denomino los “cinturones de miseria”, habitando en las periferias de la
capital de la “Eterna Primavera”.
Este proceso
migratorio, del campo a la ciudad llevo a que también extranjeros asentados en
el Valle Chicama se trasladaron a Trujillo; particularmente italianos y
alemanes, eran los que con mayor frecuencia migraban a esta ciudad; por lo que
podríamos afirmar que en estos tiempos se comenzó a gestar una oligarquía
regional que se integró a lo que se le denomino los “Barones del Azúcar”, constituyendo
la “Aristocracia Colonial”, heredera de la colonia española.
Además, este
proceso de reacomodo de la clase dominante regional, también significó el
surgimiento de las jornadas de lucha contra la explotación y las protestas por
las “Ocho horas” iniciándose en el Valle Chicama, para luego pasar a Trujillo,
con un movimiento obrero vinculado al anarquismo, en sus inicios; y
posteriormente al aprismo.
Durante esta
etapa en Trujillo predominó el precapitalismo, basado en el servilismo y la
semicolonialidad. Gracias a la Reforma estructural del gobierno militar del
General Juan Velasco Alvarado, se da inicio a un proceso de industrialización,
y los inicios del sistema financiero. Modernizándose la ciudad de la “Eterna
Primavera”.
LA COSMOVISION Y LA LENGUA ORIGINARIA MUCHIK RESISTENTE A LA
MODERNIZACIÓN OCCIDENTAL:
La Reforma agraria implico una reestructuración de la sociedad
trujillana, iniciándose un proceso de modernización, donde la migración del
campo a la ciudad de Trujillo, implico un predominio de la sociedad
estratificada, bajo la influencia de la occidentalización de la ciudad.
A pesar de ello, hubo una resistencia a la adaptación modernizante que comenzaba a darse en la
ciudad de Trujillo, cuya cosmovisión en el ande liberteño implicó su traslado a
estos lugares donde mantuvieron algunos patrones culturales, estereotipos y
saberes ancestrales, que supieron adecuarlo al nuevo territorio donde se
asentaron.
La lengua originaria de nuestro país, es el quechua que se habla en el
sur peruano, con algunas diferencias en el dialecto, como sucede en el Cusco,
Puno, Ayacucho, Ancash, y en un determinado sector del norte peruano. En
Trujillo, encontramos a la lengua muchik, que se constituyó en Moche, y que
estuvo en proceso de extinción en tiempos pasado, pero que fue rescatado.
A la vez, la lengua Muchik se mantenía incólume teniendo en Rodríguez Suy
Suy, uno de los defensores y encargado de rescatar esta lengua ubicada en
Moche, que en aquellos tiempos era una campiña dedicada a la agricultura y
ganadería, y que abastecía con sus productos a las familias trujillanas.
ACENTUACIÓN DEL FOLKLORE ANDINO EN LA CIUDAD:
Un tercer tema que conversamos fue el folklore específicamente las
danzas, donde se conversaba sobre los orígenes de la “Contradanzas” y de los
“Payos”, que en cierta forma tiene cierta similitud en el baile; pero se
diferencia en la vestimenta, en la coreografía, y en la música que acompaña a
la danza.
A la vez recoger testimonios sobre la relación entre la danza y la
religiosidad, que va a generar una relación articulada en la devoción y creencia
en lo inmaterial; donde se encuentra similitud con la devoción a los santos en
algunos lugares de España, como lo mencionó el Profesor Minaya, tras su visita
realizada a algunos lugares de este país europeo.
Asimismo, se converso sobre los testimonios orales, que en algunos
lugares existen, y que se han venido transmitiendo mediante el proceso
endocultural, que ha sido transmitido de generación en generación. Como también
lo sucedido con los saberes ancestrales que en algunos lugares se viene extinguiendo;
y en otros aspectos o casos esta resistiendo ante la ofensiva de la cultura
occidental.
La presencia de las familias andinas en la ciudad, ha permitido que
comience a construirse una sociedad con una cultura hibrida, como lo es
Trujillo; tal como lo describe García Canclini. Donde encontramos una mescla de
diversas expresiones culturales, que se han fusionado para existir, como
también resistir ante la arremetida de la globalización cultural que en todo
momento ha buscado uniformizar la sociedad y la cultura; sin tomar en cuenta lo
complejo que es el territorio, tal como lo resalta Edgar Morin al desarrollar
su teoría de la complejidad.
(Continuara……)
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