sábado, 18 de mayo de 2024

“FEMINICIDIO Y VIOLENCIA CONTRA LA MUJER 2015 – 2022, UNA MIRADA CUANTITATIVA”

 

Por: Percy J. Paredes Villarreal

El presente artículo busca relacionar dos instrumentos para recolectar información que deben estar articulado, y que en muchos de los casos tratan de verlo de manera incompatible generando una brecha enorme. Por lo que, debemos cohesionarlo, para poder utilizarlo, en nuestra actividad académica y profesional.

El binomio entre lo cualitativo y lo cuantitativo, son elementos importantes que, desde el mundo de la academia, como desde las actividades profesionales y laborales, se ha convertido en un instrumento importante para interpretar la realidad sociocultural, política, económica, ambiental, educativa, etc.; y que en estos últimos tiempos se está convirtiendo en insumos para la toma de decisiones.

Esto ha motivado a que, desde el sector público, particularmente, se convierta en un elemento importante y prioritario, para la toma de decisiones y la implementación de políticas públicas. Específicamente en el tema de género, está permitiendo visibilizar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, cuantificando y cualificándolo, para de esa manera elaborar e implementar estrategias en la prevención y atención a las víctimas, a nivel de servicios y de manera territorial.

Una muestra de ello, es lo que se viene haciendo con la difusión cuanti y cuali de la problemática de la violencia de género a nivel nacional y subnacional; que nos va a permitir hacer interpretación, análisis, síntesis, y diseñar estrategias con la finalidad de erradicar este problema en todos sus niveles gubernamentales.

 LA ANTROPOLOGIA FRENTE A LO CUANTITATIVO:

Mucho de nosotros como antropólogos, hemos sido formado dentro del campo de lo cualitativo, desarrollando en muchas de las ocasiones metarelatos, o lo que ahora hablamos de narrativas. Producto de ello, Clifford Geertz, antropólogo norteamericano, nos planteó conducir nuestra carrera por el postmodernismo, en el cual nos dediquemos a describir hechos sociales como si fueran cuentos y dejar de hacer ciencia. Lo cual, en un primer momento pareciéramos que ese era la línea de acción, es decir dedicarnos a hacer literatura y/o empirismo como es la etnografía, que viene a ser la descripción del acontecimiento. Aunque hay algunos colegas que quieren elevar la etnografía como ciencia.

Producto de estos aconteceres, minimizamos lo cuantitativo, que en muchos de los casos es producto de lo cualitativo. Donde los datos son resultados de las entrevistas que se sistematizan y se convierte en estadística. Tal es así que por ejemplo en el manejo de encuestas y registros administrativos, se utiliza entrevistas, mediante el contacto entre el entrevistador con el entrevistado a través de la comunicación o dialogo; se hacen las preguntas y se obtienen respuestas, que es plasmado en una ficha o en una libreta de campo, por eso los antropólogos siempre llevamos en nuestro bolsillo nuestra libreta de apuntes.

Además, existe otro componente, que viene a ser la observación que nos va a permitir mirar el entorno donde se realiza la entrevista o encuesta, para saber sus condiciones y calidad de vida del entrevistado y su familia. Producto de ello, se recoge la información y también se confronta con la realidad en que se encuentra, y se hace  uso del valor de las respuestas si son consistente o no.

Y otro elemento es comprobar la veracidad de las respuestas, y eso tiene que ver mucho con el estado de ánimo, la situación material o socioemocional en que esta la persona entrevistada o encuestada; ya que, si es por primera vez que una persona le hace la entrevista o le aplica la encuesta las respuestas pueden ser muy cortantes, o en otro caso, estas pueden ser más confiable cuando la relación comunicativa entre el emisor y el receptor es muy frecuente.

Del mismo modo, algunos antropólogos nos hemos quedado en lo descriptivo, en lo cualitativo, en los metarelatos, convirtiéndonos, en algunos de los casos, en folkloristas, resaltando el hecho que hemos mencionado; similar a los periodistas y/o comunicadores que se encargan de relatar un acontecimiento o una información; en otros casos, en describir la noticia. Pero muy poco nos encargamos de hacer la interpretación y el análisis de los casos problemáticos o los acontecimientos perjudiciales para impedir que se convierta en una costumbre o habito negativo; muchos menos diseñamos estrategias para innovar o cambiar ese problema. Esto último nos va a permitir hacer ciencia aplicada para generar cambios.

De igual manera sucede con el manejo de datos, el cual algunos antropólogos pormenorizamos, minimizamos o menospreciamos la estadística para entender e interpretar el universo poblacional de la sociedad o la comunidad. Si bien es cierto, en tiempos pasado nuestra diferencia con la sociología estaba referido al objeto de estudio, mientras que para nosotros es el hombre, para ellos es la sociedad; para lo cual ellos hacen uso de las encuestas y las estadísticas, mientras que para nosotros es lo contrario, el trabajo de campo, entrevista y la observación directa y/o participante, es decir la convivencia en la comunidad con sus respectivas descripciones. De allí nació una de las diferencias entre lo cuanti para los sociólogos y lo cuali para los antropólogos, y otros elementos diferenciales más.

Recuerdo mucho que, siendo estudiante de antropología, con otros compañeros de clase, a veces cuestionábamos al Prof. Elías Minaya, porque aparte de su enfoque estructural funcionalista, utilizaba el manejo de los datos. Pero una vez que converse con él y me involucre en un proyecto que él dirigía entendí la importancia de lo cuantitativo; y a la vez de lo cualitativo podemos cuantificarlo, siendo sumamente valioso utilizar estos dos instrumentos que son útiles en la investigación; como en un ciclo de proyecto social y/o de desarrollo.

Mi paso por diversas instituciones públicas y privadas, me ha llevado a articular e interpretar, diseñar y ejecutar proyectos, programas, planes de desarrollo, haciendo uso de estos dos instrumentos sumamente importantísimos para generar innovación y/o cambios, tomando en cuenta la dinámica social, cultural del territorio, sin afectar su identidad.

CUANTIFICANDO LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES Y LOS INTEGRANTES DEL GRUPO FAMILIAR EN EL PERÚ:

En estos últimos tiempos hablamos de la información y gestión del conocimiento, como elementos fundamentales para la toma de decisiones en las diversas dimensiones, en las instituciones públicas y privadas, en todos los sectores. Ya que nos va a permitir ser más objetivos, contar con información confiable, y también decidir de manera oportuna y adecuada, las inversiones, políticas públicas, etc.

Esto se puede observar y corroborar en las diversas plataformas digitales y/o virtuales existentes, a nivel nacional y regional, que se vienen publicando por las diferentes instituciones públicas y privadas. Estas páginas web, te brindan información y también datos, que pueden permitir contar con insumos para elaborar diagnósticos, líneas de base, estrategias, planes, programas, y proyectos.

Una de las instituciones públicas encargadas de manejar esta información cuantitativa es el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), que periódicamente difunde estudios cuantitativos, producto de la aplicación de las encuestas que realiza según el sector o temática. Pero también, encontramos los registros administrativos que cada institución o sector público maneja de acuerdo a su eje temático, indicadores y variables; y que esta información cualitativa se cuantifica, para convertirlos en datos estadísticos. De esa manera difundirlo, ya que son información pública.

Particularmente, en estos últimos años el tema de la violencia de género, mediante la creación de la Ley 30364, Ley para prevenir, atender y sancionar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, está permitiendo brindar servicios de prevención, atención y sanción; a la vez, está implicando la visibilización de este tema que en décadas pasadas no tenía mucha importancia como lo es ahora.

A partir de esta ley, también se considera estudios cuantitativos que permitan manejar datos producto de estudios y reporte de registros administrativos, con la finalidad de que los diversos sectores involucrados, entidades gubernamentales nacional y subnacional, puedan diseñar políticas para erradicar la violencia contra las mujeres.

Uno de las principales preocupaciones es el feminicidio, que cada año va incrementándose; motivo por el cual, es preocupación de las entidades seguir bregando para reducir los altos índices de violencia según el tipo y las modalidades que viene predominando en nuestro país. Para ello, tenemos los estudios sobre este tema que es publicado tanto por el INEI, como la información por otras instituciones.

LA ESTADISTICA COMO INFORMACIÓN CUANTITATIVA:

El año pasado el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), presento el estudio denominado “PERÚ: FEMINICIDIO Y VIOLENCIA CONTRA LA MUJER 2015 – 2022”. Este documento fue elaborado por el Comité Interinstitucional de la Criminalidad (CEIC), que es presidido por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), e integrado por el Poder Judicial (PJ), Ministerio Público (MP), Ministerio del Interior (MININTER), Policía Nacional del Perú (PNP), Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (MINJUSDH), y el Instituto Nacional Penitenciario. Del mismo modo, este trabajo fue elaborado en conjunto teniendo una metodología consensuada y estandarizada para determinar los casos de feminicidio mediante proceso de contrastación, clasificación y validación, obteniendo una base de datos relacionado al feminicidio.

Además, el estudio incorpora cifras de violencia contra la mujer, de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES), Investigación continua que realiza el INEI e información de Población penitenciaria recluida por feminicidio del Instituto Nacional Penitenciario.   El estudio resalta algunos puntos importantes, mencionando lo siguiente:

Ø  Durante el año 2022 en el país se registraron 147 feminicidios cuya cifra es mayor al del año anterior en 6 casos, representando al menos 3 muertes violentas contra mujeres por razón de género cada semana, cuya tasa de feminicidio por cada 100 mil mujeres alcanzó el 0,9% en el periodo 2015 – 2022 cuyo total fue de 1045 víctimas.   Y en el año 2023, hubo 165 casos de feminicidio. Tal como se describe a continuación.

Ø  Respecto a las víctimas por feminicidio, el alto porcentaje se identifica a menores de 30 años con el 44,2%, de las cuales el 34,7% se ubican entre las edades de 18 a 29 años de edad y un 9,5% fueron menores de 18 años. Mientras que el 24,5% son entre las edades de 30 a 39 años, 17,7% están entre los años 40 a 49, el 6,8% provienen de las edades de 50 a 59 años, la misma cifrar es para las adultas mayores de 60 a más. También la encuesta menciona  la nacionalidad de las victimas por feminicidio donde el 95,2% que vienen a ser 140 han sido peruanas. Tal como se describe a continuación.

 

Ø  El estudio, también menciona que la región con más alta tasa de feminicidio es Madre de Dios alcanzando 2,5 por 100 mil mujeres; en segundo lugar, se ubica Apurímac y Cusco con 1,9, luego esta Ancash y Huancavelica con 1,7, seguido se encuentra Puno con 1,6, en quinto lugar, ubicamos a Amazonas y Arequipa con 1,4, seguido esta Huánuco y Lima Provincias con el 1,3, séptimo lugar se encuentra Cajamarca con 1,2 y Tacna con 1,1.

 

Ø  Referido a cifras absolutas, en primer lugar, esta Lima Metropolitana que reporto 37 feminicidios representando el 25,2%, en menor número se encuentran Cusco con 13, Arequipa 11, Puno y Ancash con 10 cada uno, Cajamarca esta con 9, La Libertad 7 y Lima Provincia 6. En tanto, Ayacucho, Callao y Ucayali tuvieron un reporte de 1 feminicidio en cada caso.

 

 

Ø  Respecto a los perpetradores del feminicidio, el estudio indica que, en el año 2022, el 27,9% los feminicidas fueron sus parejas/conviviente, el 15,6% fueron enamorado, el 15,0% lo hicieron la ex pareja o ex conviviente, el 9,5% por ex enamorado, mientras que el 3,4% fue el esposo, evidenciando que la ocurrencia del delito se presenta en una relación sentimental o cuando ha concluido. Mientras que el 2,7% de víctimas fue realizado por un conocido/a, el 0,7% lo hizo un pariente, el 0,7% estuvo a cargo de un desconocido/a, el 2,7% otra persona, y el 21,8% no precisa.

 

Ø  En relación al lugar de ocurrencia, el estudio arroja que el 38,8% de los feminicidios ocurrió en la vivienda de la víctima, el 15,6% fue en un lugar desolado o campo abierto, el 14,3% sucedió en la vía pública (llámese avenida, calle, carretera, trocha, parque u otro), el 8,8% en un hostal, el 8,2% en la vivienda del presunto victimario, el 2,7% en el río, mar, acantilado, acequia, canal u otro, y un 1,4% se hizo en la vivienda de un familiar, vehículo, local comercial, centro de trabajo u otro lugar.

 

Ø  De acuerdo a la forma o medio utilizado para cometer el acto de feminicidio, el 23,1% de los casos fue por estrangulamiento, asfixia o ahogamiento, el 20,4% utilizaron arma blanca, el 13,6% utilizó un objeto contundente, el 10,9% fue cometido con arma de fuego, el 3,4% lo hicieron mediante suministro de sustancias toxicas o envenenamiento, el 3,7% se realizó mediante precipitación o caída, y el 1,4% fue a través de acción de fuego directa, entre otras formas.

 

Ø  También el estudio indica que las causas del feminicidio se dieron por celos que fue el de mayor porcentaje con el 49,5%, seguido está el de supuesta infidelidad de la pareja con el 7,7%, el mismo porcentaje fue por negativa de la víctima de continuar con la relación, el 5,5% fue por negativa de la victima de regresar con la pareja, el 3,3% fue por problemas económicos, el 2,2% por abuso sexual, y el 1,1% para facilitar u ocultar otro delito. Entre otras causas.

 

A MODO DE CONCLUSION:

Al analizar la información cuantitativa nos damos cuenta del reporte de los datos, que también podrían tener un enfoque antropológico, incorporando más temas, como: a) Sector territorial donde predomina el feminicidio, b) Sector sociocultural, donde se puede identificar la tipología de la familia, c) situación económica de los feminicidas, etc.

 

Esta información refleja las caracteristas de la relación de pareja; faltaría tomar en cuenta el aspecto sociocultural del agresor y víctimas; para entender el entorno sociocultural.

 

 

 

 

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