viernes, 6 de diciembre de 2013

LABERINTOS EN CHICAMA

Por: Percy J. Paredes Villarreal


La Antropología como Ciencia Social, estudia la Cultura del hombre tanto individual o en forma grupal; este estudio al ser humano se da dentro de un espacio territorial al cual pertenece un conjunto de personas que dan vida a una sociedad que puede ser tradicional, moderna, posmoderna o hibrida.

Algunos antropólogos nos dedicamos a estudiar la política cuyas características pueden ser económicas, ambientales, culturales y/o sociales; y estas se encuentran articulados a un tipo de sociedad. Por lo tanto, es muy interesante comenzar a estudiar la política en los espacios locales y dentro de sociedades donde podemos elegir a las hibridas. Es decir existe una mezcla de modernización y tradición.

En el penúltimo artículo que escribí sobre el Distrito de Chicama, a raíz de la difusión de un audio, donde supuestamente había un supuesto negociado de obras entre el Alcalde Distrital y un proveedor; comencé a informarme sobre algunos aspectos relacionado a este “Político Tradicional”, encontrándome con algunos hechos que en cierta forma demuestra y refleja cómo se hace y se mantiene una cultura política que a pesar de la existencia de la tecnología avanzada y de la globalización, combinado con la identidad y las tradiciones nos permiten comenzar a interpretar un tipo de liderazgo vinculado con el consumismo y el neoliberalismo.

Podemos decir que desde la década de los 90, del siglo pasado, por la municipalidad de Chicama han pasado políticos, profesionales, pequeños empresarios y personas sin ninguna profesión. Pero a la vez, hemos podido encontrar autoridades improvisadas y empíricas que muchos de ellos han carecido de una formación en gestión pública local; de allí que, en algunos casos la conducción del gobierno local se ha convertido en un desastre con una de serie de acciones sin objetivos y visiones de desarrollo; adoleciendo de una planificación, como también bajo actitudes de desconocimiento de los acuerdos o compromisos sostenidos entre la sociedad civil y los gobernantes.

Uno de esos casos es haber presenciado la ilusión de un grupo de ciudadanos que obtuvieron una obra de infraestructura para su comunidad, lográndolo incorporar al Presupuesto Participativo; para de esa manera, ser ejecutado al siguiente año.

Si bien es cierto que el Presupuesto Participativo es un espacio de diálogo y concertación entre la sociedad civil y el gobierno local; donde se aprueba en forma consensuada la distribución de los recursos financieros de la institución local; de esa manera, beneficiar a las comunidades que les permita mejorar sus condiciones y calidad de vida. Lastimosamente, en muchos de los casos esto no se puede concretizar por obstáculos que en algunos casos lo pone la máxima autoridad local.

Del mismo modo, el Presupuesto Participativo es una expresión de la nueva Democracia, donde ambos actores (me refiero a sociedad civil y gobierno local), arriban a un acuerdo de cómo se debe distribuir los recursos. Y esto tiene que ver mucho con el compromiso y la palabra de una autoridad; ya que, de esa manera podrá asumir un liderazgo y tener credibilidad como también mantener la confianza de la ciudadanía. Pero en muchos de los casos, la autoridad no hace respetar su palabra, ni tampoco cumple su compromiso; por el contrario “Patea el tablero”, desconociendo lo que el mismo ha aprobado y aceptado en un determinado momento. Lo cual demuestra la falta de ética, de actitud democrática, etc.

Esto es lo que ha sucedido en este distrito, donde en el presente año se llevó a cabo el proceso del presupuesto participativo, algunos líderes y actores locales, se entusiasmaban y participaban; para que, por lo menos tengan la oportunidad de que se le incluya una obra para su comunidad. Este proceso se realizó en tres días, donde al finalizar se llegaron a acuerdos a ser cumplido por ambas partes. Pero al poco, tiempo esta autoridad, decide desconocer el acuerdo y trata de cambiar las inversiones del próximo año, convocando al CCL, para que modifiquen el presupuesto del próximo año fiscal.

Es importante indicar que es un requisito y una obligación realizar anualmente el Presupuesto Participativo, ya que esto al culminar se tiene que aprobar y firmar un acta; luego, validarlo ante el Consejo de Coordinación Local (CCL), esta instancia es un espacio de diálogo y concertación entre el gobierno local y la sociedad civil; y, posteriormente ser aprobado en Sesión de Concejo, que es la máxima instancia dentro del espacio territorial. Una vez pasado por estos filtros se tiene que remitir al Ministerio de Economía y Finanzas (Lima), para ser presupuestado al siguiente año.

Del mismo modo, dentro de este proceso se debe conformar el comité de Vigilancia, como su mismo nombre lo dice, encargado de fiscalizar las obras a ejecutarse. Es elegido en forma democrática y participativa dentro del Proceso Presupuestario.

En muchos de los casos, existen autoridades que fingen ser democráticos o utilizan los espacios democráticos para sus interese personales; convirtiéndose en meros dictadores y autoritarios, que no cumplen con sus compromisos, ni tampoco con su palabra.

Del mismo modo, se burlan de la gente y de los ciudadanos que depositan todo su interés y voluntad de participar en este proceso; pero tan grande es la decepción de los concurrentes a este proceso, que por algún interés económico y/o político la máxima autoridad distrital, desconoce este proceso para anular algunos proyectos de inversión aprobados en dicho Proceso Participativo, afectando a centros poblados; y destinarlos en otras obras que nunca habían sido discutido ni aprobado dentro de todo el proceso presupuestario.

Para valerse de ese cambio sencillamente preparan a sus funcionarios y a algunos regidores, para que en la reunión del Consejo de Coordinación Local Distrital, reorienten el proceso modificando lo acordado y aprobándolo..

Lo más lamentable, es que estas acciones se hacen con mucha normalidad, y acabando con la expectativa y voluntad de la población; así como la confianza y credibilidad que en un determinado momento una autoridad ha tenido, pero que por sus actitudes autoritarias y verticalistas, sencillamente demuestra todo lo contrario, generando laberintos y críticas a su conducta, comportamiento, actitud y manera de hacer política dentro de su jurisdicción.

Quiero culminar manifestando que en este año, en el Presupuesto Participativo en el distrito, me di con la ingrata sorpresa de que no había encontrado a muchos líderes locales; por el contrario, los encontraba por otro sitio y al preguntarle por su inasistencia ellos me decían que no iban porque sencillamente era un formulismo; ya que, el alcalde “hace lo que se le da su reverenda gana”. Manejándolo a su antojo a la Municipalidad y al personal que labora con él. Este cambio que ha querido hacer la autoridad edil del distrito de Chicama, no ha prosperado, en el CCL; ya que la mayoría de los regidores conjuntamente con los representantes de la sociedad civil; se han opuesto. Dando un golpe importante a la arrogancia y soberbia.

Por lo que, es importante manifestar que la ciudadanía debe comenzar a tomar conciencia comenzando por generar Incidencia Política; y saber por quién votar en estas próximas elecciones municipales, para que no vuelva a caer en la mediocridad de sus autoridades.