LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA ANTE UN DESASTRE NATURAL
Por: Percy J. Paredes Villarreal
En muchas ocasiones se
ha comprobado que la ciudadanía no se encuentra preparada para enfrentar y
afrontar un desastre natural, debido a falta de conocimiento, información,
prevención, sensibilización, que en muchos de los casos las instituciones
públicas, tanto gobiernos locales, regionales y/o nacionales, deben brindarles;
esto se debe a la falta de una preparación preventiva de estos organismos públicos,
que no se dedican a realizar estas acciones. Por lo que, en muchos de los
casos, la ciudadanía actúa en busca de una protección personal, familiar, y muy
pocas veces actúan solidariamente.
En estos últimos tiempos, la participación ciudadana se ha
convertido en un eje fundamental en la implementación de las políticas
públicas, en la planificación e implementación de planes, programas, proyectos y
acciones; esta puede ser como observadores, vigilantes, aportantes e
involucrados. Por lo que, se ha convertido en un aliado estratégico para el
éxito de la implementación de algún plan, programa, o proyecto.
La participación por parte de la ciudadanía, está reglamentada y
normada; por lo tanto, se tiene a una sociedad civil que debe estar
comprometido con los procesos de desarrollo del territorio. Pero, lamentablemente
en otros casos, los gobiernos locales no le han aperturado espacios de
participación ciudadana, como es el caso del último Fenómeno de “El Niño” al
cual se le ha denominado Costero;, que se ha tenido graves consecuencias
durante los meses de Marzo y Abril del presente año, donde la población se ha
visto afectada, perdiendo sus Bienes materiales y vidas humanas como: casas,
ropa, animales, muebles, electrodomésticos, dinero, etc.
Esta pérdida se ha debido a factores como la falta de una
política de prevención por parte de los gobiernos locales, que a pesar de
haberse declarado en Estado de emergencia nuestra región, muy pocas autoridades
ediles se han preocupado por cómo evitar los desbordes de los ríos,
particularmente aquellos territorios que están cerca de ríos, quebradas,
acequias, lagunas, etc.; del mismo modo, a aquellos lugares donde las viviendas
son construido con materiales domésticos como: adobe, esteras, etc., donde las
aguas de las lluvias lo han inundado cayéndose muchas viviendas. Por el
contrario, algunos se han mostrado ausentes e indiferentes a las consecuencias
de este desastre natural, y después de haber sucedido los hechos, recién han
aparecido para colmatar las consecuencias tenidas.
En décadas anteriores existía un centralismo en el trabajo de
Defensa Civil, esto motivo a cambiarlo trasladando la responsabilidad a los gobiernos
locales, además de asignarle una cierta cantidad de dinero para poder realizar
acciones de prevención tanto en la parte de preventiva, como la identificación
y solución a los puntos críticos vulnerables, como en la sensibilización,
organización y capacitación a la población en brigadas de Defensa Civil. Es
decir, todo se puede trabajar con la ciudadanía.
Según la normatividad que existe debemos decir que los
gobiernos locales deben organizar el Comité de Defensa Civil, que es presidido
por el alcalde, además de estar conformado por representantes de otras
instituciones públicas de salud, educación, gobernación, policía nacional,
además de la sociedad civil y la ciudadanía. Del mismo modo, esta organización
tiene la potestad de reunirse en forma ordinaria y extraordinaria; asimismo,
declarar en estado de emergencia en su territorio; por lo tanto, puede hacer
uso de los recursos económicos y
financieros de la municipalidad para poder solucionar estos problemas que
tienen.
Esto se planteó a raíz de la falta de participación de la
ciudadanía, en la prevención del Fenómeno de “El Niño” en el año de 1998. Por
lo que, para este periodo, se le debería haber dado un rol importante a la
ciudadanía, ya que estas se encuentran organizados en Juntas Vecinales, Municipios
Vecinales, etc., y están en permanente contacto con los vecinos de su barrio,
de su calle, de su urbanización, de su Asentamiento Humano, de su Caserío, de
su Centro Poblado. Es decir darle el rol y protagonismo que debería realizar en
esta coyuntura, pero no fue así.
El centralismo en los territorios locales, por parte del
gobierno local, fue un elemento negativo para solucionar los problemas; ya que,
la propia comuna es la que se ha encargado de realizar todas las acciones, convirtiendo
a la población en entes pasivos, observadores; mientras que los miembros de las
municipalidades se han dedicado de regalar alimentos, plástico, etc.; es decir
realizando una política asistencial, de obsequios, cuando debería haber
prevenido, haciendo gestiones ante otras entidades encargadas de brindar apoyo
con maquinaria y aspecto logístico.
Por lo tanto, la responsabilidad y las consecuencias del
Fenómeno de “El Niño”, en esta oportunidad han de caer en los gobiernos
locales, que no han estado a la altura de poder prevenir y mitigar el desastre
natural.