CHICLIN Y LA CONSTRUCCIÓN DE SU ETNICIDAD
Por: Percy J. Paredes Villarreal
Recientemente he sido participe del II Congreso Internacional de “Ciencia, Tecnología e Innovación”, que organizó la Universidad Privada “Antenor Orrego”, en la ciudad de Trujillo. En esa ocasión presente la ponencia titulado: “Diversidad Cultural, Interculturalidad y creación de la Etnicidad Chiclinense”.
Este tema se relaciona al estudio que vengo realizando desde hace un tiempo atrás, y que a través de las paginas de facebook, comparto algunas notas o artículos; como también en algunas revistas nacionales e internacionales, me publican algunos ensayos cuyo tema central es la mirada antropológica a la comunidad chiclinense.
Obviamente que, este estudio no esta culminado, ni tampoco esta cerrado para su respectivo debate; ya que nos debe permitir enriquecer y romper con una homogeneidad o hegemonía de entender la etnohistoria de la comunidad. Es decir mientras existan más opiniones o estudios académicos y/o narrativas, va a enriquecer el conocimiento, las teorías y corrientes científicas o empíricas, que van a permitir generar debates alturados.
Alguno escriben tomando una etapa de la historia de la comunidad, reivindicando y reconociendo los logros agradeciendo a los que tuvieron el control y dominación; otros tratamos de estudiar el proceso dialéctico de la evolución de la comunidad, describiendo los cambios que sucedieron a lo largo de las diferentes etapas en que paso la comunidad hasta la actualidad, con una mirada desde abajo desde los propios ciudadanos y ciudadanas, que construyeron la identidad chiclinense.
En esta ocasión, quiero presentar cuatro argumentos importante que fortalecen mi hipótesis relacionado a la construcción de la etnicidad chiclinense. Para lo cual quiero partir por lo siguiente.
Primer argumento, defino a la antropología como una ciencia social que estudia al hombre y su relación con el territorio y/o su espacio físico. Esta disciplina tiene tres componentes sumamente importante: a) La etnohistoria, que viene a ser el estudio histórico de la comunidad, sus procesos evolutivos, sus cambios dentro de sus etapas, producto de la influencia externa o creación del hombre para administrar el territorio; b) La etnolinguistica, que se encarga de estudiar la lengua, los dialectos, la replana, la jerga, etc., que nos permite identificar algunos dejos, así como también la construcción de mitos, leyendas, costumbres y tradiciones, estas pueden ser orales o escritas; y por último c) La arqueología, que nos permite estudiar el pasado tomando en cuenta los restos materiales que han dejado nuestros antepasados. Teniendo claro estos conceptos, quiero pasar al segundo punto.
Segundo argumento, En los años de 1998, cuando se realizaba la obra de agua y desagüe, frente a la capilla, se comenzó a escavar y se encontró cerámicas prehispánica, que podrían ser proveniente de una dinastía de la cultura moche, que llegó a estos lugares. Además en los alrededores de la comunidad, hubieron restos arqueológicos como la Huaca 8, 11, entre otros.
Del mismo modo, en algunas viviendas de las calles “Progreso” y “Buenos Aires” en esta comunidad; también se han realizado excavaciones y se han podido encontrar cerámicas de barro del mismo periodo.
Asimismo, en estas calles de esta localidad están en un nivel bajo, en comparación a las calles que están cerca a la carretera panamericana; por lo que, cuando hay inundación, o salida de las aguas del río Chicama, estas se empozan en el hospital, y en la “Plaza de Armas” de este lugar; tal como sucedió en el año de 1997 con el fenómeno de “El Niño”.
Es importante mencionar que cuando llegaron los colonizadores, comenzaron a imponer la religión católica romana. Una de las acciones para extirpar la religión indígena fue construir iglesias encima de las Huacas; por lo tanto, se presume que en el lugar donde se descubrieron estos restos arqueológicos, hubo una Huaca, que fue nivelado con tierra.
Es importante mencionar que el proceso de colonización en el Valle Chicama, en que se instalaron 44 Haciendas, tal como lo relata Feijoo cronista español; uno de los dueños de las extensiones de tierra fue Juan Herrera y Valle Hermosa, que luego en 1570 recibe el grado de Marqués, siendo el primer dueño de la Hacienda de “Chiquilín y Alancala”, luego se denominó “Nuestra Señora de Chiclín”, y en los inicios de la etapa republicana llevó el nombre de “Chiclín”. La extensión territorial de esta hacienda colonial llegaba hasta lo que en la actualidad es “Pampas de Jaguey”, pasando por lo que ahora se le denomina centros poblados de Chicamita, Sausal, cuyos territorios y habitantes de aquellos tiempos, pertenecían a este personaje colonial; asimismo tuvo mano de obra indígena, luego llegaron los negros, que vivían en galpones contrayendo enfermedades. Y su principal actividad economica fue el cultivo de la caña de azúcar, para elaborar la miel, la chancaca y la remolacha.
Tercer argumento, el alquiler y luego la compra de las tierras de Chiclín, por parte de la familia Larco Herrera (descendiente italiana), se dio inicio a un proceso de modernización de aquellos tiempos, para lo cual esta familia expandió u territorio adquiriendo terrenos en las zonas de Tulpo, Mollepata, Angasmarca y parte de Santiago de Chuco; con la finalidad de atraer mano de obra indígena para las actividades de campo, bajo la modalidad de arriendo, totalmente diferente al sistema de enganche que se realizaba en otras haciendas.
Dentro del campamento, y con la presencia de emigrantes indígenas provenientes del ande liberteño, comenzaron a convivir con los negros y chinos, que también existían en aquellos tiempos; luego llegaron mestizos y europeos (particularmente italianos, alemanes, húngaros, entre otros), que también fueron traídos mediante actividades deportivas que fueron creados por los propios trabajadores en sus momentos de esparcimiento y recreación. Esa fue la composición sociocultural en este lugar.
De esa manera la comunidad se convirtió en un espacio con una diversidad cultural, ya que, cada grupo humano que llegaba proveniente de diferentes lugares, trajo sus costumbres y tradiciones, que fueron adecuándolo a la realidad local en que se instalaron.
Esta diversidad cultural, tuvo sus espacios de concentración, comunicación e intercambio, implicando procesos interculturales, estas se dieron, en: 1) Escuela, donde los hijos e hijas de los trabajadores del campo y cercado, empleados y dueños de la hacienda, se congregaban para estudiar. 2) En el trabajo, donde a pesar de la jerarquía existente, los dueños y empleados de confianza eran mayormente europeos y blancos, los jefes de las diversas áreas eran mestizos, y los obreros que laboraban en servicios y en el campo, tanto hombres como mujeres representaban a lo indios, cholos y negros, conviviendo todos los sectores socioculturales en un mismo espacio. 3) en las actividades deportivas, particularmente en el fútbol, voleibol y boxeo, donde confluían todos y todas las personas de diverso estrato social, clase social y diversas culturas.
En esta etapa, la población no fue ajena al proceso de modernización occidental, por el contrario convivió con la tradición expresada en la gastronomía, en la danza, en el folclore, en la manera de vestir, etc., permitiendo la fusión de costumbres y tradiciones, como también en la creación de mitos y leyendas, ritos, rituales y ceremonias donde se conjugan lo moderno como lo tradicional, dando origen a sus patrones culturales expresado en: a) Deporte, b) Religiosidad Popular, y c) Folclore.
Cuarto argumento, teniendo elementos importantes que se han venido construyendo, fortaleciendo y adecuándose a lo cambios estructurales establecidos en el país como en la comunidad, que han sido de manera exogena mayoritariamente. Podemos decir que Chiclín es una comunidad hibrida, donde se convive lo moderno con lo tradicional, que ha través del tiempo se ha convertido en una etnia, fortaleciéndose sus relaciones de parentesco de manera endogamica bajo un sistema de familias extensas, y predominio de la linea matrilineal
Estas características mencionadas, permiten plantearnos que Chiclín ha ido construyendo su proceso de etnicidad; ya que, su identidad local y cultural es un proceso que se ha ido construyendo a través del tiempo, pasando por diversas etapas socioeconomicas y laborales, por la que ha vivido; y que sus patrones culturales, costumbres y tradiciones se han ido adecuando a los cambios. Pero a la vez, otras características culturales se han ido extinguiendo en su proceso histórico.