¿PORQUE O PORQUIEN VOTAMOS?
Por: Percy J.
Paredes Villarreal
En un articulo anterior, publicado por
esta prestigiosa revista “Enfoques Perú”, nuestro amigo y
colega Ernesto Fidel Crisanto, escribió un artículo titulado “Votamos por las políticas que fallan”,
donde nos das algunas característica importantes que debemos profundizar desde
la antropología política. Estas características la podemos entender e
interpretar desde la forma o de fondo; es decir darle una mirada inmediatista o
cortoplacista. Por lo que voy a descomponer de la siguiente manera:
Primero, nuestra sociedad se mueve en base a estructura
articulada e interconectada; permitiendo
actuar dentro de estos espacios tomando en cuenta las normas, costumbres,
leyes, instituciones, etc.; es decir toma en cuenta la base y la
superestructura. Dentro de esa lógica los seres humanos actuamos, y si queremos
romper estos parámetros que nos imponen la sociedad estamos llegando a la
disrupción o lo que otros denominan la contracultura o el enfoque contestarlo;
ya que, los que nos identificamos con el último enfoque no nos sentimos de acuerdo con la imposición de un orden
social, político, económico, etc., que está trayendo graves consecuencias para
la humanidad, como para el país.
Segundo,
dentro de la sociedad existen instituciones encargadas de conducir por el “buen
camino” a las personas, ciudadanos, etc., si es que lo queremos denominar así;
para lo cual encontramos a las instituciones políticas encargada de regular la vida de las personas,
estas instituciones son las que representan a la ciudadanía, como también a la
población. Toman decisiones a nombre de sus representados y direccionan el
rumbo que debe tener algunas de ellas.
Para formar
parte de las instituciones esta se realiza mediante procesos democráticos (o
también denominado elecciones), a quienes se eligen a los representantes que
deberían asumir la responsabilidad de trasladar las inquietudes y necesidades
de los ciudadanos a quienes los representa. Esto se realizan según el tipo de
espacio participativo y democrático donde se esté compitiendo, esta puede ser
vecinal, comunal, local, regional, o nacional.
Tercero,
uno de los aspectos importante de la democracia liberal, es la representatividad
encontrándose articulado con los partidos políticos quienes son los que se han
convertido en las correas de transmisión, canalización y resolución de los
principales problemas existente en la comunidad o el territorio; estos partidos
políticos deben contar con una organización, estructura política, cuadros
políticos, plan de gobierno, estatutos, etc. Pero en la práctica estas adolecen de los que hemos mencionado líneas;
debido a múltiples factores, como es el predominio del pensamiento pragmático
que ha destruido el tejido social y las organizaciones sociales de la sociedad,
para concentrarlo en el caudillo como la máxima autoridad del territorio que
está dispuesto a resolver todos los problemas..
Cuarto,
desde el año de 1990, nuestro país ha sido invadido por un modelo de desarrollo
no tan solo de contenido económico, también de carácter ideológicos como el
pragmatismo, la economía de mercado o
social de mercado (tal como lo describe nuestra carta magna), y el
individualismo. Por lo tanto, estamos cerca a 30 años de implementación de un modelo que
para algunos ha tenido resultados superfluos; como para otros no ha resuelto los principales problemas que
venimos teniendo en estos últimos tiempos de pandemia.
Quinto,
si bien es cierto que el pragmatismo ha sido la línea de conducción de los
gobernantes, porque ya todo está hecho y no hay nada que refutar o cuestionar; implementándose la famosa frase, denominado: “Piloto
Automático”, donde los gobernantes, conjuntamente con los partidos políticos
que han conducido el país, se han visto involucrados en una “Hoja de Ruta”, que te impone el modelo
como es la priorización de las actividades primarias exportadoras.
Por lo tanto,
el “Plan de Gobierno” de un partido
político, solamente ha servido para presentar a los organismos electorales,
porque cuando uno llega al gobierno central trabaja con lo que te imponen los
organismos financieros internacionales; y no tiene nada que modificarse. En
otros casos, existen sectores minoritarios que consideran que otra vía es la
más apropiada, al cual se le tilda de propuestas como: “Populista”, “Caviar”, “Rojete”, etc.; que en algunos de
los casos no son tomados en cuenta.
Sexto,
el modelo imperante desde hace más de 25 años de vigencia, no nos da otras opciones electorales más lo que
venimos teniendo. Frente a esta coyuntura electoral podemos subdividir en dos
tipos de electores, los que votan por los candidatos o los que votamos pos las
políticas.
Respecto a lo
primero, vemos que la mayoría de los partidos políticos son los mismos de
siempre, no cuentan con estructura ni con propuestas coherentes y convincentes;
por el contrario se adecua a la corriente por donde va la política, no se
permite tocar nada sobre el tema económico. Eso va a implicar que no habrá
cambios ni tampoco innovación, mucho menos puntos de vista propositivo; para
mejorar el modelo imperante.
Septimo, Si
hacemos una radiografía de los políticos que nos representan nos damos con mucha
insatisfacción encontramos políticos
improvisados, mediocres que llegan a la política regional o nacional por un
interés particular antes que un interés colectivo; con una voluntad de obtener
ventajas económicas antes que diseñar o plantear propuestas de desarrollo para
la región o el país.
Aparte de la deficiencia y escasa
formación política e ideológica, que adolece esta clase política que viene
predominando, impide generar debate y discusión sobre el futuro de Trujillo,
por ejemplo. Y esto tiene que ver con la formación pragmática que se ha
impregnado en nuestra clase política, que no apuesta por un modelo de
desarrollo sino de “cómo me es útil para acentuarme como autoridad”, sin
considerar ni recoger los aportes o puntos de vista de especialistas; o de
construir algo en conjunto, donde tengamos líderes y estadistas.
Y el otro
elemento importante es el factor votante que viene a ser la mayoría de personas
que hasta la fecha no se siente ciudadano, actúa pragmáticamente;
convirtiéndose en un simple elector que
cada cierto tiempo tiene que acudir a sufragar y votar por cualquier candidato,
con tal de cumplir con su rol de ciudadano, para evitar ser multado.
Octavo,
a este elector no le interesa nada más que resolver sus problemas inmediatos, no se siente identificado ni tampoco
representado por ningún candidato; porque ya le perdió credibilidad y confianza a los partidos políticos, a los
políticos y a las instituciones públicas, que deberían ser la fortaleza de la
institucionalidad política y de la democracia. Demostrando incapacidad para
generar cambios, no hay voluntad para la innovación política e ideológica, como
viene sucediendo en estos últimos meses donde el parlamento juega con la
reforma política que debería lograr mejorar la imagen alicaída de la política
peruana.
Votamos por
personas que están cerca de nosotros o que somos amigos de un familiar; pero nunca nos damos cuenta si está
preparado, si tiene las mejores propuestas, o tienen un plan de gobierno;
porque hasta el propio candidato no sabe qué decir, o no sabe que hablar ante
el público; muchas veces se trastoca, se contradice, se enreda en sus propios
comentarios. Solamente de llegar a la institución pública se convierte en un
tramitador de oficios ante los organismos regionales o nacionales.
Noveno, La
tendencia en este nuevo proceso electoral que se nos avecina, será entre los
dueños de las Universidades, que juegan su propio interés por tener el control
de la política como lo tuvieron la CONFIEP, y las mineras; ahora parecería que
la disputa por el control y poder del país, se concentrarán en los partidos
cuyos dueños de universidades están siendo cuestionado rotundamente por su mala
calidad en la formación profesional; allí encontraremos a sus subordinados
políticos como: APP, AP, PM y PP; quienes en el parlamento tienen como finalidad solucionar problemas en lo inmediato; y no se
sienten interesados en resolver los problemas de fondo.
Hacia donde
nos debe llevar esta nueva contienda
política electoral coyuntural; considero que existe dos hojas de rutas, la de
mantener a como dé lugar este modelo de desarrollo con sus deficiencias, sus
crisis, su pragmatismo que ha demostrado una crisis estructural, y un Estado
precario inconsistente; u optar por un cambio para reducir las brechas de
desigualdades, con reformas estructurales profundas en salud, educación,
pensiones, que busque por lo menos acercarnos a un bicentenario más equitativo
e intercultural.