APRENDIENDO LA LECCIÓN, PARA PREVENIRLO
Por: Percy J. Paredes Villarreal
En verano del año 1997, nuestro país sufrió los efectos del
Fenómeno de “El Niño”, siendo la zona andina la más afectada. Dentro de la
Región de La Libertad, particularmente en la Provincia de Ascope, uno de los
distritos que fue el más afectado por este desastre natural fue Chicama, donde
las aguas del río del mismo nombre desaparecieron algunos caseríos como
Atahualpa, Huáscar, un sector de Quemazón, todos ellos en el Centro Poblado de
Sausal. Además las aguas del río llegaron hasta el Centro Poblado de Chiclín en
tres oportunidades, trayendo como consecuencia algunas viviendas destruidas, pero
no pudo desaparecerlo.
Tanto los gobiernos nacional, regional y local, de aquel
entonces, pusieron de su parte para de esa manera evitar tragedias graves, no hubo
daños humanos ni tampoco cuantificables; pero, fue una llamada de atención y
alerta a las autoridades y a la población para que se organicen y se preparen
ante cualquier tipo de desastre natural, que pueda venir en adelante.
En aquel entonces, se pudo notar la falta de liderazgo y de
conducción por parte de las autoridades locales, para poder prevenir y resistir
los embates del desastre natural; ya que, este desastre natural trajo graves
consecuencias materiales como la interrupción de un buen tramo de la carretera
panamericana (aproximadamente 2 Km), debido a la inundación de esta carretera.
Asimismo, en el Centro Poblado de Chiclín y algunos lugares cercanos hubo ausencia
de agua y electrificación; esto se debió a la caída de los postes de
electrificación; del mismo modo, hubo desabastecimiento de los principales
productos de primera necesidad en estos lugares.
Aparte de estos problemas mencionados líneas arriba, también
se pudo notar la falta de organización de la población; así como también el
aprovechamiento de algunos individuos que buscaban obtener algunos beneficios
económicos, producto de las ayudas brindadas por el gobierno central, como
también por colonias de chiclinenses residentes en el extranjero; quienes se
organizaron para recaudar fondos y remitir a su tierra que se encontraba en
situación crítica producto del desastre natural.
En estos momentos, abril del año 2015, según el SENAMHI,
indica que nuevamente nuestro país será afectado por el Fenómeno de “El Niño”,
y probablemente afectará en los meses de Mayo a Julio; por lo que, ya comienza
a tener sus consecuencias con las fuertes lluvias torrenciales en el centro del
Perú, donde se está haciendo notar derrumbes obstaculizando la carretera. Del
mismo modo, en estos días Chosica nuevamente ha sido afectado por las aguas
trayendo graves consecuencias de vidas humanas y cosas materiales.
Mientras que, en el Valle Chicama las aguas del río del mismo
nombre, está comenzando a tener consecuencias como el ingreso de las aguas a la
carretera que va a Cascas; por lo que, las autoridades locales y regionales,
deben comenzar organizarse y tomar las precauciones respectivas, para de esa
manera evitar las consecuencias similares a las que se tuvo en aquel año.
El Gobierno Local de Chicama, debe coordinar con los
municipios de los Centros Poblados de Chiclín y Sausal, y elaborar un Plan de
Contingencia, que permita realizar algunas acciones para identificar los
lugares débiles y de riesgo, con la finalidad de evitar alguna de llegada de
aguas hacia la comunidad. Asimismo, el Alcalde Distrital, en reunión de Concejo
Municipal, han aprobado declarar en emergencia el Distrito; para lo cual, es
importante destinar dinero del FONCOMUN, para invertir en la defensa o cubrir
los centros poblados que se encuentran en situación de debilidad.
También es importante que el Alcalde Distrital de Chicama,
coordine con el Alcalde Provincial y el Gobierno Regional de la Libertad, con
respecto a una serie de acciones y estrategias preventivas; de esa manera,
estar preparados ante cualquier desastre natural.
Y por último, trabajar con la población de los diversos
Centros Poblados del Distrito, Instituciones Educativas, Organizaciones
Sociales de Base, etc.; para organizarlos en comités de prevención y
capacitarlos ante la llegada de las aguas fluviales. De esa manera, actuar en
forma inmediata y preventiva, ante cualquier acto de desastre natural.
Por lo tanto, es importante la prevención y la planificación,
para de esa manera actuar ante cualquier tipo de desastre natural, y evitar las
consecuencias que se tuvo hace aproximadamente dos décadas, en que la población
vivió este tipo de desastre natural, y nos encontró desprevenido, sin evitar
las consecuencias; pero que, ahora en esta oportunidad se puede prevenir
evitando pérdidas humanas y materiales.
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