TOLEDO: DEVUELVENOS NUESTRA DIGNIDAD
Por: Percy J. Paredes Villarreal
La coyuntura política que nuestro país está viviendo, demuestra la crisis moral y política existente,
donde la clase política tanto congresistas, funcionarios, y gobernantes de los
tres últimos periodos democráticos, están siendo cuestionado en algunos de los
casos, como otros vienen siendo arrestado por motivos de actos de corrupción,
respectivamente.
La autorización del juez para la detención preventiva del ex
presidente de la República del Perú, Dr. Alejandro Toledo, por recibir
aproximadamente 20 millones de dólares, de parte de la empresa brasileña
ODEBRECHT; es la expresión de la crisis moral y ética que se inició con
Fujimori. Toledo se convirtió en un
abanderado de la lucha contra este régimen autocrático, pero que también ha
caído en actos de corrupción; en aquel
entonces no se sabía y en la actualidad
se está descubriendo muchos hechos, que no tan solo comprometen a este sino los
demás gobernantes que le sucedieron.
No esta demás seguir diciendo que la década del fujimorismo
fue una etapa nefasta para nuestro país y para la moral de los ciudadanos; ya
que, dentro de este periodo se vivieron una serie de actos negativos para el
país, como para los ciudadanos que lo sintetizamos en: 1) Persecución a líderes políticos, dirigentes
sindicales y Violación a los Derechos Humanos; 2) Autoritarismo y maltrato a
las Instituciones Públicas; 3) Privatización de las empresas públicas como si
fueran chatarras; 4) Despido masivos de trabajadores, flexibilización laboral,
perdida de los derechos laborales de los trabajadores; 5) Corrupción y
enriquecimiento de la familia del gobernante. Todas esas causales, fue el
detonante para que la ciudadanía, comenzara a generar descontento social y
político buscando un liderazgo, que encabezara una lucha frontal contra el
régimen fujimorista.
Frente a esta situación, muchas instituciones nos movilizamos
para enfrentar a este gobierno autocrático; desde la universidad
particularmente, después de muchos años, se pudo notar multitudinaria movilización nunca antes visto.
En la capital del País, el candidato de Perú Posible Alejandro
Toledo, era el que lideraba toda esta lucha contra el fujimorismo; por lo que,
tuvo el respaldo de los millones de peruanos, que se encontraban en contra de la cultura política que estaba
predominando durante la década de los 90 del siglo pasado.
El triunfo de Toledo, y el inicio de la transición
democrática, genero entusiasmo, credibilidad en las instituciones públicas y
confianza en la clase política; asimismo, se acentúo la democracia como una
alternativa a los regímenes autoritarios y dictatoriales; ya que, nuestro país
tiene una trayectoria de golpes de estados y gobiernos militares
periódicamente, que han impedido fortalecer los gobiernos democráticos.
Se pensó que con Toledo, nuestro país iba a recuperar la dignidad y moral, que se
encontraba por los suelos con el régimen fujimorista; el primer gobierno democrático
posfujimorista, tenía el respaldo de las todas las organizaciones sociales y
políticas democráticas, etc. Por lo tanto, se iniciaba una nueva etapa
republicana; pero las cosas no fueron como se esperaban; todo lo contrario, no
tan solo se afianzo el modelo neoliberal, también se mantuvo la corrupción, que
ahora vemos con mucha decepción a los tres gobernantes comprometidos en estos
actos dolosos.
Después de muchos años, se comienza a descubrir una serie de
actos de corrupción dentro del gobierno
de Alejandro Toledo, y que en cierta forma ha generado mucho desencanto en
aquellos que creímos en este político que se puso la vincha de color rojo,
lucho contra el fujimorismo, llego a ser presidente de la república, y ahora
está en el banquillo de los acusados; pero que ha huido al igual que Fujimori,
y le espera una celda al costado del Chino y de Montesinos.
Otros gobernantes, también se encuentran asustados y
preocupados, porque también probablemente van a ser detenidos por aceptar
“coimas” de esta empresa dedicada a pagar para ganar la buena pro de los concurso del
Estado. Es importante que la investigación no tan solo sea a partir del 2000
hacia adelante, también debe ser desde el primer día en que la empresa
brasileña llegó al país, para saber las grandes sumas de dinero que hada dado
en cada gobierno y quienes son los que se han beneficiado.
Todo esto nos debe hacer entender que el problema no es de
forma sino de fondo, que el Estado conjuntamente con los diferentes poderes y
las instituciones públicas, se
encuentran en una crisis moral y ética. Por lo tanto, amerita construir un
nuevo Estado, una Nueva República y una Nueva Constitución Política.
Hoy más que nunca queda demostrado que la dignidad de la
persona es lo único que no se vende, ni se trafica; por el contrario se
defiende y se fortalece.
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