lunes, 24 de mayo de 2021

¿ES EL FIN DE LA CULTURA OCCIDENTAL?

 

Por: Percy J. Paredes Villarreal

La Antropología como Ciencia Social, se alimenta de tres disciplinas para entender e interpretar la realidad o los problemas existentes en los diversos espacios; estas son: La etnohistoria, la arqueología y la etnolingüística (enfoque de Ralp Beals).

Inicios del Capitalismo en América:

En cierta forma se podría decir que el capitalismo, libre mercado, individualismo, y el predominio de lo privado, en lo político y económico  se desarrolló en el occidente  llegando a nuestro continente hace más de 500 años, con  Cristóbal Colón. A partir de allí comenzó la conquista y expansión de este modelo en nuestro continente sudamericano, que en todo momento se había desarrollado independientemente bajo un modelo de desarrollo autóctono y colectivista.

La llegada de Pizarro conjuntamente con la religión católica a nuestro país, se impuso el modelo de desarrollo occidental en nuestro país; cambiando el orden social, cultural, político y económico, en beneficio de la corona española, y sus descendientes. Subordinando a los indígenas, chinos, negros, mulatos y mestizos al orden predominante.

La presencia de los españoles en el Perú, implico la imposición de un modelo de desarrollo, generando desigualdades abismales, abusos, explotación, injusticias y enriquecimiento de un pequeño grupo de personas; imponiendo por encima de las autoridades una serie de vejámenes contra los indígenas y su cultura. Eso se vio reflejado en las actividades productivas, dejándose de lado la agricultura para optar por la minería, como se nos hace creer en estos últimos tiempos al decir que el Perú, supuestamente, es un “País Minero”, cuando no es verdad.

La Independencia y  continuación de la modernización occidental:

La lucha por la independencia de los países de América del Sur  del yugo español; mayormente fue un enfrentamiento entre los propios indígenas, mestizos que se encontraban en ambos bandos. Mientras que los criollos miraban desde las tribunas los conflictos entre próceres y precursores.

Algunos caudillos se enfrentaban al Virreinato, otros los defendían; los que luchaban contra el yugo español, era traicionados por sus propios grupos étnicos siendo capturados y sometidos a fusilamiento o descuartizaciones como fueron Manco Inca, Túpac Amaru, José Olaya, etc.

Además estos enfrentamientos hicieron creer que las etnias y los grupos humanos perteneciente a los sectores desposeídos que se enfrentaron a la colonia;  iban a obtener la libertad y  una vida de justicia, siendo todo lo contrario. Ya que los criollos nunca permitieron su libertad ni el desarrollo comunitario; por el contrario se afianzó la explotación del hombre por el hombre, el servilismo, la dominación y las injusticias.

A lo largo de estos últimos 200 años de independencia política que hemos vivido, nos ha permitido ver que la  modernización, el crecimiento y el desarrollo no han sido para mejorar la calidad de vida de los sectores empobrecidos, que han sido menospreciados y discriminado.

Los diversos modelos de desarrollo existente en nuestro país, no ha generado inclusión social, igualdad de oportunidades, ventajas comparativas; por el contrario, lo que se venido obteniendo es el distanciamiento de las brechas sociales, económicas y políticas. Producto de estas desigualdades, a lo largo de esta etapa, se han ido generando una serie de descontento y manifestaciones de protesta, llegando a conflictos armados.

Tras la independencia de nuestro país, los modelos de desarrollo basado en el sistema de hacienda,  en el feudalismo y  un pensamiento colonial fue lo que predomino hasta la década de los 60 en que los militares liderados por Velasco, toman el poder implementando un proceso de modernización y reestructuración del estado, logrando fortalecer el capital financiero, la industrialización y la participación comunitaria en algunas de ellas. Eso significó sacar de la etapa del servilismo, la feudalidad de nuestra patria, para poder construir un país moderno que en aquellos tiempos otros países sudamericanos nos habían adelantado.

Este proceso de nacionalización y modernización, se vio truncado a partir de la traición de sus propios colegas, y el posterior retorno a la democracia, que buscaron desarticular todo lo avanzado por el primer militar que aposto por el desarrollo interno y la sustitución de importaciones.

La crisis económica del petróleo a nivel mundial, la crisis de la deuda de los 80 trajo como pretexto la creación del “Consenso de Washington”, para  implementar el libre mercado, reducir el Estado, privatizar las empresas públicas y fortalecer el neoliberalismo. De esa manera, todos los países tuvieron que adecuarse a las órdenes de los organismos financieros internacionales (FMI, BM, BID).

Nuestro país llegó tarde a esa adecuación; ya que, para ello tenían que imponer un régimen fuerte y autoritario, si fuese dictatorial mejor; porque estas medidas tenían que ser muy drástica, generando descontento y protesta, de esa manera impedir retroceso.

Esto modelo de desarrollo occidental fue impuesto mediante el gobierno de Fujimori que en un primer momento se opuso; luego con el apoyo de los Organismos Financieros Internacionales, los militares, los empresarios y la Iglesia Católica, implementaron el modelo neoliberal, trayendo muchas consecuencias que hasta la fecha sigue vigente, y que en estos momentos está tambaleando.

Pensadores coloniales y defensores de la cultura andina:

Durante esta etapa encontramos algunas frases célebres de algunos representantes de la clase dominante como: Alejandro Deustua quien decía que “los indígenas eran un obstáculos para la el desarrollo del País, y que debemos desaparecerlos”,  del mismo modo podemos leer a Santos Chocanos con frases muy fuerte contra los indígenas.

Mientras que por otro lado encontramos a Manuel Gonzales Prada, posteriormente a José Carlos Mariátegui, defensores del indigenismo y su cultura. Este último describe la realidad nacional mediante sus “7 ensayos de Interpretación de la ….”, que nos describe la situación del país y ameritaban un cambio radical de nuestro país reafirmando la cultura andina y el indigenismo como centro del proceso de cambio y desarrollo.

Después de Mariátegui, aparecieron otros intelectuales que comenzaron a creer en la reivindicación de la cultura andina; tales como lo escribieron Julio C. Tello, Luis E. Valcárcel, Jorge Basadre, José María Arguedas, entre otros. Mientras que los pensadores colonialista aparte de los mencionados líneas arriba, encontramos a Víctor Andrés Belaúnde, Beltrán, y en estos último tiempos esta Mario Vargas Llosa.

Estos procesos de desarrollo fortalecieron el pensamiento dependiente a través de la herencia tal como lo describió Julio Cotler en su famoso libro “Clase, Estado y Nación en el Perú”, cuyo estudio sigue vigente; ya que las contradicciones fundamentales expresado en la “República Criolla” y la “República indígena”, han venido desarrollándose en favor de los primeros como gobierno y control del Estado, mientras que los otros segundo han sido los actores y protagonistas de las diversas luchas a lo largo de estos dos siglos.

Del mismo modo, podemos mencionar al pensamiento colonial y su imposición, con los estudios realizados por Aníbal Quijano, quien sigue planteando que nuestro país sigue predominando un modelo de desarrollo occidentalizado dejando en la pobreza a la cultura andina; de allí comienza a nacer la “utopía andina”, “Buscando un Inca” y “el retorno del “InKarri” esperanza que en un determinado momento retornemos al pasado bajo características diferentes, donde los valores ancestrales, la economía y tecnología andina, las relaciones sociales, y la política recojan la esencia de nuestro pasado adecuándolo a nuestra realidad concreta.

Unos de los historiadores que ha podido recuperar y recoger estas utopías al cual lo denomino “Utopía Andina” fue el historiador peruano Alberto “Tito” Flores Galindo, el antropólogo Rodrigo Montoya, quien lo define como: “La Utopía Andina es la esperanza de volver a una sociedad justa como la del imperio inca, el sueño con una sociedad sin hambre y sin dolores”[1]. Mientras que Flores Galindo lo describe como: “… La utopía andina es un conjunto de actitudes y comportamientos sociales que buscan la restauración de la sociedad indígena derrotada y conquistada por los españoles. Pero no solo actitudes y comportamientos; también se expresa en libros, rituales, en la pintura, en la religión sincrética, en la fiesta popular, viviendo de preferencia en la imaginación, en el inconsciente colectivo de las poblaciones que soportaron la explotación colonial. Así como las utopías del hombre medieval europeo surgieron como esperanzas cristianas inspiradas en textos bíblicos, en los Andes la utopía tendrá la particularidad de surgir como consecuencia de una original interpretación de la historia indígena dentro de un contexto colonial”[2]

30 años de modernización occidental:

Durante la etapa de la guerra interna[3] que vivió nuestro país, en la década de los 80 y 90 del siglo pasado, encontramos personalidades discriminadoras, particularmente militares, quienes se ensañaron con los pueblos andinos. Uno de ellos fue el famoso “Gaucho” Cisneros Vizcarra, quién manifestó que “para acabar con el terrorismo, se debe aniquilar a toda una comunidad, no interesa si hubiera un solo terrorista, porque los niños van a seguir los pasos de los grandes”, a partir de esta orientación militar se desarrollaron matanzas y etnocidios, ensañándose con algunas comunidades como lo fueron: Accomarca, Cayara, Chuschi, entre otros que fueron desaparecidas. Del mismo modo hicieron lo mismo los grupos terroristas de “Sendero Luminoso y el MRTA”, que también mataron a líderes y asesinaron a muchas personas, tal como lo describe la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) en su informe final.

La captura de los cabecillas  de Sendero Luminoso y del MRTA, por parte del GEIN (Grupo  Especial de  Inteligencia Nacional) liderado por el General PNP Ketín Vidal; y la derrota de estos dos grupos de terroristas a cargo de las  Rondas Campesinas y Autodefensa, permitió la tranquilidad del país. Además implico el aprovechamiento del gobierno de Fujimori, para implementar un modelo de desarrollo económico occidental, basado en: a) reducción del Estado,  b) privatización de  las empresas públicas, c) implementación de la economía de mercado en nuestro país, d) incorporación al mundo occidental globalizado, y e) desaparición de las empresas asociativas, colectivas y comunidades campesinas para darles a los empresarios.

De esa manera la modernización occidental, arrincono toda expresión andina en lo sociocultural, político, económico y ambiental. El neoliberalismo desapareció muchos espacios ancestrales; haciendo que estos sectores se adecuen a los cambios renunciando a las utopías y mitos, logrando que muchos sectores comiencen a perder su identidad, convirtiendo a la sociedad peruana en un solo Estado/Nación. Tal como lo describe Mario Vargas Llosa en su famoso ensayo titulado “La Utopía Arcaica”, donde cuestiona y critica la tradición andina, indicando que “El indigenismo es fue una ficción ideológica, de corte pasadista y reaccionario –es decir colectivista, mágico, irracionalidad, antimoderno y antiliberal-…”[4]

Del mismo modo lo hizo  Alan García al catalogar a los indígenas como “Ciudadanos de segunda categoría”,  escribiendo sus famosos artículos titulados “El Perro del Hortelano”[5], discriminando a las culturas ancestrales.

En ese espacio considera que los indígenas deben subordinarse y depender de las  empresas transnacionales que deben predominar  en sus comunidades;  reemplazando  las actividades mineras a las agrícolas. Incorporándose a la modernización occidental, de esa manera ser considerados como ciudadanos en su propia patria.

El objetivo del representante de los ricos, era acabar con la ecología y medio ambiente de los territorios incursionándolos al mercado; cuyos dueños y propietarios de estos recursos naturales deberían aceptar el desarrollo neoliberal, y dejar de  oponerse a este proceso de modernización occidental.

Se pensó que en estos últimos 30 años de predominio de la cultura y modernización occidental, cuya clase política predominante ha reestructurado el Estado, ha occidentalizado la cultura y la sociedad,  donde  los diversos  gobiernos nacionales han tratado de desaparecer patrones socioculturales ancestrales. Todo parecía que esto iba a predominar, pero en estas últimas elecciones presidenciales el destino de nuestro país se ha detenido y estaría dando un cambio de rumbo; le ha dicho no al continuismo neoliberal.

Elecciones presidenciales y enfrentamiento de dos modelos de desarrollo:

En estos últimas semanas estamos viviendo la campaña electoral en segunda vuelta de un proceso electoral, que va a decidir a uno de los contendores como el nuevo gobernante de nuestro país; quien se encargara de conducir los destinos de nuestro país rumbo al bicentenario.

Estos dos candidatos representan a dos culturas y modelos de desarrollo totalmente antagónicos; la primera es el liberalismo y su economía de libre mercado expresado en Keiko Fujimori que vinculado a la cultura occidental; y el otro representa al modelo de desarrollo que busca reivindicar a la cultura andina basado en la presencia del Estado dentro de la sociedad, representado por Pedro Castillo con sus características socio cultural ancestrales.

En los últimos tiempos muy poco se ha venido estudiando el fenómeno de la contradicción entre la cultura occidental y la cultura andina; como si pudiéramos considerar que esta última ha sido absorbido por el modelo occidental. Haciéndonos creer que la adecuación y la aceptación de lo foráneo han predominado, implicando una dependencia económica, social, cultural y política.

El triunfo de Pedro Castillo en la primera vuelta,  representa el descontento de la población marginada social, cultural, política y económicamente; ya que nunca se ha beneficiado de la modernización ni del desarrollo, mucho menos del crecimiento.

Eso ha implicado desconcierto en la derecha,  herederos de los criollos y de la Aristocracia, que nuevamente como si fuese hace 200 años, se han unido para enfrentar y acallar esta revolución democrática iniciada por parte de los defensores de la cultura andina, de los precursores y defensores de las etnias milenarias, que se han puesto de pie para impedir  el avasallamiento y la liquidación de nuestras utopías, e identidades.

Después de los resultados de la primera vuelta, encontramos a una derecha ortodoxa, fascista, neonazista, que demuestra su odio a un candidato humilde y representante de la población oprimida; utilizando todos los medios tecnológicos, comunicacionales (diarios, canales de televisión, radio, etc.), voceros  periodísticos, políticos, artistas, deportistas, para desprestigiarlo; utilizando como estrategia el miedo y terror a las propuestas del candidato que los está haciendo sufrir y  al temor de perder el control del Estado.

Al igual que destruyeron a  Verónica Mendoza candidata de izquierda en la primera vuelta;  esta clase dominante hace lo mismo con Pedro Castillo, que sigue liderando las últimas encuestas, a poco menos de tres semanas, como: IEP 36.5% para Castillo y 29.6% para Keiko Fujimori[6], IPSO 51.1% a favor de Perú Libre, 48.9% para Fuerza Popular[7],  y que esta como favorito en esta segunda vuelta electoral.

Es bien sabido que la clase política de la derecha no está tranquilo con estos resultados difundido por las encuestadoras; a como dé lugar están buscando  tumbarse a Castillo, para ello manejan una serie de estrategia comunicacional y acciones, tratando de demolerlo e impedir el triunfo de   las elecciones.

A modo de Conclusión:

Somos un país que a lo largo de estos últimos 200 años hemos vivido  etapas llenas de conflictos y contradicciones entre dos culturales o representaciones de sociedades la criolla o también llamada aristocrática y la indígena o también denominado popular, este último ha sido  excluido durante este bicentenario y nunca han sido incluidos ni beneficiadas en los diferentes modelos de desarrollo y modernización.

Muchos ciudadanos provenientes de la cultura andina se han ido aculturando (como lo dijo en una oportunidad José María Arguedas),  asimilando la modernización occidental; que al igual de la lucha contra la colonia y el virreinato, están del lado de los liberales.

Existe mucho optimismo, que en esta segunda vuelta electoral pueda revertirse la orientación electoral, por un cambio en favor de los sectores y clases sociales desposeídas.

 

 

 



[1]La Utopia Andina”, Rodrigo Montoya en “Margenes N°8”, 1991.

[2] Ibid

[3] Posición de la Comisión de la Verdad y Reconciliación Nacional (CVR).

[4] Fondo Cultura Económica, México, 1996

[5] El artículo de Alan García fue publicado en el ddiario el Comercio en tres partes 28/10/2007, 25/11/2007 y 02/03/2008.

[6] Diario la República 16.05.2021

[7] Diario El Comercio 16.05.2021

LOS MILONGAS DENTRO DE UN MODELO ECONOMICO NEOLIBERAL (I PARTE)

 

Por: Percy J. Paredes Villarreal

Existen dos herramientas o instrumentos importantes que todo antropólogo debe utilizar para recoger la información cuando queremos conocer algún problema y formular alternativas de solución; estas vienen a ser la observación y la otra es la conversación, para no denominarlo entrevista que en muchos de los casos le recorta el espíritu o la esencia de tener una conversación amena con el informante en que debe explayarse largamente.

Haciendo uso de esos dos instrumentos,  uno puede aproximarse y conocer la realidad, además de involucrarse; de esa manera se busca ser objetivo en la recopilación de la información y su respectivo procesamiento.

Recientemente después de más de un año y medio, me pude encontrar con un amigo dedicado a la “milonga”, algunos desconocerán a quienes se les denomina o se les llama así;  otros sabrán sobre su procedencia. Pues bien este término se refiere a un tipoico baile argentino, que en nuestro país su significado es totalmente diferente.

Cuando escuche ese término, me llamó la atención, comencé a tener curiosidad por saber sobre esta característica, involucrándome y haciéndome amigos de algunos de ellos.

Nuestro país, es uno de los que tiene la alta tasa de economía informal, y de sus actividades relacionado a ello. Dentro de este rubro encontramos a muchos sectores y actores involucrados a esta, vinculados mayormente a las actividades de los servicios.  Ya que  los que se encuentran inmersos en este rubro de la informalidad no cuentan con un ingreso y salida del trabajo, cuando uno quiere trabaja o no lo hace; gana para subsistir, y en algunos casos hay dia en que le va bien, como en otros regular y por último hay días en que no les cae nada, ni para el “te” como dicen criollamente. Pero lo importante se lo buscan en diversos lugares, ámbitos o de diferentes maneras.

Dentro de la informalidad, encuentras individuos, parejas o familias dedicadas a este rubro; además, de que no tienen ningún sueldo mínimo ni máximo; además, no tienen horario de trabajo, ni encuentras algún tipo de competencia por brindar el servicio, todos se conocen, a veces entre ellos mismos se ayudan, y en algunas ocasiones los varones defienden a las mujeres ante cualquier tipo de abuso o falta que quieren hacer, porque podríamos verlo como una comunidad.

Del mismo modo, estos funcionan en espacios donde se concentran muchas personas que van por un determinado bien o servicio.

EL TRANSPORTE INTERPROVINCIAL INFORMAL

Durante el inicio del gobierno fujimorista, la informalidad se convirtió en uno de los factores fundamentales para sobrevivir; uno de esos fue el transporte interprovincial, donde a partir de allí se comenzaron a crear una serie de redes sociales inter o intrafamiliares dedicadas a rubro de los servicios de diferente índole.

Uno de estos espacios de informalidad fue el Terminal Terrestre “Fiori”,  centro de transporte interprovincial, dedicado a brindar servicios de movilidad   de Lima al Norte; existe otra en “Yerbateros”, dedicado a dicho rubro pero para el Sur.

En sus inicios no era muy predominante, pero hubo un momento donde la concentración tuvo mucha demanda; ya que la gente llegaba a este terminal con sus cosas, equipajes, cargas, etc., y  las empresas podían llevarlos. Esta concentración permitió que las empresas formales comenzaran a perder su demanda, ante el incremento del transporte informal.

La creación de “Fiori” llegó a tener un pico de mayor demanda, donde los buses salían cada 30 minutos; de esa manera se iban turnando. Del mismo modo, la mayoría de empresas de transporte formal, tuvieron que incorporarse a este espacio, ya que llegaban y bajaban personas, como también recogían.

Muchas autoridades ediles, trataban de desaparecerlo, pero no lo pudieron;  con la creación de “Plaza Norte”,  en sus inicios de funcionamiento no pudieron desaparecerlo; por lo que tuvieron que acudir a la presión política, jurídica y dinero por lo bajo,  para lograr cerrar y desaparecerlo.

A pesar de ello, “Fiori” seguían brindando el servicio de diferente manera, boleteaban en dicho lugar pero los llevaban a otras calles cercanas donde recogían a los pasajeros; posteriormente,  las empresas comenzaron alquilar locales para vender boletos y luego venía la movilidad y los recogía. Pero allí seguía resistiendo el terminal terrestre, de otra manera o modalidad diferente al común,  brindaba el servicio; el pragmatismo lo llevó a resistir y actuar de diferentes maneras, de acuerdo a la circunstancia en que se encontraban.

A pesar de la presión, las personas que deseaban viajar y los dueños de las empresas de transporte, se resistía acudir a plaza norte, como alternativa a la modernización del servicio, pero  la población que utilizaba estos servicios prefería mantenerse dentro de este espacio.

Luego la empresa de transporte “Flores”, ubicado en la avenida Marcopolo, se encargó de agruparlos en su territorio, alquilando a las demás empresas para que pudieran funcionar resistiéndose a dejar de funcionar frente a un local moderno como lo era Plaza Norte, que no permitía la competencia.

El cierre de “Flores”, se debió gracias a los grandes empresarios y dueños de Plaza Norte, que se juntaron para desaparecer a sus competidores; de esa manera tener el monopolio del transporte interprovincial. A pesar de ellos los pequeños transportistas buscaban la manera de seguir brindando los servicios, utilizando la imaginación y creatividad de estas pequeñas empresas que se resistían a dejar de funcionar.

Al verse derrotados estas pequeñas empresas no le quedó más que aperturar un local más al norte, por naranjal, para de esa manera brindar el servicio. Mientras tanto la gente que llegaba a Fiori, algunas de estas empresas vendía los pasajes en este lugar, y con una movilidad pequeña los trasladaba al nuevo terminal terrestre ubicado más al norte (Naranjal).

Mientras tanto, otros seguían vendiendo boletos entre las avenidas Fiori y Marcopolo donde pasaba la movilidad y los “levantaba”, de esa manera seguían, funcionando. En su defecto, vendían boletos y algunas empresas de transporte que tenían su local en Plaza Norte, esperaban que saliera el bus, para que los hiciera subir. Obviamente que el pasaje era más cómodo de lo que vendían en dicho lugar.

También habían personas que vendían los boletos, y luego de un determinado tiempo los llevaban a Plaza Norte, para que suban a los buses, es decir hubo diversas modalidades o estrategias para evitar que las empresas pequeñas se fueran a la quiebra.

Lastimosamente, no pudieron enfrentar a la pandemia, que muchas de estas empresas informales, no han podido resistir; algunas de ellas ya no brinda los servicios.

SERVICIO INFORMAL DE COMIDA AL PASO:

A raíz de constitución del Terminal Terrestre interprovincial “Fiori”, comenzaron a crearse una serie de actividades colaterales encargadas de brindar servicios, y esto implicaba la autogeneración de puestos de trabajo de muchas personas. Realizando servicios en diversas índoles (comido al paso, desayunos al paso, tiendas al paso, refrescos al paso, café al paso, etc.)

Durante los primeros años, la municipalidad distrital de Independencia era el encargado de cobrar sisa a los comerciantes informales; estos se encargaron de censar a la población dedicada a la informalidad llegando a contar a más de 500 personas.

Los ingresos por este rubro solamente en este espacio de aproximadamente 300 metros cuadrados, recaudaban aproximadamente 2000 soles diarios. Lastimosamente hubo un proyecto de ley que anulaba las sisas; por lo que, la municipalidad dejo de percibir esa cantidad de dinero diariamente.

La venta de comida fue la que más predominó, ya que se realizaban durante las 24 horas donde algunas personas dedicadas a ese rubro se turnaban; ya que había vendedoras de comida en la mañana, tarde, noche y madrugada.

Del mismo modo, encontrábamos a  personas que vendían golosinas, gaseosas, cafés, pollo, etc.; estas eran las que vendían en las afueras del terminal; mientras que otro grupo ingresaba a los buses a vender, dulces, caramelos, gaseosas, pollo, además encontramos a otro grupo dedicado a la venta de cargadores para celular, USB, etc., y por último encontramos a personas que te apoyaban con tus cosas, que lo trasladaba desde tu llegada en micro o taxi  lo subían al bus, ellos iban ofertando su producto.

El que predominaba en este rubro fue la comida al paso. Lo interesante era la rotación del espacio, uno grupo trabajaba por la mañana, otro lo hacía por la tarde y otro grupo por la noche.

La venta de esta comida involucraba a la familia, padres e hijos dedicado a esta actividad. Como en una ocasión me dijo uno señor dedicado a la venta de comida “gracias a este trabajo, pude darle educación a mis hijos; uno de ellos ha culminado los estudios universitarios otros estaban culminando la secundaria”.

La mayoría de estas personas eran migrantes de la segunda y tercera generación, que habían encontrado una oportunidad para seguir viviendo y trabajar decentemente; de esa manera, sacar adelante a su familia. Del mismo modo, con la llegada de emigrantes venezolanos, encontraron un espacio para dedicarse a la actividad informal.

Con el cierre del Terminal Terrestre de  “Fiori” muchas de estas personas dejaron de trabajar y vender comida, retirándose de este lugar, algunos se quedaron, pero la demanda ya no era similar al de los primeros años. Tuvieron que adecuarse a las circunstancias, algunos de ellos cambiaron de rubro, otros hacían poca comida y se trasladaban en carretillas ya no contaban con sus grandes ollas, ni tampoco con mesas y sillas para que puedan atender tranquilamente.

En algunas ocasiones los policías municipales y de serenazgo los corrían, por lo tanto tuvieron que retirarse y buscar otros medios o mecanismos de subsistencia y sobrevivencia; los que se mantuvieron actuaban diferente.

LOS MILONGAS:

En los inicios se les llamaban “llenadores” de buses, había uno que llamaba, los otros estaban por fuera reclutando a los pasajeros lo subían y los ubicaban en un determinado asiento. Eran los encargados de llenar un bus, para lo cual estaba conformado por un grupo de  tres o cuatro personas,  al llenar el bus recibían una cantidad entre 150 a 200 soles, y se repartían.

Aparte de ellos había otro grupo que  cuando llegaban pasajeros con bultos ellos se acercaban y te apoyaban cargado las maletas y trasladarlo al bus, y en compensación uno les brindaba una propina; del mismo modo, habían los guiadores, que cuando bajabas del micro se acercaban y te atendían llevándote hasta la boletería.

Posteriormente, con el cierre de “Fiori”, cambiaron su función, estos mismos eran los que te captaban,  llevaban a la boletería, ellos te daban un precio; en muchas de las ocasiones, lo sobrevaloraban, cuando otros iban directamente a la boletera les daban a menos precio. Por lo tanto, la diferencia tenían que darle al que te llevaba a la boletería.

Estos personajes te captaban y te llevaban a cualquier vendedor de boleto según el destino a donde ibas; allí te daban un precio en que uno pagaba y le entregaban el costo del boleto, luego retornaba el muchacho que te reclutaba y le daban la comisión, que en algunos de los casos eran 5 soles como mínimo, en otros casos era más.

A estos personajes, les denominaban “milongas”, porque tenían la habilidad de captar al pasajero lo llevaban a cualquier empresa según el destino a donde ibas, te daba un precio por encima del real, en algunos casos tenías que negociar, en otros casos aceptabas.

Entre ellos nunca había competencia o confrontación, mucho menos peleas para captar un pasajero; todos se conocían, a veces trabajaban juntos, cuando estaba el terminal terrestre, porque el trato se hacía  con el chofer, el dueño o administrador de la empresa.  Cuando cerró el terminal, cambión la estructura, el trabajo era más individual, el trato se hacía con la boletera, el “milonga” se encargaba de reclutar al pasajero lo llevaba a la boletera y los ubicaba en un determinado lugar donde estaban todos los pasajero hasta que se comunicaban con el chofer indicándole por donde se encontraban y acordaba ir a un determinado punto para que los recoja.

La mayor demanda de pasajeros era por las noches,  trabajaban varones y mujeres, los primeros eran los que reclutaban a los pasajeros y las segundas se encargaba de vender los boletos; muchos de ellos eran parejas o se conocieron en dicho lugar; la vida para estas personas era muy relativa.

Algunos de los que hacían ese trabajo sus ganancias lo concentraban en su hogar; otros, la ganancia lo dedicaban al consumo de drogas, a las bebidas alcohólicas, otros tenían familia e hijos y tenían que cubrir su día para pagar su cuarto, alimentación y los estudios de sus hijos.

Muchos de estas personas eran de zonas muy alejadas, pero llegaban por las tardes o las noches a realizar su cachuelo, conseguían su día y luego retornaban a sus hogares. (Continuará…)