LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN FRENTE A LAS RONDAS CAMPESINAS
Por: Percy J.
Paredes Villarreal
En días pasados, la prensa limeña
sensacionalista y mediática, no dejo pasar desapercibido un acontecimiento, con
la finalidad de enfilar sus baterías dirigido al gobierno de Castillo. El hecho
se suscita mediante la presencia de tres periodistas de América Televisión, que
llegaron al distrito de Chadin provincia de Chota en Cajamarca; para,
supuestamente, recoger información referido a los ofrecimientos de obras para
las comunidades, que ha venido realizando la cuñada del presidente conjuntamente
con una determinada empresa. La finalidad de los comunicadores era demostrar la
injerencia y direccionalidad de un miembro de la familia en las inversiones del Estado.
El objetivo de la prensa “mermelera”
capitalina era crear una narrativa
vinculado a la corrupción por parte de los familiares del Presidente Castillo; convirtiendo
al mandatario como el jefe de una supuesta “organización criminal para
delinquir”. Y así seguir desprestigiando
al mandatario de lo que ya está.
Debido al desconocimiento que tienen estos comunicadores
sociales sobre la dinámica sociocultural de las personas del mundo andino; por
no decir otra cosa, los periodistas fueron retenidos por las Rondas Campesinas.
Según el argumento de los ronderos, dijeron que estas personas no se
identificaron ni tampoco indicaron a que fueron a este lugar.
Lastimosamente, tenemos una
prensa direccionada, sensacionalista, mediática y anti castillo; que ha hecho
cuestión de estado por este impasse; tildando a los “Ronderos” como
delincuentes, secuestradores, seguidores del gobierno, y una serie de epítetos
descrito por la prensa homogénea de Lima.
Esta ofensiva periodística limeña
que vienen realizando, con este tipo de
mensajes y contenidos; tiene como objetivo
traérselo abajo a Pedro Castillo a como dé lugar. Por lo tanto, han logrado
que la Fiscalía aperture una investigación
a los ronderos, así como también iniciar un proceso de investigación a la
cuñada de Castillo.
A la vez, el Congreso de la
República ha llamado al Ministro del interior, para que dé una explicación
sobre este tema. Es decir han logrado sostener una narrativa inverosímil con la
finalidad de seguir desacreditando la imagen de Castillo; que hasta la fecha no
puede caer.
Desde antes de la asunción de
Castillo como Presidente de la República, la derecha en su conjunto ha venido actuando
desde los diferentes espacios sociales y políticos, sin poder doblegarlo; tampoco
han podido someterlo a los lineamientos y mandatos de esta derecha que ha sido
derrotado en las urnas y no quiere reconocer ni aceptarlo. Tal como lo hicieron
con Toledo, García, Humala y PPK.
La derecha se ha desenmascarado actuando tercamente dentro del marco de la
discriminación estructural contra el Presidente de la República y las Rondas
Campesinas; a esta clase social no les interesa que Castillo adecue su gobierno a los mandatos de la
modernización occidental predominante en la capital del país. Este grupo de
poder predominante tilda a Pedro Castillo como una persona ignorante, incapaz,
bruto, mediocre, antimoderno, que se hace rodear de gente incompetente,
incapaz, mediocre y corrupta; por lo tanto su única salida es la destitución de
su cargo.
Frente a este hecho político, en
lugar de perjudicar al gobierno y a las rondas, lo que está sucediendo es
fortalecer a esta organización comunitaria. Ya que, las rondas campesinas son
organizaciones rurales, que se encargan de brindar seguridad y garantizar la
paz social dentro de sus comunidades ante cualquier tipo de incursión, amenaza
y/o presencia de extraños, que buscan
generar el caos y delinquir en sus territorios.
Es importante indicar que según
la Convención N° 149 de la OIT, el Articulo N° 149 de la Constitución Política
del Perú, la Ley N° 27908 “ley de Rondas Campesinas”, y su respectiva
reglamentación; así como también el Acuerdo Plenario n° 01-2009/CJ-119, le da
potestad para administrar justicia dentro de su jurisdicción, en el marco de la
ley consuetudinaria.
Por lo tanto, las rondas
campesinas pueden retener a un individuo
desconocido, que no es del lugar, y pedirle información. Por eso, como ellos
indican, cuando una persona desconocida llega a estas zonas rurales, lo primero
que debe realizar es coordinar con las Rondas Campesinas, dándole a saber su
presencia e interés. Y este puede realizar sus respectivas actividades con la
autorización y acompañamiento de sus dirigentes; adecuándose a la vida rural andina.
Este tipo de “usos y costumbres”
dentro de las comunidades rurales, son prácticas que se mantienen
ancestralmente; y tienen que ser respetado por aquellos que no pertenecen a la
comunidad y que llegan o están de paso por estos lugares. De lo contrario son
sancionados.
Lastimosamente, los periodistas
limeños, desconocen cómo es la dinámica
y la vida en las zonas andinas; no
quieren aceptar o adecuarse a estas normativas, que no están escritas pero que aquellos que llegan a una determinada comunidad deben acatarlo. De lo contrario
tienen que asumir sus responsabilidades y ser sancionados.
Este hecho social, tiene un
trasfondo sociocultural que es exponer a las Rondas Campesinas como un sector atrasado,
de analfabetos, de violentistas, no modernos; donde incluyen al Presidente como
un integrante de este grupo humano con estas características sociales,
políticas, económicas y culturales. Creyendo y considerándose los periodistas limeños, como modernos, con
una ideología centralista y capitalina, donde consideran que las regiones y
provincias son sociedades atrasadas y
por lo tanto, estas tienen que adecuarse a la modernización del mundo
occidental y limeño.
Por lo tanto los medios de comunicación capitalinos
y la derecha en su conjunto, que tienen el control de la política, la economía
y la comunicación; consideran que la homogeneidad sociocultural debe estar
concentrado en la modernización occidental, donde las regiones deben someterse,
adecuarse o adaptarse a las normas que la globalización cultural limeña les
impone en nuestro país. De lo contrario la discriminación estructural se va a
seguir manteniendo en contra de aquellos que no se adecuan a la nueva
colonialidad.