“AGARRETE UN CHORO Y CASTIGALO”
Por: Percy J. Paredes Villarreal
Mattos Mar, en su libro “Desborde Popular…”, su tesis
principal de este estudio, está relacionado a los ciudadanos que migraron a la
capital del país, en un determinado momento sobrepasaron las normas,
instancias, instituciones, comenzando a construir su propias normas.
Y es que el desborde popular, debe ser entendido como una
actitud donde las instituciones dejaron de representar a la ciudadanía; por lo
tanto, estos después de un determinado tiempo de pasividad pasan a convertirse
en actores buscando en todo momento solucionar sus propios problemas.
El desborde se inicia en el proceso migratorio, es decir del
campo a la ciudad; posteriormente, ingresa al campo económico con la formación
de la autogestión mediante la constitución de las microempresas, la
informalidad, etc.; en la actualidad este desborde se viene dando dentro de la
inseguridad que está viviendo la población, y difícilmente puede ser controlado
por las instituciones respectivas.
Asimismo, el desborde es producto de la crisis y de la
incapacidad de las instituciones, de poder solucionar y resolver los problemas;
por lo que, la ciudadanía comienza a organizarse para empezar a resolver sus propios
problemas que deberían ser resueltos por el Estado, al cual ahora se le
denomina Estado fallido; pero lamentablemente esta se encuentra en crisis
generalizada.
Particularmente la inseguridad, es un tema que viene desde
mucho tiempo atrás; esta se genera en las zonas rurales, donde los campesinos
y/o agricultores, ante las denuncias por robos sufridos, encuentran omisiones a
estas quejas por parte de las instancias respectivas como: Policía Nacional,
Juzgados, entre otros organismos públicos; por lo tanto, los campesinos
comienzan a organizarse en lo que se le denomino Rondas Campesinas.
Las Rondas Campesinas, han tenido que batallar y luchar para
ser reconocido como organización social, ya que están inmerso en el Convenio
Internacional de la OIT N° 169, el Articulo N° 49 de la Constitución Política
también lo incorpora; existe una ley y Reglamento de Rondas Campesinas, y
también se encuentran la interpretación auténtica del Poder Judicial en favor
de las Rondas Campesinas.
A pesar de tener normas que le favorecen; existe acciones y
actitudes, que buscan anular y deslegitimar su rol y función dentro de la
comunidad y de la sociedad. Donde el Poder Judicial, la Policía Nacional, que
en estos últimos tiempos han perdido la credibilidad, confianza y respeto;
siguen generando cuestionamiento y controversia en torno al accionar de las
Rondas Campesinas, oponiéndose en todo momento.
La Inseguridad se refleja en estos últimos tiempos, donde
podemos ver y notar el incremento de la inseguridad donde la delincuencia
expresada, en: sicariato, extorsión, asalto, secuestro, y la violencia intrafamiliar
va aumentando aceleradamente, sin que estas entidades públicas encargadas de
brindar un buen servicio y una buena atención, brillan por su ausencia, y no
brindan la confianza y la seguridad del caso.
Frente a esta coyuntura que venimos viviendo, los propios
pobladores se vienen organizando y están comenzando hacer justicia por su
propia mano; ya empezó y esto va a ir avanzando conforme los ciudadanos de las
zonas costeñas y urbanas comiencen a tomar conciencia en la importancia de
autorganizarse en Rondas Urbanas, para que de esa manera puedan tener el
respaldo formal y legal de su trabajo.
De esa manera, la democracia directa y participativa,
comienzan a fortalecerse desde los propios espacios vecinales; para hacer
justicia y defenderse de la delincuencia y de la corrupción.
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