CHICLINENSES QUE VISTIERON LA CASAQUILLA DEL LUB SPORT “ALFONSO UGARTE” DE CHICLIN
Por: Percy J. Paredes Villarreal
En una oportunidad conversando con algunos señores adultos,
me comentaban que muchos padres de familia anhelaban que su hijo vistiera la casaquilla
ugartina; no les interesaba si aprobaban el año escolar o no, si salían bien en
los cursos o no; lo que les interesaba es que su hijo jugara en el “Alfonso
Ugarte”; de esa manera tenían prestigio su familia: ese era el mayor orgullo
para el padre de familia. Esta característica de la familia de la década de los
60, 70, y 80 del siglo pasado, se convirtió en una obligación y orgullo de todo
joven chiclinense; ya que su aspiración era jugar al futbol y brillar con luz
propia.
El deporte, particularmente, el futbol para las familias
chiclinenses era un aspecto importante en su medio, como también dentro de su
espacio de socialización y de relación intrafamiliar, entre personas y pares;
ya que, de esa manera, podía tener tanto la familia como el hijo que jugaba en
los “Diablos Rojos”, un prestigio para
los familiares como para él.
En esta oportunidad vamos a describir a los chiclinenses que
pasaron por esta institución deportiva a lo largo de sus 100 años de vida
institucional.
Queda en nuestra memoria colectiva aquellos jugadores de los
inicios de su fundación institucional, que han brillado con luz propia, como: Sergio
Otiniano, Daniel Larrea, Choquia Salavarría, Carlos Domínguez “El Diablo
Mayor”, Valentín Sánchez, “Cuello” Pérez, Humberto Ríos, Ángel “Cañería”
Aguilar, Jaime “Pato Loco” López, “Tanque” Aparicio, Lauro Quipuzco, Cesar
Idrogo, Los hermanos Rivera, los hermanos Díaz, Julio Lobatón y el famoso
Alfonso “Cohete” Ugarte, , icono de los “Diablos
Rojos” de esa época; aparte de otros destacados deportistas que llegaron a
Chiclín a vestir la casaquilla ugartina, pero que no se quedaron a vivir en
este lugar, sino migraron a otros equipos y sitios, entre otros destacados
futbolistas de los años 1917 a 1956.
A partir del año de 1957, en que el Alfonso Ugarte de
Chiclín, baja de categoría; se incorpora una nueva generación de chiclinenses que
jugo en segunda división para luego ascender a primera; muchos de ellos,
después de campeonar decidieron irse a otros clubes deportivos como otros que
se mantuvieron, los campeones de segunda e hicieron subir a primera división,
fueron: “Bolsa” Florián, “Cobo” Vallejo, Alonso Vera, “Sabu” Descalzi, Nelson
Visosa, Andrés “Ñato” Gamarra, Víctor “Chicote” Palacios, Alejandro Osorio,
Pedro Ponce, “Chicamero” Quispe, Ismael “Pele” Aguilar, Erasmo “Samba” Gamboa,
entre otros.
Posteriormente, a partir de la década de los 60 del siglo
pasado, vinieron otras generaciones que eran los hijos de algunos deportistas
de la primera generación que vistieron la casaquilla roja y blanca, como lo
fueron: Alfredo “coco” Larios Vásquez, Segundo “perro” Mendoza Loayza, Jorge
“Zorrillo” Quipuzco Valderrama, Lorenzo “Lolito” Paredes Alfaro, Segundo “Chinchula” Frontado, Julio Larrea
Espinoza. Todos ellos conjuntamente con José “Chicamero” Quispe, Constante “Melachoni” Mendoza, Julio
Carpio Mendoza, entre otros chiclinenses formaron una generación de deportistas
importantes en el futbol chiclinense. A esta generación de Chiclinenses, se
incorporaron otros que se quedaron en estas tierras dichosas como: Vicente
“Chocolatín” Montero, Erasmo Gamboa, “Pepón” Alcántara, Jorge Canales, Marcelino
Arroyo Lachira, la mayoría de ellos se casaron con mujeres chiclinenses por lo
que trabajaron en la ex Hacienda y siguieron jugando en los “Diablos Rojos”
hasta una determinada época, en que se retiraron.
Luego, viene la década de los 70 donde aparecen otra nueva generación
de deportistas como los hermanos Carlos y Eduardo Aguilar Caballero, “Neko”
Chávez Aguilar, hijos y nieto de Ángel “Cañería” Aguilar, respectivamente;
Ricardo Pérez, hijo de “Cuello” Pérez; Raúl Ríos, hijo de Humberto Ríos;
“Machío” Vallejo, hijo de Teodomiro Vallejo y hermano de “Cobo” Vallejo;
Segundo “Gundo” Pereda, hermano de Julio Larrea.
Del mismo modo, podemos mencionar a otros deportistas de esa
década que jugaron en los “Diablos Rojos”, algunos de ellos se quedaron en este
lugar como otros salieron a jugar en otros equipos, a continuación podemos
describirlo: Pedro “Triki Traca” Bocanegra Nita, los hermanos “Pilolo” y
Napoleón Caceda Bustamante nacieron en Salamanca pero muchos años residieron en
Chiclín; Tomas “Trinche” Silva, Alejandro “Ñato” Gamarra, Denis “Cachi” Ríos,
“Chino” Vera Linares, “Shangi” Vargas, los hermanos Silverio y Gilberto Ortiz
Pinedo, “Shumao” Reyes, “Machío” Vallejo, Dalmiro Caceda, “Virulo” Marquina, “Chicudo”
Ascencio, Julio García, “Lucho” Vásquez, “Calín” Verá, “Caldajo” Aguilar, entre
otros.
En la década de los 80 se incorporan otros chiclinenses que
vistieron la casaquilla del “Alfonso Ugarte” como lo fueron: Los hermanos Asmad
Paredes (William y Lucho), nietos de “Cusco” Paredes y Sobrinos de “Lolito”
Paredes; “Moa” Soltero hijo de don
Federico Soltero; Emilio Vallejo, hermano de Cobo y Machío Vallejo, hijo
de Clodomiro Vallejo; Julio Carpio Moya, sobrino del arquero ugartino Julio
Carpio Mendoza, Daniel “Cuto” Larrea Melón, nieto de Daniel Larrea, sobrino de
Julio Larrea y de “Gundo” Pereda; Cesar “Casareto” Idrogo Mariños, hijo de
Cesar Idrogo arquero del Alfonso Ugarte del año 1956; Ismael “Amaral” Aguilar Terrones, hijo de Ismael “Pele”
Aguilar quién jugo por el Ugarte en los años 1957 y 1958. Además de otros
deportistas chiclinenses que destacaron como: “Shoda” Pereda, “Pish” Vasquez,
hermano de “Lucho” Vásquez, “Toño” Zavaleta, “Coco” Horna, “marre” Zamudio, Javier
“Cachaco” Castro Cruz (actual presidente de la Institución ugartina), “Huacho”
Albitre, Pablo “Poda” Ramírez, “Chino” Guevara Siccha; también podríamos
incorporar a los hermanos Lavado Frontado, que a pesar de vivir en Moche, sus
raíces están en Chiclín.
En la década de los 90, nuevamente otro contingente de
chiclinenses se viste la roja y blanca de los “Diablos Rojos” de Chiclín, en
diferentes campañas, podemos mencionar a: Juan Barrantes Quipuzco, nieto del
Legendario Lauro Quipuzco, hijo del destacado arquero ugartino y de la
selección peruana Juan “Chueco” Barrantes; Juan Quispe Jacobo, hijo del gran
José “Chicamero” Quispe; asimismo, se incorpora al Ugarte Walter Aguilar
Terrones, hijo del destacado deportista Ismael “Pele” Aguilar y hermano de
Ismael “Amaral” Aguilar Terrones; Telmo Silva, hermano menor de Tomas “Trinche”
Silva; . También se incorporan otros destacados futbolistas en esta época, como
lo fueron: Luis “Mono” Caipo Valverde, Víctor Hugo “Vitucho” García Fernández, Miguel
Osorio, Vera Guzmán, “Calín” Ramírez hermano menor de “Poda” Ramírez, Henry
Holguín Ávila hijo de “Colorín” Holguín, Melanio Tandaypan; y los hermanos
Vallejos Carpio, hijos de “Machío” Vallejos.
En la primera década del presente siglo, también hubieron
otros destacados futbolistas chiclinenses que vistieron la casaquilla de los
“Diablos Rojos”, estos fueron: Joel Gamboa Ruiz, hijo del destacado defensa
Erasmo “Samba” Gamboa; Lauro Barrantes Quipuzco, nieto de Lauro Quipuzco, Hijo
de Juan “chueco” Barrantes y hermano de Juan Barrantes Quipuzco; entre otros
destacados jugadores, que vistieron la casaquilla ugartina.
En esta última década encontramos al hijo de “Calín” Ramírez,
al nieto de Víctor Palacios, Jonatán defendiendo los colores del “Alfonso
Ugarte” de Chiclín.
Es importante indicar que la mayoría de estos deportistas que
vistieron la casaquilla ugartina, en ningún momento ganaban grandes sumas de
dinero por jugar; muchos lo hicieron por amor al club, y por una propina, lo
que les interesaba es vestir la casaquilla del club de sus amores. De esa
manera, demostraron su identidad con la institución deportiva.
Asimismo, debemos manifestar que estos deportistas, en su
gran mayoría formaron parte de generaciones que comenzaban a salir y surgir
en el balompié chiclinense; porque, en este lugar se practicaba el futbol;
posteriormente, el fulbito de una manera informal. Ya que, todos los días salen
a jugar a las canchitas existentes, como en la calle o en espacios donde se
colocan dos piedras simbolizando un arco en cada lado, no hay árbitros ni
réferis.
Dentro de este espacio eran reclutados y llevados a los
equipos que había en aquel entonces para luego ser promovidos al “Alfonso
Ugarte” de Chiclín. Por lo que, muchos de ellos veían al futbol como un deporte
y no como una profesión.
Hubiese sido muy importante e interesante hacerles un
reconocimiento a todos estos deportistas, de diferentes generaciones que
vistieron la casaquilla ugartina, para que de esa manera las nuevas
generaciones sepan que esta tierra ha tenido destacados deportistas a lo largo
de su historia deportiva.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio