martes, 10 de octubre de 2017

CHICLINENSES QUE VISTIERON LA CASAQUILLA DEL LUB SPORT “ALFONSO UGARTE” DE CHICLIN

Por: Percy J. Paredes Villarreal

En una oportunidad conversando con algunos señores adultos, me comentaban que muchos padres de familia anhelaban que su hijo vistiera la casaquilla ugartina; no les interesaba si aprobaban el año escolar o no, si salían bien en los cursos o no; lo que les interesaba es que su hijo jugara en el “Alfonso Ugarte”; de esa manera tenían prestigio su familia: ese era el mayor orgullo para el padre de familia. Esta característica de la familia de la década de los 60, 70, y 80 del siglo pasado, se convirtió en una obligación y orgullo de todo joven chiclinense; ya que su aspiración era jugar al futbol y brillar con luz propia.

El deporte, particularmente, el futbol para las familias chiclinenses era un aspecto importante en su medio, como también dentro de su espacio de socialización y de relación intrafamiliar, entre personas y pares; ya que, de esa manera, podía tener tanto la familia como el hijo que jugaba en los “Diablos Rojos”,  un prestigio para los familiares como para él.

En esta oportunidad vamos a describir a los chiclinenses que pasaron por esta institución deportiva a lo largo de sus 100 años de vida institucional.

Queda en nuestra memoria colectiva aquellos jugadores de los inicios de su fundación institucional, que han brillado con luz propia, como: Sergio Otiniano, Daniel Larrea, Choquia Salavarría, Carlos Domínguez “El Diablo Mayor”, Valentín Sánchez, “Cuello” Pérez, Humberto Ríos, Ángel “Cañería” Aguilar, Jaime “Pato Loco” López, “Tanque” Aparicio, Lauro Quipuzco, Cesar Idrogo, Los hermanos Rivera, los hermanos Díaz, Julio Lobatón y el famoso Alfonso “Cohete” Ugarte, ,  icono de los “Diablos Rojos” de esa época; aparte de otros destacados deportistas que llegaron a Chiclín a vestir la casaquilla ugartina, pero que no se quedaron a vivir en este lugar, sino migraron a otros equipos y sitios, entre otros destacados futbolistas de los años 1917 a 1956.

A partir del año de 1957, en que el Alfonso Ugarte de Chiclín, baja de categoría; se incorpora una nueva generación de chiclinenses que jugo en segunda división para luego ascender a primera; muchos de ellos, después de campeonar decidieron irse a otros clubes deportivos como otros que se mantuvieron, los campeones de segunda e hicieron subir a primera división, fueron: “Bolsa” Florián, “Cobo” Vallejo, Alonso Vera, “Sabu” Descalzi, Nelson Visosa, Andrés “Ñato” Gamarra, Víctor “Chicote” Palacios, Alejandro Osorio, Pedro Ponce, “Chicamero” Quispe, Ismael “Pele” Aguilar, Erasmo “Samba” Gamboa, entre otros.

Posteriormente, a partir de la década de los 60 del siglo pasado, vinieron otras generaciones que eran los hijos de algunos deportistas de la primera generación que vistieron la casaquilla roja y blanca, como lo fueron: Alfredo “coco” Larios Vásquez, Segundo “perro” Mendoza Loayza, Jorge “Zorrillo” Quipuzco Valderrama, Lorenzo “Lolito” Paredes Alfaro,  Segundo “Chinchula” Frontado, Julio Larrea Espinoza. Todos ellos conjuntamente con José “Chicamero” Quispe,  Constante “Melachoni” Mendoza,   Julio Carpio Mendoza, entre otros chiclinenses formaron una generación de deportistas importantes en el futbol chiclinense. A esta generación de Chiclinenses, se incorporaron otros que se quedaron en estas tierras dichosas como: Vicente “Chocolatín” Montero, Erasmo Gamboa, “Pepón” Alcántara, Jorge Canales, Marcelino Arroyo Lachira, la mayoría de ellos se casaron con mujeres chiclinenses por lo que trabajaron en la ex Hacienda y siguieron jugando en los “Diablos Rojos” hasta una determinada época, en que se retiraron.

Luego, viene la década de los 70 donde aparecen otra nueva generación de deportistas como los hermanos Carlos y Eduardo Aguilar Caballero, “Neko” Chávez Aguilar, hijos y nieto de Ángel “Cañería” Aguilar, respectivamente; Ricardo Pérez, hijo de “Cuello” Pérez; Raúl Ríos, hijo de Humberto Ríos; “Machío” Vallejo, hijo de Teodomiro Vallejo y hermano de “Cobo” Vallejo; Segundo “Gundo” Pereda, hermano de Julio Larrea.

Del mismo modo, podemos mencionar a otros deportistas de esa década que jugaron en los “Diablos Rojos”, algunos de ellos se quedaron en este lugar como otros salieron a jugar en otros equipos, a continuación podemos describirlo: Pedro “Triki Traca” Bocanegra Nita, los hermanos “Pilolo” y Napoleón Caceda Bustamante nacieron en Salamanca pero muchos años residieron en Chiclín; Tomas “Trinche” Silva, Alejandro “Ñato” Gamarra, Denis “Cachi” Ríos, “Chino” Vera Linares, “Shangi” Vargas, los hermanos Silverio y Gilberto Ortiz Pinedo, “Shumao” Reyes, “Machío” Vallejo, Dalmiro Caceda, “Virulo” Marquina, “Chicudo” Ascencio, Julio García, “Lucho” Vásquez, “Calín” Verá, “Caldajo” Aguilar, entre otros.

En la década de los 80 se incorporan otros chiclinenses que vistieron la casaquilla del “Alfonso Ugarte” como lo fueron: Los hermanos Asmad Paredes (William y Lucho), nietos de “Cusco” Paredes y Sobrinos de “Lolito” Paredes; “Moa” Soltero hijo de don  Federico Soltero; Emilio Vallejo, hermano de Cobo y Machío Vallejo, hijo de Clodomiro Vallejo; Julio Carpio Moya, sobrino del arquero ugartino Julio Carpio Mendoza, Daniel “Cuto” Larrea Melón, nieto de Daniel Larrea, sobrino de Julio Larrea y de “Gundo” Pereda; Cesar “Casareto” Idrogo Mariños, hijo de Cesar Idrogo arquero del Alfonso Ugarte del año 1956;  Ismael “Amaral”  Aguilar Terrones, hijo de Ismael “Pele” Aguilar quién jugo por el Ugarte en los años 1957 y 1958. Además de otros deportistas chiclinenses que destacaron como: “Shoda” Pereda, “Pish” Vasquez, hermano de “Lucho” Vásquez, “Toño” Zavaleta, “Coco” Horna, “marre” Zamudio, Javier “Cachaco” Castro Cruz (actual presidente de la Institución ugartina), “Huacho” Albitre, Pablo “Poda” Ramírez, “Chino” Guevara Siccha; también podríamos incorporar a los hermanos Lavado Frontado, que a pesar de vivir en Moche, sus raíces están en Chiclín.

En la década de los 90, nuevamente otro contingente de chiclinenses se viste la roja y blanca de los “Diablos Rojos” de Chiclín, en diferentes campañas, podemos mencionar a: Juan Barrantes Quipuzco, nieto del Legendario Lauro Quipuzco, hijo del destacado arquero ugartino y de la selección peruana Juan “Chueco” Barrantes; Juan Quispe Jacobo, hijo del gran José “Chicamero” Quispe; asimismo, se incorpora al Ugarte Walter Aguilar Terrones, hijo del destacado deportista Ismael “Pele” Aguilar y hermano de Ismael “Amaral” Aguilar Terrones; Telmo Silva, hermano menor de Tomas “Trinche” Silva; . También se incorporan otros destacados futbolistas en esta época, como lo fueron: Luis “Mono” Caipo Valverde, Víctor Hugo “Vitucho” García Fernández, Miguel Osorio, Vera Guzmán, “Calín” Ramírez hermano menor de “Poda” Ramírez, Henry Holguín Ávila hijo de “Colorín” Holguín, Melanio Tandaypan; y los hermanos Vallejos Carpio, hijos de “Machío” Vallejos.

En la primera década del presente siglo, también hubieron otros destacados futbolistas chiclinenses que vistieron la casaquilla de los “Diablos Rojos”, estos fueron: Joel Gamboa Ruiz, hijo del destacado defensa Erasmo “Samba” Gamboa; Lauro Barrantes Quipuzco, nieto de Lauro Quipuzco, Hijo de Juan “chueco” Barrantes y hermano de Juan Barrantes Quipuzco; entre otros destacados jugadores, que vistieron la casaquilla ugartina.

En esta última década encontramos al hijo de “Calín” Ramírez, al nieto de Víctor Palacios, Jonatán defendiendo los colores del “Alfonso Ugarte” de Chiclín.

Es importante indicar que la mayoría de estos deportistas que vistieron la casaquilla ugartina, en ningún momento ganaban grandes sumas de dinero por jugar; muchos lo hicieron por amor al club, y por una propina, lo que les interesaba es vestir la casaquilla del club de sus amores. De esa manera, demostraron su identidad con la institución deportiva.

Asimismo, debemos manifestar que estos deportistas, en su gran mayoría formaron parte de  generaciones que comenzaban a salir y surgir en el balompié chiclinense; porque, en este lugar se practicaba el futbol; posteriormente, el fulbito de una manera informal. Ya que, todos los días salen a jugar a las canchitas existentes, como en la calle o en espacios donde se colocan dos piedras simbolizando un arco en cada lado, no hay árbitros ni réferis.

Dentro de este espacio eran reclutados y llevados a los equipos que había en aquel entonces para luego ser promovidos al “Alfonso Ugarte” de Chiclín. Por lo que, muchos de ellos veían al futbol como un deporte y no como una profesión.


Hubiese sido muy importante e interesante hacerles un reconocimiento a todos estos deportistas, de diferentes generaciones que vistieron la casaquilla ugartina, para que de esa manera las nuevas generaciones sepan que esta tierra ha tenido destacados deportistas a lo largo de su historia deportiva.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio