domingo, 15 de septiembre de 2019

ZAPATERO A TUS ZAPATOS


Por: Percy J. Paredes Villarreal

La Antropología es una ciencia que se encarga de estudiar a los otros, o también podemos decirlo a los sujetos, a las personas, familias, grupos humanos o comunidades, que son diferentes social, cultural y étnicamente.

En estos tiempos de influencia de la globalización y el pragmatismo,  encontramos algunas características o patrones culturales tradicionales o ancestrales que se vienen extinguiendo, como otras que todavía siguen luchando para evitar su desaparición dentro de la sociedad y del mercado.

En esta oportunidad quiero describir una actividad laboral que  es sumamente importante al cual casi todos los ciudadanos y ciudadanas acudimos para que nos solucione un problema que tenemos; me refiero a los denominados señores zapateros, aquellos que se encargan de renovar o mejorar el calzado que utilizamos para desplazarnos de un lugar a otro, para caminar y que en algún momento no queremos descartarlo o botarlo por múltiples razones.

Algunos consideran que el calzado es algo descartable en el sentido que se compran para un determinado tiempo (años, meses, semanas o días), y cuando ya está viejo o ha pasado de moda, lo botamos y cambiamos por otro tipo de calzado. En otros casos,  lo mantenemos hasta que vemos que ya están muy maltratado y viejito; y con mucha nostalgia nos desprendemos de ellos.

Es importante mencionar que la importación del calzado chino a nuestro país,  está compitiendo deslealmente con la producción nacional, particularmente local; implicando el cierre  de muchas empresas familiares, que no han podido enfrentar y ganarle al calzado sintético que está predominando en el mercado peruano a un precio más barato.

Si hacemos un poco de historia podemos decir que  desde la década del 50 del siglo pasado hacia adelante, el calzado que uno se compraba era sinónimo de status y prestigio; del mismo modo, había marcas que tenían diferentes costos y estaba relacionado a la clase social al que uno pertenecía.

Asimismo, encontramos calzados de todo tipo, para el trabajo, para el estudio, para hacer deporte, para  reuniones sociales, etc. Aunque, ahora con los cambios estructurales que ha vivido la sociedad, se ha impuesto la “Chabacanería”, donde se combina la informalidad con lo formal, reflejándose en la vestimenta y en el uso del calzado dejando de lado la elegancia y la coherencia. Es decir predomina el “yo” y no el que “dirán”.

El calzado tiene un periodo de duración, por lo que evitamos su extinción brindándole mantenimiento para darle más tiempo de duración. En algunas ocasiones los únicos calzados que muchos tenemos lo hacemos  durar un buen tiempo; a veces cuando “ya no da para más”, con mucha nostalgia botamos a la basura, en otros casos lo obsequiamos a otras personas que se encuentran en condiciones económicas inferior o  donamos a algunas organizaciones de bien social.

Anteriormente, para alargar el tiempo de vida de nuestros calzados existen personas encargadas de darle mantenimiento brindando este servicio, al cual le denominamos “zapateros”, en su mayoría provienen del ande; el servicio que brindaba este artesano era un medio para poder subsistir en las ciudades y/o en las urbes; se instalaban al costado del mercado teniendo un espacio de aproximadamente dos metros cuadrados.  En otros casos, se instalaba en la esquina de la calle, en zonas estratégicas donde no podía obstruir el paso peatonal,  buscaba colocarse en lugares de mucha concurrencia; es decir eran un estratega para ver la ubicación e instalarse y brindar su servicio.

Conforme iba haciendo bien su trabajo incrementaba su clientela obteniendo ingresos mejorando su calidad de vida; de esa manera, podía  dar estudios superiores a sus hijos con ese humilde y sencillo trabajo. Gracias a este oficio, muchos padres han hecho profesional a sus hijos/as.

Este artista del zapato, cuenta con una silla y una mesa pequeña de aproximadamente 1 metro cuadrado con cajones, allí tiene sus herramientas de trabajo, martillo, diablo, alicate, además tienen pegamento, clavos, pomada de diferente color, escobilla, trapos, zapatos viejos, en mayor o menor cantidad, que debe arreglar, etc.; a su costado ubicamos piezas de cuero; otros cuentan con una máquina de coser zapato (diferente al de coser ropa); algunos son ordenados como otros desordenados en el manejo de sus cosas, pero ellos se entendían donde encuentran sus cosas.

Preferentemente, estos ciudadanos comenzaban solo, posteriormente incorporaban a sus hijos para que ayuden  ampliando su negocio o servicio, porque su clientela comenzaba a incrementarse. A la vez, tiene un horario de atención, donde todos saben a qué hora llega y atiende, como a qué hora se va;  además, de los  días libres que tiene, preferentemente son los lunes por lo que tradicionalmente se le denomina “día del zapatero”.

El servicio que brindan es múltiple,  desde pegar o coser a mano la suela del zapato, pegar el taco del zapato,  coser algo que esta descocido, agujereado, etc.; además de cambiar el taco o cambiar toda la planta; este servicio que brinda es para todo tipo de calzado de varones como de mujeres;  para este personaje, todo es solucionable. Para el zapatero no existe discriminación de género, social o económico.

Cuando nuestras madres, por el momento, no quieren gastar en comprar un par de zapato nuevo para sus hijos o hijas, o nosotros mismo no podemos comprarnos un par nuevo de calzado,  muchas veces llevamos los zapatos de nuestros hijos pequeños o grandes, para que lo arregle; en otros casos cuando somos adultos lo llevamos nosotros mismos, a veces dejamos el calzado le pedimos al señor que lo arregle  y le indicamos lo que deseamos que haga con nuestro calzado.

En otros casos cuando no estamos apurados vamos a verlo al zapatero y queremos que lo haga al instante estamos un rato esperando para que nos devuelva solucionado el problema; en algunas ocasiones el zapatero deja de hacer otra cosa para atendernos si ve que se puede hacer rápido de lo contrario nos dice que volvamos dentro de un determinado tiempo o al día siguiente, porque en muchos de los casos se encuentra muy atareado. De esa forma demuestra su poder de decisión, y nosotros tenemos que aceptar gentilmente o de una manera regañadiente por dentro, la decisión que toma. Y si queremos que lo haga en lo inmediato, para el momento, a veces lo suplicamos, le rogamos o tenemos que soltarle un dinero más para que lo haga allí mismo.

Ese zapatero también, planifica y prioriza por orden la atención y el trabajo del día, de acuerdo a como le va llegando los calzados; esa planificación lo hace en forma mental y empírica, ya que de esa manera va realizando su faena diariamente. Pero de todas maneras resuelve nuestros problemas; ocasionalmente, se olvida de arreglar nuestro calzado y cuando uno va nos ve, y recién se acuerda de hacer  el mejoramiento, se siente mal y comienza arreglarlo en lo inmediato, en otros casos existen zapateros que son muy desconsiderado y “comienzan a pasearlo a uno” diciéndole vuelve otro día, y así nos tienen por un determinado tiempo. Por lo que, optamos por buscar otro zapatero más serio y responsable, que nos recomiendan otros amigos  cambiándolo por otro.

Y es que eso se debe a la escases de zapateros para que atienda a mucha clientela, llegando a monopolizar el mercado y no teniendo competidor en su territorio pequeño; en otros casos existen zapateros que se dedican temporalmente para solucionar su problema económico, como otros que son de oficio.

En algunas ocasiones, cuando no tenemos nada que hacer, vamos con nuestros calzados a verlo para  que nos atienda y como somos conocidos o nuevos nos invita a sentar, al cual aceptamos gentilmente, nos ponemos a observar lo que está haciendo, en otras ocasiones conversamos sobre política, deporte, economía, noticias etc., o a veces nos brinda un diario, que en muchos de los casos son de 50 céntimos o un sol y nos ponemos a leer; porque es una persona que está informado de lo que acontece en la política nacional y local, el deporte, o en los lugares donde uno vive. Es decir se convierte en un informante importante; y si somos amigos, hablamos de cosas más íntimas, porque existe confianza.

Este oficio, mayoritariamente, está constituido por un varón, pocas o casi nunca he tenido la oportunidad de ver a una mujer trabajando en esto; debido a la rudeza con que se trabaja. Pero a la vez, como he manifestado líneas arriba, gracias a este oficio  muchos de ellos, han podido mantener a su familia, darles educación a sus hijos hasta que sean profesionales, como en otros casos involucrarlos a sus hijos en esta actividad laboral.

Pero a la vez es un trabajo empírico que ha permitido mantener una técnica y una metodología para arreglar el calzado, como también para solucionar problemas del calzado de muchas familias, brindar atención a las personas que acuden de diferentes sectores y clases sociales ante una necesidad, además comunicar y dialogar con las clientela y la amabilidad con que te atiende. Difícilmente podrán desaparecer, a pesar de la fuerte presencia de la sociedad consumista, pero muchos seguimos acudiendo a ellos para que nos solucione nuestros problemas del calzado, que tratamos de conservarlo más tiempo.


¿ES TRUJILLO UNA CIUDAD INGOBERNABLE?


Por: Percy J. Paredes Villarreal

Existen teorías o concepciones que buscan relacionar la situación política nacional con los subnacionales; es decir, lo que sucede en el contexto nacional, también se refleja en los espacios locales.

Otros consideran, que en muchas de las cosas la falta de propuesta o alternativas de solución a los problemas existentes en los espacios locales, conllevan a una situación de ingobernabilidad. Esto se debe a que las autoridades ediles demuestran incapacidad de poder solucionar los problemas en las ciudades, buscando en cierta forma alternativas autoritarias y militaristas, dándoles a actores externos que están preparados para afrontar problemas de carácter limítrofes, el control de las ciudades y la ciudadanía.

Hace no menos de 30 años nuestro país ha vivido una de las etapas más duras y crueles en la  historia republicana; donde el terrorismo y la guerra sucia han sido las acciones que han generado muchas muertes y desapariciones de personas inocentes; muchas de ellas no tenían nada que ver con ese conflicto armado existente, las víctimas han sido personas que han vivido  en las ciudades del ande peruano.

Vivimos una etapa coyuntural donde supuestamente el sicariato y la extorsión  está tratando de apoderarse de la ciudad trujillana; como lo está queriendo decir el Alcalde de la Ciudad de Trujillo. Frente a esa supuesta e imaginaria realidad del alcalde trujillano, y que para él la única alternativa y que está   proponiendo, pidiendo y solicitando a las instancias superiores del poder ejecutivo y legislativo, es la presencia de los militares en las calles de la ciudad de la eterna primavera.

Para algunos que se sienten identificado con posiciones e ideologías ultraconservadoras, autoritarias y verticalistas,  va a ser saludado y felicitado; pero para aquellos como nosotros que estamos acostumbrado a vivir en democracia, en libertad, va a ser incómodo y molestoso tener la presencia de militares en la ciudad, que van a reemplazar a los policías y a los serenos; además  de restringir algunos derechos y libertades de las personas.

Frente a esta decisión descabellada tomada en forma arbitraria y autoritaria por la máxima autoridad de la provincia de Trujillo,  nosotros como ciudadanos nos debemos hacer dos interrogantes: primero, ¿Cuál es la razón para pedir la militarización de la ciudad?, mi hipótesis está centrado en la incapacidad que tiene este gobierno local, tanto Alcalde, Funcionarios y Concejo Municipal, de poder delinear y proponer un modelo de desarrollo donde sea incorporado la seguridad de la ciudad.

Hasta la fecha nunca ha existido una propuesta coherente, modelo, alternativa o política pública sostenible para resolver o reducir los altos indicadores de violencia y de inseguridad en nuestra ciudad. Que permita delinear políticas transversales, intergubernamentales e intersectoriales a nivel subnacional, donde los diversos actores se pongan de acuerdo de cómo enfrentar y reducir la inseguridad ciudadana.

Lo que buscaría el Alcalde es el sensacionalismo, la publicidad y demostrar que no está capacitado para dirigir o gobernar una ciudad como es la de Trujillo; y que viene siguiendo un modelo de desarrollo local tradicional de gestión municipal existente desde hace más 25 años donde gobernantes locales provenientes de las filas del APRA y APP, se han convertido en piloto automático en la gestión municipal.

¿Cuáles serían las consecuencias de la militarización de la ciudad de Trujillo?. Aunque me parece que las autoridades locales, no han analizado ni tampoco se han puesto a pensar las consecuencias de esta decisión, consideró que uno de las principales consecuencias es  poner la imagen de Trujillo por los suelos,  alejando y ahuyentando la inversión y el turismo, que por muchos años viene siendo  actividades importantes para el crecimiento económico de nuestra provincia.

Considero que lo que se esta produciendo es ingobernabilidad democrática, por parte del actual gobernante, que no tiene criterio, ni conocimiento sobre lo que implica y significa gobernar la provincia. Demostrando incapacidad para poder dar solución a los problemas álgidos existente en la ciudad de Trujillo.

Por lo tanto, así como existe la consigna a nivel nacional ¡Que se vayan todos, Congresistas y Presidente de la Repúblico!, es hora de decirle  ¡Que se vaya el Alcalde y su Concejo Municipal a su casa, por incapacidad para gobernar la ciudad de la eterna primavera!.

“LA CAIDA DEL GRAL. JUAN VELASCO ALVARADO”


Por: Percy J. Paredes Villarreal.

“La Caidad de Velasco. Lucha política y crisis del régimen”, es la última publicación realizada por el historiador Antonio Zapata. Que dentro de los últimos 50 años de nuestra historia republicana, muchos recuerdan este episodio.

Antonio Zapata al igual que otros investigadores, para recordar esta etapa importante que vivio nuestro país, han publicado un sinnúmero de artículos como también libros referido a su vida, su gobierno y las reformas estructurales que se realizaron durante su periodo de gobierno militar.

Juan Velasco Alvarado, un militar que se inició como  soldado raso hasta llegar al rango de general, y convertirse en presidente de la república mediante un “Golpe de Estado” contra el entonces presidente del gobierno democrático Arquitecto Fernando Belaunde Terry, quién en ese momento gobernaba el país bajo una crisis política; donde, el parlamento estuvo en manos de la alianza partidaria pertenecientes al Apra-Odriismo, y eran los que obstaculizaban e impedían la implementación de las reformas y cambios que deberían realizarse en lo inmediato y que no podían postergarse. Similar a lo que venimos viviendo en esta coyuntura política actual.

Este militar, fue odiado por las clases dominantes, como los hacendados, los latifundistas y la oligarquía; pero querido por los trabajadores, indígenas y sectores populares; que gracias a la reforma estructural que implemento en aquel tiempo, acabo con la servidumbre, el servilismo, la semifeudalidad y el atraso en que se vivía en el país en comparación a otros países de América del Sur.

Zapata nos presenta este libro muy interesante, basado en la recopilación de información proveniente de  fuentes escritas como las actas de las reuniones del Consejo de Ministros, diarios que se publicaron en aquellos tiempos, y  testimonios de algunos  investigadores que vivieron esos tiempos. Del mismo modo, el libro describe los últimos años del gobierno de Velasco.

La reforma estructural que realizó Velasco, fue muy atrasada en comparación a los otros países, cuyos gobernantes  habían realizado hace más de 30 años. Mientras que en el Perú se hizo mediante un régimen militar; en los otros países latinoamericanos  fueron hechas por gobiernos democráticos.

El autor caracteriza al gobierno de Velasco como un régimen dictatorial, nacionalista que no se encontraba comprometido con un modelo socialista ni capitalista, por el contrario tenía cierta influencias cepalinas que buscaban un régimen alternativo a estos modelos de desarrollo.

Dentro de su gabinete ministerial, encontramos a dos sectores de militares que se sentían identificados con el ala de derecha y de la izquierda:,  generando pugnas por querer hegemonizar el gobierno y diseñar políticas en favor del libre comercio, como otros en favor del estatismo, predominando por un determinado tiempo lo segundo.

Es importante indicar que el presidente dictatorial tenía debilidades como: 1) era un orador no muy fluido, 2) desconocía muchas cosas de gestión pública, 3) era muy desconfiado; ya que, era un militar y nunca se había preparado para gobernar.

A pesar de esas debilidades contaba con el respaldo  de los trabajadores, campesinos y de algunos profesionales que decidieron apoyar al gobierno por la propuesta de desarrollo que venía realizando; a la vez encontró oposición en sectores radicalizados de la izquierda que en todo momento se oponían al gobierno. Como también intelectuales y profesionales que criticaban al régimen, motivo por el cual algunos  fueron deportados al exterior, uno de ellos fue Julio Cotler, por ejemplo.

A la vez había partidos políticos como el Apra, y gremios profesionales como el Colegio de Abogados del Perú, como los más firmes oponentes a su gobierno. Para ello, generaban muchas movilizaciones y enfrentamientos abiertos al gobierno dictatorial. Asimismo, hubo partidos políticos como el comunista peruano que se apegó al gobierno y apoyo desde sus inicios hasta su caída.

Uno de sus brazos fuertes que tenía para poder sostenerse y defender el régimen militar era el Sistema Nacional de Movilización Social (SINAMOS), dirigido a organizar a los trabajadores de los diversos sectores sociales, gremiales, políticos, culturales y económicos;  contando con profesionales vinculados al trabajo comunitario, gremial.

Se han creado una serie de mitos y leyendas sobre la caída del general Velasco, algunos consideran que fue una traición de parte de su mano derecha el Gral. Francisco Morales Bermúdez, otros consideran que le dieron un golpe de Estado, otros dicen que lo dejaron solo, y también hablan de que lo hirieron. Lo que el autor de este libro nos describe está en que Velasco comenzó a perder poder dentro de mando castrense, y dentro del consejo de Ministro, más el problema de salud, fue lo que impidió que se alejara por completo del gobierno delegando la asunción a quién le seguía en mando castrense y fue el General Morales Bermúdez, quién desde meses antes de su derrocamiento, ya comenzaba a aliarse con militares de la marina y de la aviación, para que en un determinado momento tomaran la posta.

El autor de este libro, recoge el argumento de Julio Cotler en relación al régimen, donde plantea que: “el objetivo de gobierno militar de Velasco era erradicar las formas tradicionales de organización de la sociedad y la economía para dar pasó al desarrollo pleno y sin trabas del capitalismo moderno y nacional. Así, la meta final de los militares habría sido terminar con los rezagos precapitalistas para darle paso a la modernidad”.

Para llegar a ello, el autor sustenta en cuarto pilares fundamentales. La primera, fue la reforma agraria cuyo fin era ampliar el mercado interno y el consumo de productos industriales. En segundo lugar era transformar el sector exportador, antes denominado enclave imperialista. Tercero, redefinir integralmente el papel del Estado dentro de la economía Y finalmente garantizar la paz social mediante la movilización social.

Del mismo modo, recoge el trabajo de Alfred Stepan politólogo norteamericano, que plantea la teoría organicista donde considera al modelo velasquistas que no fue ni socialista ni capitalista.

De esa manera el Historiador Antonio Zapata, nos describe los últimos años del régimen velasquista y su modelo de desarrollo capitalista modernos, que duró muy poco tiempo.