DEL CHINO VELASCO AL CHINO FUJIMORI
Por: Percy J.
Paredes Villarreal
La historia republicana de
nuestro país, ha permitido contar con una gran mayoría de gobiernos de carácter
dictatoriales en comparación a gobiernos democráticos elegidos por el voto
ciudadano. Ya que, fueron “golpes de estado” por parte de militares, que derrocaron a regímenes
democráticos elegidos por la población.
Del mismo modo, hubo gobiernos
que fueron elegidos democráticamente pero con el transcurso de su periodo “patearon
el tablero” convirtiéndose en regímenes dictatoriales, teniendo el respaldo de
las Fuerzas Armadas para gobernar el país. De esa manera, pudieron gobernar
cómodamente sin ningún tipo de oposición; tal es el caso de Augusto B. Leguía y
Fujimori, que tras ser elegidos democráticamente dieron autogolpes de estado,
para convertirse en regímenes dictatoriales con gobernantes civiles.
Particularmente en estos últimos
53 años, nuestro país ha sufrido cambios
profundos que trastocaron a la sociedad, la cultural, la política y la
economía; pero todo partía, de una situación crítica en que se tenía y se
vivía. Siendo dos gobernantes que tuvieron mayor presencia y se les recuerda hasta la
fecha, calando en la historia por los cambios profundos que realizaron.
El primero al que hasta la
fecha y
a pesar del tiempo transcurrido, se le recuerda positiva o
negativamente; generando grandes debates
políticos, históricos, económicos, socioculturales, etc; en torno a su periodo
de gobierno dictatorial. Del mismo modo, sucede con el siguiente que también
sigue generando muchas controversias;
pero que se mantiene en el imaginario colectivo de las personas de manera
positiva o negativa.
Juan Velasco Alvarado, un militar
peruano que nació en Piura, de padres humildes, siendo muy joven se enrolo en
las fuerzas armadas como soldado raso
ascendiendo hasta llegar a ser General de División del Ejército Peruano.
Y que al ver la situación crítica que vivía nuestro país, como fue el servilismo,
el latifundismo, el yanaconaje, la explotación, el entreguismo de nuestros
recursos naturales a transnacionales, la discriminación y maltrato hacia los
indios, la pobreza, etc., entendió la importancia de un cambio estructural que
debería realizarse en nuestro país, para de esa manera modernizar la sociedad
peruana.
En la década de los 60, América
Latina comenzaba a dar un viraje en la situación política mediante el cual la
fuerte influencia de la revolución cubana, genero un proceso expansionista de
este pensamiento revolucionario izquierdista, que comenzaba a tener mucha
simpatía creándose partidos políticos bajo esa orientación, como sucedió en
nuestro país con la ruptura del APRA, apareciendo el MIR (Movimiento de
Izquierda Revolucionaria) encabezado por Luis de la Puente Uceda ( conocido
como el “Aprista Rebelde”), además secundado por Lobatón, Javier Heraud, Fernández
Gasco, entre otros.
Paralelo a ello, se comienzan a
dar los primeros movimientos campesinos que realizaron toma de tierra particularmente
en la Convención y Lares en el Cusco, liderado por el dirigente gremial Hugo
Blanco.
Además la crisis económica que comenzaba a
expresarse en el atraso en que vivía
nuestro país en el aspecto financiero, productivo; donde las desigualdades
sociales, económicas y culturales se visibilizaba. Mientras que en lo político
el primer gobierno de Fernando Belaúnde Terry, y su partido (Acción Popular), se
encontraba imposibilitado de tomar
decisiones, debido a la obstaculización
existente en el legislativo donde la convivencia ODRIA-APRA se oponía a las
diversas reformas del ejecutivo.
Frente a esa circunstancia, los
militares al mando de Velasco Alvarado deciden dar un “Golpe de Estado”,
tomando como pretexto los contratos de la “Brea y Pariñas”, que eran lesivos
para el país; debido al entreguismo del gobierno central que entregaba nuestros
recursos naturales totalmente a las transnacionales norteamericanas.
La ruptura de la democracia, y el
inició de un régimen militar, dio inicio a una reforma estructural profunda,
con la finalidad de modernizar el sistema capitalista. Cuya consigna de los
militares era “Ni Socialismo, ni Capitalismo, un gobierno nacionalista”. A
partir de allí se da inicio a un proceso de nacionalización de los diversos
medios de producción, también diversas reformas en los diversos sectores
productivos, comunicacional, social, cultural y político; resaltando la
“Reforma Agraria” sustentado en el
cambio de la tenencia de la tierra que estaba en manos de hacendados pasando
a manos de los trabajadores, creándose: a) las cooperativas, b) SAIS, c)
Comunidades Campesinas, entre otros.
Este proceso de reforma
estructural capitalista, tuvo el respaldo de la gran mayoría de los
trabajadores y población, siendo de un corto periodo; ya que el general Velasco
Alvarado fue derrocado por su hombre de confianza como lo fue el General de
División Francisco Morales Bermúdez, que da inicio al proceso denominado contrarreforma,
retirándole todo el respaldo económico, financiero, normativo a las empresas
asociativas.
De esa manera se inicia el modelo
neoliberal, con Morales Bermúdez, de reducir la presencia del Estado; eso
conllevo a que las diferentes organizaciones sociales presionaran mediante
diversas manifestaciones exigiendo el retorno a la democracia en el país;
consolidándose con la aprobación de una nueva Constitución Política en 1979.
Este proceso fue interrumpido por
Fujimori en el año de 1992, en que da el “autogolpe de estado”, con el respaldo
de las Fuerzas Armadas; de esa manera implementa cambios estructurales
antagónicas al de Velasco Alvarado,
desmantelando las reformas realizadas por el fallecido general.
Si con Velasco hubo una fuerte
presencia del Estado en la economía y en las actividades productivas; con Fujimori
fue todo lo contrario. Ya que se redujo
la participación en los diversos sectores productivos, estratégicos, etc.
Privatizando todas las empresas estatales, vendiéndoles como “chatarra”.
Del mismo modo, fueron con las
empresas colectivas y asociativas que estaban en manos de los trabajadores,
siendo despojado para su privatización y entregadas a corporaciones que a
precio de “chatarra” generando una
reconcentración de la tierra en pocas manos. Este proceso de privatización ha
implicado una serie de cuestionamientos al mal manejo interesado y
direccionado, que realizo el gobierno fujimorista en favor de sus amigos
empresarios.
Asimismo, encontramos que Velasco
busco en todo momento favorecer a las empresas asociativas con la exoneración
de una serie de medidas; con Fujimori, lo que se busco es favorecer a los
empresarios que se adueñaron de las diversas empresas, aparte de las ventas
como si fueran “chatarra”, además con una serie de normas, cayendo muchos de
ellos en actos de corrupción.
Si Velasco aposto por una
política nacionalista tratando que las empresas estratégicas estén en manos del
Estado; con Fujimori fue todo lo contrario ya que se convirtió en entreguista,
donde los recursos naturales y la pocas empresas existentes, están en manos de
las transnacionales. Del mismo modo, los militares optaron por un modelo de
“sustitución de importaciones”; el fujimorismo opto por un modelo “primario,
extractivista y exportador”.
En el aspecto cultural, el
gobierno militar opto por reivindicar la cultura milenaria de nuestra país,
visibilizar el quechua, implementar políticas interculturales, universalizar la
educación y la salud, generar un
pensamiento crítico y científico en la formación de los profesionales; Con Fujimori, desaparecieron estos lineamientos
privatizando la educación y la salud, dar más presencia a la occidentalización de la
sociedad peruana, la posmodernización de
la cultura, la extinción de la identidad
cultural, y el retiro de la formación científica, en la formación profesional, etc.
Durante el periodo de
gobierno militar de los 70 del siglo
pasado, opto por fortalecer el modelo asociativo, la reciprocidad, el
comunitarismo, el colectivismo y el trabajo en equipo; Fujimori, extinguió
estos enfoques para dar paso al individualismo, al pragmatismo. Del mismo modo,
fueron con el fortalecimiento de los tejidos sociales, las organizaciones
sociales y gremiales, el trabajo comunitario que fueron herencias ancestrales;
con el fujimorismo esto comenzó a ser destruido con la finalidad de fortalecer
el caudillismo, la crisis de la representatividad. Y así podemos mencionar
diversas diferencias entre ambos gobiernos.
De esa manera, a lo largo de
estos últimos 50 años se dieron dos modelos políticos, económicos,
socioculturales; que mediante una actitud autoritaria, verticalista,
dictatorial, generaron cambios impuestos desde arriba hacia abajo en nuestro
país. Logrando sostener un sistema cuya clase política trata de mantener el
viejo orden sociocultural, político, económico, que se encuentra en una situación crítica; ameritando cambios
estructurales como lo hubo hace medio siglo, y luego hace tres décadas.