domingo, 6 de marzo de 2022

CAPRICHOS POLITICOS

 

Por: Percy J. Paredes Villarreal

Quisiera iniciar el presente artículo, con un ejemplo   en nuestra vida cotidiana: cuando  una  madre le compra un bien a su hijo  este le dice que no le gusta y  debe cambiarlo por otro que quiere y ha visto en un determinado lugar; los otros miembros de la familia se molestan y se disgustan del capricho del hijo. Ante esa presión  los padres ceden para darle el gusto al niño; de esa manera, el niño se sale con la suya; dándose cuenta, que en todo momento lo puede manipular para su conveniencia y para sus propios intereses, llegando a la amenaza, chantaje. Para evitar eso, los progenitores, siempre tiene que aceptar  los caprichos,  con la finalidad de contentarlo,  demostrando la dominación del niño sobre los padres y toda la familia.

En la política de estos últimos meses está sucediendo algo similar, ya que  la derrota de la derecha por parte de un partido político que nunca pensó en ganar las elecciones presidenciales; teniendo un candidato que no es limeño, ni tampoco ha estudiado en las mejores universidades del país ni en el extranjero. Además de no pertenecer al Stablishment de la clase política y económica predominante de nuestro país; y que hasta la fecha, la oposición al gobierno, no acepta su derrota;  actuando de manera irracional, discriminatoria, y cuestionadora contra un presidente diferente a ellos, en lo político, social, cultural y económico.

Esto se ve reflejado en el cuestionamiento que realiza la derecha política y los medios de comunicación hacia los Ministros que coloca el Presidente de la República; logrando  descreditarlo, mediante la utilización del Fake news, terruqueo, denunciándolo, sacándolo del cargo. De esa manera busca debilitar al gobierno actual.

El Presidente de la República, Pedro Castillo  es un profesor de educación rural, campesino, rondero, con muchas limitaciones y deficiencias en gestión pública, política nacional, oratoria; y que hasta la fecha se rehúsa a someterse a los caprichos de una derecha corrupta que por mucho tiempo ha tenido el control del Estado. Ya             que no quiere dejar sus privilegios, beneficios y ventajas económicas que lo ha mantenido durante mucho tiempo.

Esta derecha, que en estos últimos tiempos  ha sometido a sus intereses a  diversos gobernantes; que ha dejado pasar por alto una serie de acciones y actos de corrupción,  realizado por funcionarios y ex gobernantes; ahora se ponen críticos ante un gobierno que no se quiere doblegar a los caprichos de los grupos de poder.

Dentro de este contexto político, me planteo y comparto algunas hipótesis para entender  la realidad política y  la coyuntura en que estamos viviendo.

Una primera hipótesis, está referido a la alianza sostenida entre Castillo, Perú Libre y Juntos por el Perú;  permitiéndole tener el respaldo temporal por un sector de izquierda que apoyo con un equipo técnico dentro del ejecutivo, con una “Hoja de ruta” que no fue sostenible en el tiempo, rompiéndose en el corto plazo.

Desde los inicios de este gobierno nacional, podria decirse, que se pudo notar una actitud provocadora hacia los que tienen el control del legislativo y al grupo de poder; en la medida que colocaba a personas que no son transparentes, con problemas  judiciales, y de violencia hacia la mujer. La derecha tanto en el parlamento como en los medios de comunicación comenzaba a  investigar el pasado y trayectoria de estos funcionarios,  con la finalidad de encontrar algunos indicios o actos criticables.

En estos últimos meses, el gobierno ha renovado en cuatro ocasiones su gabinete: Primero fue Bellido, luego fue Mirtha Vásquez, en tercera ocasión por poco tiempo fue Valer y en la actualidad tenemos el gabinete de Torres; la derecha ha buscado en todo momento demostrar la poca transparencia y carencia de cuadros técnicos que adolece el partido de gobierno.

Una segunda hipótesis, es demostrar que para la derecha los valores democráticos, constitucionales y respeto a la institucionalidad, pueden ser manipulados de acuerdo a sus intereses y conveniencia, con la finalidad de querer tener el control del poder evitando compartirlo con otros sectores o actores que no son de su agrado o simpatía. Podemos poner como ejemplo la contradicción entre los que juran defender la democracia y constitución política de 1993, pero en la práctica están modificando muchas normas constitucionales, cuyo objetivo es conseguir la vacancia del presidente de la Republica. Además de acciones como la modificación de la Ley de “Colaboración eficaz”, modificatoria de la Ley Universitaria para beneficiar aquellas que no han podido aprobar, etc.

Tercero, está relacionado al relativismo político de algunos funcionarios que formaron parte del gabinete; pero al dejar el cargo, comienzan a cuestionar al que en un determinado momento les dio la oportunidad de asumir responsabilidades ministeriales, defendiéndolo pero ahora despotrican de este. Es decir, mientras están en el poder aplausos al gobernante, cuando salen cuestionamiento y críticas. Este modelo de pragmatismo, es lo que viene predominando actualmente.

Cuarto, la derecha no  quiere compartir el poder con otro  sector emergente, que también actúa de la misma manera que los grandes empresarios, de acuerdo a sus intereses particulares. Los grandes capitalistas comienzan a cuestionar y criticarlo, denominándolo como: corruptos, lobistas, arribistas, etc.; ya que,  este sector emergente, no forma parte de su entorno político y económico, ni coordina con los grandes grupos empresariales que en estos momentos ven peligrar su relación con el poder del Estado.

Quinto, debemos entender que estamos ante una situación que lo puedo resumir en: a) Crisis de gobierno y del Estado, b) Crisis de una clase política y de una manera de hacer política, c) Crisis Política y Económica, d) Crisis coyuntural y estructural, e) Crisis de un modelo y de un sistema, f) Crisis de régimen político que se inicia con Fujimori siguiendo hasta la fecha.

A lo largo de la historia republicana de nuestro país, estas crisis se han resuelto mediante acciones violentas como han sido los “Golpes de Estado” como lo hizo: a) Augusto B. Leguía, para romper con el yugo inglés y alinearse con los norteamericanos; b) Juan Velasco Alvarado, que derroco al primer gobierno de Belaunde, implementando una reforma estructural en el país de carácter nacionalista; c) Fujimori dio un “Autogolpe de Estado”, para implementar una reforma neoliberal. Ahora nos encontramos en una etapa muy crítica, que en cinco años hemos tenido cuatro presidentes de la República y se ha cambiado el parlamento en tres ocasiones; sin poder resolver los problemas de fondo y estructurales.

Nuestro país se encuentra dentro de una situación crítica con una democracia precaria, bajo un Estado fallido, una gobernabilidad débil e inestable; además la pandemia ha desnudado a un Estado incapaz de generar un “bienestar común”, trayendo como consecuencia más de 200 mil compatriotas fallecidos. A pesar de estas consecuencias que se tiene la derecha ortodoxa se aferra a este modelo caduco.

Del mismo modo, el gobierno de Pedro Castillo ha desnudado a un Estado Corrupto que no comienza en este último periodo, sino proviene desde hace más de 30 años,  comprometiendo a los últimos cinco gobernantes en actos de corrupción. 

Castillo represento el mal menor frente a Keiko Fujimori, levanto un proyecto progresista, de cambio y de izquierda, que la población viene exigiendo tiempos atrás;  inicio siendo un gobierno muy débil, debido a que no contaba con el control del parlamento para  tener la oportunidad de hacer muchas reformas de fondo. En el camino se ha ido olvidando de las propuestas que en campaña enarbolaba; ahora se encuentra solo enfrentándose a una derecha que quiere tumbarlo, utilizando cualquier pretexto sin importarle las normas, ni los valores democráticos.

Según las encuestas presentados por IPSO en el diario el Comercio y el de IEP en el diario La República; existe un alto índice de desaprobación tanto del ejecutivo y  legislativo. Del mismo modo, la ciudadanía pide y exige que se vayan todos (Gobierno y Parlamento), que se convoque a nuevas elecciones. La ciudadanía quiere un cambio de régimen político, de modelo de desarrollo, pero dentro de un marco democrático. Ese es el gran reto existente en estos momentos.

 

 

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