miércoles, 7 de marzo de 2012

¿LA REVOCATORIA CAMBIARA LA CULTURA POLÍTICA LOCAL?

Por: Percy J. Paredes Villarreal

Iniciado este segundo año de gestión municipal, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), se ha visto invadido por muchos ciudadanos solicitando Kits; para realizar el empadronamiento de personas que se encuentran en contra o descontento con la gestión de sus autoridades municipales de su localidad.

Este desborde de descontento, ha implicado interés a favor o en contra de la esta ley; que en muchos de los casos está siendo utilizado, como algo personal, de revancha u oportunismo, por parte de ciudadanos, líderes locales o ex autoridades contra las autoridades locales electas democráticamente. De esa manera, a través de este proceso de revocatoria, tener la opción de llegar al sillón municipal y continuar con el modelo de gestión municipal tradicional; fortaleciendo la cultura política tradicional que a lo largo de estos últimos 30 años nuestra sociedad peruana se viene cultivando.

En muchos de los casos, la política local sigue siendo entendida como oportunismo, pragmatismo, apartidismo, caudillismo, cuya meta es tener el poder local; de esa manera poder obtener beneficios y ventajas personales. Impidiendo u obstaculizando el desarrollo y la calidad de vida de la población, que se encuentran en situación de extrema pobreza y en exclusión social.

No podemos decir que dentro de los espacios locales existe gobernabilidad democrática, mucho menos Acuerdos de Gobernabilidad; porque, todavía pareciera que las autoridades, los líderes, los actores y la ciudadana, que se encuentran involucrados en las organizaciones sociales, instituciones, etc., hayan asumido el compromiso de trabajar por el desarrollo y el mejoramiento de calidad de vida. En algunos de ellos, existe el objetivo de participar electoralmente con la única finalidad de tener el poder y hacer lo que le parece que está bien, sin tomar en cuenta la participación ciudadana mucho menos implementar un plan de desarrollo.

Por lo tanto, la legislación que busca mejorar esta democracia representativa, en lugar de fortalecerla; lo está llevando a una pugna por el control de la institución pública local, con fines personales y no colectivos, mucho menos el desarrollo. Esta es la hipótesis, que me planteo en el presente artículo.

PARTICIPACION Y CONTROL CIUDADANO A LOS GOBIERNOS LOCALES
El dos de mayo de mil novecientos noventa y cuatro, siendo Presidente de Facto el Ing. Alberto Fujimori, da la Ley N° 26300 de los “Derechos de Participación y Control Ciudadano”, dirigido a ejercer la regulación de los ciudadanos con respecto a las autoridades regionales y locales, así como también a proponer iniciativas ante los organismos legislativos.

Dentro de esta Ley, toma en cuenta los derechos ciudadanos con respecto a la participación, que vienen a ser: 1) Iniciativa de Reforma Constitucional; 2) Iniciativa en la formulación de las leyes; 3) Referéndum; 4) Iniciativa en la formulación de dispositivos municipales y regionales; y 5) Otros mecanismos de participación establecidos por la presente ley para el ámbito de los gobiernos municipales y regionales.

Del mismo modo, dentro de esta Ley también se toma en cuenta los derechos de control de los ciudadanos, las cuales consideran: 1) Revocatoria de autoridades; 2) Remoción de autoridades; 3) Demanda de rendición de cuentas; 3) Otros mecanismos de control establecido por la presente ley para el ámbito de los gobiernos municipales y regionales.

Con respecto a esta Ley de “Derecho de Participación y Control Ciudadano”, podemos decir, lo siguiente:

Primero, que esta Ley se dio durante el régimen dictatorial que vivió nuestro país, la década de los noventa del siglo XX; esta ley estaba dirigido a los gobiernos regionales y locales, donde solamente le compete a la ciudadanía el derecho de control o revocar a los gobiernos subnacionales, más no al gobierno central ni alos Congresistas.

Segundo, que en el tiempo que se dio la ley y durante la primera década del presente siglo, los ciudadanos casi no han podido hacer uso de esta ley, por diversos motivos y factores o desconocimiento. Contrariamente a lo actual, donde en estos primeros meses del año 2012, diversos ciudadanos han solicitado Kits, para llevar a cabo la recolección de firmas y presentar ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) dichas planillas; para luego, esta entidad electoral habiendo revisado las planillas convoca a un referéndum, y mediante el voto directo de los ciudadanos se puedaa revocar al Concejo Municipal (es decir Alcalde y/o Regidores) y convocar a elecciones extraordinaria para elegir a las nuevas autoridades.

Tercero, en relación a la revocatoria del concejo municipal se tiene que recabar el 25% de firmas de electores que viven en dicho territorio; posteriormente, se pasa a un segundo proceso que viene a ser el Referéndum, donde mediante el voto secreto y directo los ciudadanos deciden si se revoca a las autoridades municipales o se mantienen hasta que culmine su periodo de gestión; para ello, deben contar con el 50% más uno votos en favor de la revocatoria. De esa manera poder retirar la confianza a las autoridades municipales, y encargar por corto tiempo a los que continúan en la lista.

Posteriormente, el JNE, debe convocar a elecciones municipales extraordinarias, para elegir a las nuevas autoridades por el periodo que falta culminar; ya que el periodo de gobierno local y/o regional es de cuatro (04) años, y donde el primer y último año, no son revocables.

Cuarto, que esta ley no indica, ni precisa los motivos o causales para realizar la revocatoria; permitiendo que cualquier ciudadano, que tenga algún tipo de animadversión, discusión, antipatía o venganza, puede solicitar los kits y llevar a cabo la recolección de firmas; de esa manera, poder revocar al Alcalde o a sus regidores, o en otros casos a todos.

LA CULTURA POLITICA LOCAL:
A lo largo de estas tres últimas décadas, en nuestro país se ha ido construyendo una cultural política, a nivel local, que se caracteriza por lo siguiente:

1. Corrupción:
Desde la caída del régimen militar del General Francisco Morales Bermúdez, a fines de la década de los ochenta del siglo pasado, e inicio de la Transición Democrática; nuestro país ha sido encaminado por una cultura política que ha permitido llegar a una crisis de la gobernabilidad democrática. Esta crisis se inició con el Primer Gobierno del APRA, donde impregno mucho la corrupción, convirtiéndose en algo normal y una costumbre dentro de las Instituciones del Estado.

Junto a la corrupción, la falta de capacitación y preparación de los ciudadanos que ingresaban al Estado para convertirse en servidores; fueron elementos que permitieron generar un rechazo y fuertes críticas hacia ese Estado populista y clientelista. Por lo tanto, la crisis y el desgobierno, fueron presa fácil para muchas personas, que por un puesto de trabajo, tenían que cometer una serie de irregularidades y dolos, que iba en desmedro de la entidad Pública.

La corrupción del Estado se acentuó mucho más con Fujimori, donde los Vladivideos, demostraron la podredumbre en la que se encontraba; afianzándose con el transcurrir del tiempo. Ya que, nunca hubo políticas públicas para combatir y acabar con la corrupción, por el contrario se utilizaron una serie de mecanismos para blindar a todos aquellos que han estado involucrados; tal como sucedió con el segundo gobierno del APRA, en relación a los Petroaudios, entre otros casos.

Posteriormente, con el proceso de descentralización y la transferencia de recursos a los gobiernos locales, buscando en todo momento su empoderamiento; la corrupción comenzó a sentirse y verse descaradamente dentro de las municipalidades, donde realizaban una serie tratos, concesiones y entrega de obras a proveedores, a cambio de un porcentaje del presupuesto, permitiendo que esas obras no tengan un buen acabado y se deteriore en poco tiempo.

Por lo que, en muchos de los casos, la contienda electoral municipal fue una pelea por el poder local generando enriquecimiento de las personas; dejando de lado el mejoramiento de las condiciones y calidad de vida de la población; mucho menos trabajar por el desarrollo. En la actualidad, una de las características que predomina y se ha convertido en una costumbre es el famoso “Diezmo”, que algunas autoridades locales reciben a cambio de la buena pro de las obras de infraestructura que se sacan a proceso y son ganadas por algunas empresas. Del mismo modo, se hace con la compra de algunos insumos o productos para algunos programas sociales, particularmente con respecto al vaso de leche.

2. Caudillismo, individualismo y transfuguismo:
Otro elemento de la cultura política local, ha tenido que ver con la crisis de los partidos políticos, donde el transfuguismo y el independentismo, ha significado el fortalecimiento del caudillismo. Estos seudoslíderes, son los que hacen y deshacen de la política local. Y al llegar al sillón municipal, no asumen ningún compromiso con el desarrollo más que con su bolsillo.

Eso significa que la crisis de la democracia representativa, se ahondó más; y que difícilmente, ha podido generar gobernabilidad democrática; por el contrario, ha construido indiferencia, desinterés por el desarrollo. Han entendido a la política como sinónimo de aprovechamiento personal e individual.

Asimismo, estos personajes, han convertido a los partidos políticos como sus feudos o su “chacra” donde ellos son los que manejan y deciden lo que se debe hacer. Esta actitud con respecto a los partidos políticos, lo han trasladado al gobierno local.

3. Clientelismo y asistencialismo:
Esta crisis de representativa, ha traído como consecuencia el individualismo y caudillismo, cuyo objetivo es el aprovechamiento de sus condiciones personales para llegar al poder gobernando para sus intereses personales y de grupo. Donde la sociedad civil, saca beneficio personal, ya que apoyo su campaña y también necesita ser recompensado, con algún tipo de beneficio como: apoyo económico o laboral, exoneración de algunos impuestos, etc.; sin importarle sus cualidades profesionales o de experiencia, es decir tomar en cuenta la meritocracia.

Asimismo, para contentar a sus correligionarios, el alcalde hace uso de la política asistencial y clientelar, comprando conciencia y el voto de los ciudadanos mediante regalos, propinas y dadivas a la población que se encuentra en situación de pobreza y en la ignorancia. Ya que, para el pobre no existe política, ni dignidad; solamente tiene que luchar para poder sobrevivir y subsistir.

De esa manera, logra neutralizar y tener el respaldo de los ciudadanos, evitando las críticas contra su gestión. Esa estrategia, lo utiliza para poder seguir perennizándose en el sillón municipal.

4. Planes de gobiernos incumplidas:
Dentro del proceso electoral municipal, se presentan planes de gobiernos ante el Jurado Nacional Electoral (JNE), donde exponen sus propuestas que van hacer al llegar al sillón municipal; pero, cuando se llega al gobierno local, cambian sus planes de gobierno, por el de la improvisación desconociendo lo que propusieron, como también lo que el Presupuesto Participativo se acuerda. Es decir hacen lo que a ellos, le parece que está bien. Es decir cambian de parecer y de opinión, de acuerdo a la circunstancia y a la conveniencia, implementan la inversión.

5. Desarrollo es sinónimo de obras de infraestructura:
Para muchas autoridades (Alcaldes y/o Regidores), consideran que un buen alcalde es el que realiza obras de infraestructura; es decir, obras que en muchos de los casos no implican impacto social, ni tampoco permite mejorar las condiciones y calidad de vida de la población, mucho menos el desarrollo humano, ni que hablar del desarrollo local.

Estos significa, que las políticas sociales y el desarrollo social, no se encuentran dentro de su esquema de gestión; ya que, ello no le permite ganar réditos. Porque son programas y proyectos que no son visibles en comparación con las obras de infraestructura que si se puede ver.

Asi como se deja de lado el desarrollo social, también se ignoran las acciones que puedan permitir un desarrollo económico local; elementos, que permiten generar crecimiento y productividad, en las familias y/o organizaciones, que buscan construir cohesión social.

Dentro de esta cultura política local no existe Plan de Desarrollo Concertado, Participación Ciudadana, Presupuesto Participativo, Transparencia, Vigilancia Ciudadana, Rendición de Cuentas, mucho menos Desarrollo; ya que, son elementos que llevan a compartir el poder entre la autoridad y sociedad civil, logrando en todo momento una estabilidad temporal política.

Para esta cultura política local tradicional vigente, estos elementos mencionadas líneas arriba le impiden fortalecer su ego, ni tampoco obtener beneficios personales. Es decir, romper con el modelo de gestión municipal personalista, autoritaria, antidemocrática y verticalista, que viene imperando durante estos últimos treinta años de democracia representativa, que también se encuentra en crisis en nuestro país.

¿SE PUEDE FORTALECER LA GOBERNABILIDAD DEMOCRATICA A TRAVÉS DE LA REVOCATORIA?
Según Prats, define a la gobernabilidad como “La capacidad de un sistema social de enfrentar los retos y aprovecharlas oportunidades en términos positivos, para satisfacer las expectativas y necesidades de sus miembros conforme a un sistema de reglas y procedimientos formales e informales dentro del cual formulan sus expectativas y estrategias.”. Por lo tanto, la gobernabilidad democrática viene a ser la convivencia entre el gobierno local y la sociedad civil, donde ambos tienen una relación horizontal, haciendo uso de estrategias y metodologías de participación, vigilancia, transparencia y desarrollo.

A nuestro modo de ver, en estos últimos tiempos, la crisis de los partidos políticos y de la democracia representativa, a permitido que algunos especialistas en temas municipales y algunos personajes, consideren al proceso de revocatoria como un elemento de fortalecimiento de la gobernabilidad democrática. Lo cual, no es tan cierto; por el contrario, según ellos, genera un desgobierno local, y a la vez, preocupación y distracción en la permanencia dentro de la gestión pública.

Del mismo modo, algunas autoridades electas, que muchas de ellas no son personas preparadas o que no se preparan permanentemente en temas vinculados a la gestión pública, municipal, etc.; para de esa manera contribuir al desarrollo y fortalecer la gobernabilidad democrática a nivel local. Deben hacer uso de los recursos del Estado para evitar ser vacados.

La mayoría de las autoridades electas, generan muchas expectativas cuando ganan y asumen el gobierno local; pero conforme va avanzando el tiempo como autoridades; asumen actitudes y conductas contrarias a la que cuando eran candidatos; del mismo modo, cometen errores, motivo por el cual la población se va desencantando, porque no ve cambios ni tampoco encuentra indicios de transparencia, mucho menos participación de la ciudadanía en el desarrollo. Por lo que, se van asumiendo actitudes criticas con el gobernante, llegando al extremo de pasarse a la oposición; de esa manera van creando incertidumbre y desgobierno, para llegar al proceso de revocatoria, logrando sacar a la autoridad electa del sillón municipal.

Para los actores de la revocatoria, no le interesa el desarrollo, ni tampoco la planificación o la transparencia, mucho menos la rendición de cuenta; lo que les interesa es vacarlo, porque no cumple con lo que ha ofrecido o no apoya a los que le apoyaron.

En otros casos, los revocadores son los que han perdido las elecciones municipales, y son lo que están detrás de los organizadores de la recolección de firmas, para brindarles todo el apoyo logístico, material y económico; de esa manera poder participar en este proceso electoral y ganarlas, luego asumir el cargo y seguir con la tradición de esta cultura política local.

La política local sigue siendo un proceso de lucha por el poder, con la finalidad de tener estatus, prestigio y obtener algún beneficio personal. Muy pocos aprovechan el gobierno local, para generar desarrollo.

Por lo tanto, considero que la revocatoria no va a permitir gobernabilidad democrática; porque esta última, implica transparencia, participación ciudadana, desarrollo local, fiscalización. Y muchos de estas autoridades, no son capaces de generar cambios en la política local; mucho menos van a fortalecer este proceso democrático, porque no actúan dentro de estos parámetros.

Es más considero que los cambios de autoridades dentro de este proceso de revocatoria, va ir fortaleciendo un modelo tradicional de conducir la gestión municipal, sin permitir cambios que el proceso de descentralización está exigiendo.
La revocatoria seguirá existiendo mientras que las autoridades electas que conducen los gobiernos locales actúen de espaldas a la sociedad civil, a la ciudadanía; mientras que no abran espacios de participación ciudadana y no involucre a la población en la planificación y en la toma de decisiones que permitan el desarrollo del territorio.

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