martes, 23 de julio de 2013

¿QUÉ QUEREMOS: SERVIR A LAS GRANDES MAYORIAS O AL GRAN CAPITAL?

Por: Percy J. Paredes Villarreal

Nuevamente el gobierno de Humala, ante la presión del gran capital que le están exigiendo apegarse a ellos mediante la implementación de una nueva Reforma del Estado; y, para congraciarse con ellos el parlamento acaba de aprobar una nueva ley del Servidor Público; que busque  mejorar la calidad del Servicio Administrativo en las Instituciones Públicas; ya  que, supuestamente se encuentra en una situación de crisis. Frente a esta situación considero que debemos tomar en cuenta  algunas características:

Primero, desde el inicio del año 1990, en que gana las elecciones Alberto Fujimori se  implementaron medidas neoliberales, cuyo objetivo en todo momento fue achicar al Estado, mediante la reducción de sus funciones y responsabilidades, privatizando las empresas públicas y también reducir el personal. El argumento para implementar dicha reforma era que existía mucho personal por lo tanto ameritaba una nueva reforma del Estado.

Para lo cual, la lógica neoliberal, fue despedir la mayor la cantidad de trabajadores reduciéndolo al mínimo de su expresión; por lo que, este proceso de minimización se realizó a través de las famosas evaluaciones o renuncias voluntarias de muchas personas que se veían en la imposibilidad de mantenerse en su puesto de labores. Es importante indicar que, durante este periodo nuestro país se encontraba dentro de un régimen  dictatorial, y por ende no existía ningún tipo de defensa a los derechos laborales.

Dentro de ese periodo, el régimen autocrático de Fujimori hacia lo que le venía en gana y con el apoyo del empresariado y de los militares, logro despedir a cientos de miles de trabajadores de las instituciones públicas; pero a la vez, el achicamiento del Estado, por un lado; y por el otro la privatización de las empresas públicas,  trajo como consecuencia una enorme corrupción en las esferas del Estado comprometiéndose con diferentes actores políticos, económicos, comunicacionales, etc. Tal como se llegó a demostrar en los “vladivideos” que se propalaron algunos los medios de comunicación, que vendieron la línea periodística a cambio de cantidades sumas de dinero.

Esta reducción de los trabajadores estatales duro muy poco tiempo; porque,  nuevamente los seguidores del fujimorismo comenzaron a incorporarse al Estado, obteniendo puestos importantes; mientras que, los servidores públicos que por años seguían laborando en sus puestos de trabajo, sencillamente eran relegados y congelados, sin tener la oportunidad de poder ascender, ser promovidos y obtener mejores remuneraciones. Pero, en cambio los seguidores y continuadores del fujimorismo  comenzaron a enquistarse en los puestos importantes. La modernización del Estado, en ese aspecto fue un “Saludo a la Bandera”.

Del mismo modo, esa  Reforma de la Administración Pública durante los 90 del siglo pasado, estuvo vinculado al despido masivo de trabajadores, y también tuvo relación con la extinción de los beneficios sociales y laborales, donde los trabajadores comenzaron a perder una serie de derechos que fueron producto de las  grandes jornadas de luchas. Uno de esos beneficios fue la estabilidad laboral que hasta la fecha no se ha podido mantener dentro del sector público ni tampoco en el sector privado; ya que los que comenzaron a ingresar al Estado lo hacían como contratados (CAS), permanentes o locación de servicios. Conjuntamente con ello, las remuneraciones de los servidores públicos, se fueron congelando lo cual motivo que muchos profesionales tuvieron que emigrar al sector privado debido a las buenas ofertas remunerativas que recibían de ese sector.

Todo este proceso se mantuvo durante la década de Fujimori, lo siguieron los gobiernos de Toledo; del mismo modo se mantuvo durante  el gobierno de Alan García; y por último, Humala, está tratando de nuevamente retomar esta propuesta pero dándole un nuevo matiz o una nueva figura, es decir buscar eficiencia y eficacia, supuestamente.

Lo interesante es ver a muchos funcionarios que trabajaron para el gobierno autocratico y dictatorial de Fujimori, se han venido reciclando llegando incluso a incorporarse como funcionarios de los diferentes gobiernos que le continuaron. Pero, muchos de ellos provienen de la empresa privada y que responden a los intereses económicos del gran capital; es decir trabajan y deciden en favor del empresariado, pero son remunerados por el Estado.

Una Segunda Característica, está relacionado  al Estado peruano, que  por naturaleza y evolución no ha sido muy fuerte ni tampoco se ha consolidado; por el contrario, la institucionalidad es muy débil, debido a que la incorporación del personal a las entidades públicas es producto de la política clientelista que se ha venido practicando desde muchas décadas atrás, donde nunca se ha revalorado la meritocracia; por el contrario el “tarjetazo” en favor de los militantes del partido de gobierno siempre ha venido predominando hasta la fecha, dejando de lado el profesionalismo de los postulantes o los que desean incorporarse y convertirse en trabajadores eficientes.

Como anécdota me comentaba un amigo, que es militante del partido de gobierno, lo siguiente: “las convocatorias que se hacen es pura formalidad, ya que algunos pueden tener buen currículo vitae y ser buenos profesionales; pero en la entrevista se lo bajan al puntaje mínimo. Mientras que los que vienen con tarjeta de algún congresista, y son militantes del partido de gobierno, a pesar de  tener poca preparación y no ser profesional, pero como vienen con recomendación del gobierno sencillamente lo elevan en la entrevista y gana el proceso, de esa manera ingresan  a laborar en cualquier dependencia del Estado”.

Asimismo, de acuerdo a los dictámenes que se viene discutiendo con respecto a la nueva ley del Servidor Público, lo que se busca es evaluar permanentemente a los trabajadores, y la pregunta que nos debemos hacer: ¿Cómo van a evaluar al personal, si las instituciones públicas no  capacita a sus trabajadores, ni tampoco les incentiva a seguir estudiando o profesionalizándose?, ¿Cuántas de las instituciones públicas, vienen trabajando bajo enfoques de políticas públicas que permita orientar el rumbo o derrotero de la institución?; o en otros casos, ¿existen planes estratégicos institucionales, los trabajadores de las instituciones públicas conocen su visión o misión, o llevan a cabo los planes operativos?, entonces por donde comenzar.

La tercera característica, se centra en que el nuevo modelo de Gestión  Pública que se desea implementar dentro del Estado Peruano, está relacionado al modelo de Administración, Gerenciación o Gestión existente en dentro del sector privado; para lo cual, se busca trasladar dicho modelo privado a la gestión pública; pero, es imposible debido a que son dos sectores totalmente diferente donde los objetivos y metas no pueden ser entendidos como algo compatible. Mientras que la Gestión privada tiene como meta vender un producto, la gestión pública se encarga de brindar un servicio de calidad.

Asimismo, existe mucha presión del sector empresarial para que esta nueva ley que ha sido aprobado se reglamente y comience a implementarse en lo inmediato;  de esa manera supuestamente, modernizar el Estado o hacer que las medidas y reformas que se busca implementar vaya en beneficio de los de arriba antes que este a favor de las grandes mayorías. E allí el gran interés del sector privado en este proceso de modernización de la Gestión Pública.


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