jueves, 23 de mayo de 2013

LA CULTURA POLITICA EN LOS ESPACIOS LOCALES

Por: Percy J. Paredes Villarreal


Uno de los principales componentes de la cultura política en la era neoliberal, que se inició en la década de los 90 del siglo pasado, y que hasta la fecha se mantiene, está relacionado a la falta de coherencia y actitud entre lo que se dice y lo que se hace. Tal es así que en la política nacional desde el gobierno de Fujimori, pasando por los gobiernos de Toledo, Alan García y este último gobierno del sr. Humala, levantaban durante su campaña electoral planes de gobierno antineoliberal pero cuando ganaron las elecciones presidenciales y llegaron al sillón presidencial actuaban dentro del marco neoliberal; generando un desconcierto y decepción de los electores que sufragaban su voto en favor de un programa alternativo al modelo imperante; por lo que se sometían a las políticas diseñado por los Organismos Financieros Internacionales.

Esto implicaba que el manejo de estos líderes nacionales para poder ganar las elecciones y atraer a los electores, era manejando un discurso y una propuesta de izquierda antineoliberal; pero cuando comenzaban su gestión gubernamental, daban continuidad a las propuestas relacionado a: 1) las actividades primarias exportadoras, 2) la economía de mercado, 3) la reducción del Estado y, 4) incremento de la exclusión social y la pobreza extrema, 5) incremento de la corrupción den las diferentes esferas del Estado.

Esta misma situación, ha comenzado a darse en los espacios locales donde durante las campañas electorales para llegar al sillón municipal, los candidatos presentaban al Jurado Nacional de Elecciones (JNE) su Plan de Gobierno y cuando ganaban el proceso electoral y han comenzado su periodo de gestión hacen otra cosa diferente. Lo cual demuestra una serie de incoherencia y falta de respeto al electorado que voto por sus candidatos.

Esta práctica de hacer política, basado en el engaño, la mentira y el pragmatismo; en algunos casos ha permitido que Alcaldes (Distritales y/o Provinciales) hayan sido revocados, como otros que se han ido a la reelección y no han obtenido el triunfo; porque sencillamente la población también castiga electoralmente. Lastimosamente esta forma de hacer política, tiene que ver mucho con la cultura política nacional y que se refleja en los espacios locales.

Del mismo modo, dentro de estos espacios locales cunde el personalismo y no existe un compromiso partidario; ya que, el líder condiciona al partido convirtiéndolo en una organización política como un medio para llegar al gobierno local; del mismo modo, estando en el poder municipal desaparece la organización y se comienza a actuar individualmente, dejando de lado la organización política que los llevo al sillón municipal.

Asimismo, tanto a nivel nacional como en lo local no existen partidos sólidos, que les permita gobernar basado en su plan de gobierno, en su ideología, en sus postulados políticos; ya que lo desconocen, porque la actitud de los líderes y candidatos los convierten en una suma de buenas intenciones, y que luego llegando al sillón municipal lo ha tirado al tacho de basura; mientras, que por otro lado la ciudadanía todavía no está organizado ni tampoco fortalecido como para poder enfrentar al caudillo que se encuentra ubicado en el sillón municipal y exigir el respeto a los acuerdos obtenidos dentro del Presupuesto Participativo que es un espacio de participación ciudadana, como por ejemplo.

Y es que, tanto la ciudadanía organizada como los Presupuestos Participativos, todavía no son entendido como espacios de dialogo y de discusión, que nos lleva a concluir en acuerdos donde se tengan que respetar los compromisos obtenidos entre sociedad civil y gobierno local. Esto se debe a que la ciudadanía no se encuentra empoderada como también las autoridades ediles no entienden cuál es el rol y función de ellos, dentro de los espacios de la democracia participativa.

Por lo tanto, es importante entender que debemos comenzar a construir una cultura política vinculado preferentemente a la coherencia entre lo que se dice y se pregona con lo que se hace, las ofertad electorales deben ser cumplidas, ejecutando los compromisos señalados en sus planes de gobierno que presentan los candidatos o las agrupaciones políticas al momento de inscribirse para participar en la contienda electoral municipal, y que cuando lleguen al sillón municipal cumplan con respetarlo y ejecutarlo. Del mismo modo, asumir los acuerdos en los espacios de participación ciudadana y de esa manera llevarlos a cabo sin transgredirlo.

De esa manera podríamos fortalecer la democracia participativa, y los espacios de participación ciudadana. De lo contrario, continuaríamos con esta cultura política basado en el autoritarismo, la corrupción, etc., que mucho daño viene haciendo a la gobernabilidad democrática como también a la institucionalidad.





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