DESENMASCARANDO AL NEOLIBERALISMO
Por: Percy J.
Paredes Villarreal
El Capitalismo
es un sistema que viene predominando en el planeta, cuyos países están
sosteniéndolo de diferentes maneras. Este sistema se ha ido manteniendo gracias
a los cambios de modelos que se han
venido dando, como: a) el keynesianismo,
b) la sustitución de importaciones, c) el Estatismo, entre otros. Existiendo desde
los orígenes del industrialismo hasta la actualidad.
En estos
últimos 30 años, nuestro país está inmerso en el modelo neoliberal, sosteniendo
un capitalismo en crisis. Para que este modelo se mantenga ha tenido que
realizar cambios estructurales, como la
creación de una Constitución Política basado en la economía de mercado y en el
presidencialismo; y la Reformar el
Estado peruano, dándole al sector privado las políticas sociales, como
educación y salud, que en estos últimos
tiempos viene demostrando su precariedad.
Para algunos
politólogos, economistas y otros especialistas, consideran que el
neoliberalismo es meramente un modelo económico: otros creemos que abarca diversos
ámbitos como lo social, político, cultural, educativo, valores, principios, etc.
Ya que, un modelo de desarrollo es sinónimo de un cambio estructural,
ideológico, y político, donde la población tiene que adecuarse a las normas que
te imponen las instituciones que dirigen la sociedad, como también te van
formando desde la educación.
Este modelo
neoliberal, ha generado crecimiento económico mediante el ahorro interno y la
priorización de la actividad minera; sacrificando a la ciudadanía, e ignorando
otros recursos y sectores, como el
desarrollo industrial. A la vez, ha traído
como consecuencias: desigualdades
sociales, económicas y culturales; demostrando la culminación de su ciclo ameritando un nuevo orden político,
económico, social y cultural en nuestro país.
Estas
consecuencias se han visto reflejado en la situación actual que venimos padeciendo por la precaria respuesta del Estado y el gobierno
nacional contra la pandemia; desnudando la situación crítica existente en las
instituciones públicas, particularmente en el sector salud. Demostrando la
incapacidad para enfrentar y responder a
la pandemia; cuya responsabilidad no es
tan solo del gobierno de turno, también es de los
diversos gobiernos que le antecedieron; ya que se despreocuparon por fortalecer la capacidad
instalada en este sector como de otros; cuya consecuencia es la crisis
estructural que se viene viviendo actualmente.
En los
inicios del aislamiento social, los neoliberales y mercantilistas se opusieron
a las decisiones del gobierno central; ellos consideraban que no se debió
realizar el aislamiento social y que las cosas siguieran normal; ni tampoco se
debería afectar la actividad económica.
Porque la persona puede cuidarse sin presión del Estado; plantearon que la
“libertad de las personas” debe implicar el cuidado de cada uno evitando su
contagio; pero la realidad en otros países donde no se ha realizado ninguna
acción frente al COVID-19, se viene incrementando los contagiados y fallecidos,
de una manera acelerada.
En lo
económico, la pandemia viene azotando a nuestro país, implicando
decrecimiento y recesión económica;
trayendo grave crisis en la mayoría de los
sectores productivos, particularmente en las micro y pequeña empresa (MyPe), y
en las actividades terciarias. Incrementándose el desempleo, generando despido masivo de trabajadores en los
sectores privados y públicos.
El
gobierno al declarar el “Estado de
Emergencia Sanitaria”, confinando a la
población en sus hogares sin poder salir a trabajar; dispuso el apoyo a las MyPe cubriendo con el
35% de sus planillas; además de apoyarles con incentivos económicos y
exoneración de algunos tributos a este sector.
Además ha
mantenido los programas sociales; ha proporcionado incentivos económicos a las familias que no cuentan con un ingreso mensual; este
apoyo se ha dado mediante los “Bonos Familiares” cuyos bancos estatales y
privados han brindado estas facilidades, con la diferencia que las entidades financieras particulares ha cobrado intereses muy
elevados a lo que el mercado dispone.
El gobierno central ha realizado transferencia
económica a las municipalidades para la compra de alimentos y sean entregados a las familias con bajos
recursos. Pero las denuncias a los procesos de adquisición y a la entrega de estas
canastas, están demostrando el alto índice de corrupción dentro de los
gobiernos locales.
Venimos
viviendo una economía de mercado, durante la pandemia, los precios en los
mercados, como las medicinas se han incrementado debido a la demanda que se tiene.
En otros casos se genera especulación y
acaparamiento de medicina, imposibilitando su adquisición por parte de
las personas que tienen a un familiar al borde de la muerte.
El
colapsamiento de la atención en los centros de salud pública, ha implicado la
incorporación del sector privado que en lugar de mejorar la atención y el
servicio, está trayendo muchas quejas y
cuestionamiento; como es el excesivo precio que ponen a los diversos servicios
brindados, en: a) análisis de las pruebas cuyas clínicas privadas cobran
precios elevados, a pesar que los análisis realizado por el sector público les
hace en forma gratuita; b) internamiento de los pacientes con COVID-19, cuyo monto superan los cien mil soles.
La falta de oxígeno en los
diversos nosocomios; encontramos precios
elevados en su venta en el mercado, impidiendo
que las personas que no tienen recursos puedan adquirirlo; falleciendo
sus familiares, debido a la ausencia de este elemento fundamental para poder
vivir. En otros casos, están vendiendo un tipo de oxigeno que no es el
adecuado, haciéndolo pasar el industrial por el medicinal, implicando
fallecimiento de muchas personas.
La venta de mascarillas
ilegales en los mercados, han permitido la intervención de la Policía Nacional
en diversas viviendas que adulteraban el producto colocándolo la membresía de
marcas reconocidas y con registro sanitario cuando eran “bamba”, esto demuestra
la falta de responsabilidad y ética por parte de inescrupulosos comerciantes
que se aprovechan de la economía de mercado para ofertar sus productos falsos.
Del mismo modo hemos visto por las noticias, la elaboración de medicamentos
ilegales, anti sanitarios, y adulterados; siendo incorporados al mercado como
si fueran legales; trayendo consecuencias en la salud de las personas que lo adquieren
sin conocer sus orígenes.
Algunos
consideran que el auxilio dado por el gobierno central a los diversos sectores
económicos y a la población en su conjunto; ha implicado un cambio en el timón
de la economía como es el retorno al Estado de Bienestar. Ya que para los
neoliberales, no debe existir ninguna intervención de la máxima institución en
los diversos aspectos.
Como hemos
dicho líneas arriba el neoliberalismo, no tan solo es un modelo económico, también
está relacionado al aspecto sociocultural, reflejándose en el comportamiento y
conducta de las personas, como lo hemos descrito líneas arriba.
Además, la
ciudadanía al desacatar las medidas
tomadas por el gobierno central a lo largo del confinamiento de las personas;
rompiendo las múltiples normas impuestas
por el estado por diversos motivos. Ya que, tenemos una gobernabilidad debil y
una institucionalidad política precaria; que no tiene liderazgo, ni autoridad
para reclamar a la ciudadanía un respeto; como sucede en otros países,
particularmente en Europa.
El
neoliberalismo ha fortalecido el liderazgo caudillesco de la autoridad;
debilitando y extinguiendo a las organizaciones sociales de base, juntas
vecinales, que ahora están ausente en este proceso de lucha contra la pandemia.
Siendo confinados y relegados bajo la consigna que “Estamos en Guerra contra un
enemigo oculto y desconocido, cualquiera de nosotros lo podemos tener…”, cuyo
control de los espacios territoriales está en manos de las Fuerzas Armadas y la
Policía Nacional.
El Covid-19,
ha desnudado la precariedad de nuestra sociedad predominando el individualismo
y el “sálvense quien pueda”; ya que en muchos de
los casos las personas se muestran indiferentes, insensibles y discriminadores.
Con aquellos vecinos, amistades o familiares que tienen esta enfermedad;
discriminando o maltratando psicológicamente
a los familiares cuyos seres
queridos se encuentran en los nosocomios.
Del mismo
modo, encontramos actos graves de
corrupción en algunos sectores públicos, cuyos responsables reflejando la falta
de una formación ética y moral, de honestidad; ya que, se está comenzando a
descubrir que en diversas dependencias e instituciones públicas, se viene
adquiriendo una serie de equipos y materiales de protección, para el personal
que se encuentra en primera línea; en mal estado, con sobreprecio e
inapropiados para el personal de salud, la Fuerza Armada y la Policía Nacional,
cuyos miembros también están muriendo a causa de la falta de protección para
defenderse de la COVID-19.
Es lamentable
decir que en esta guerra contra el coronavirus;
el gobierno nacional se enfrenta a tres enemigos fundamentales: el
primero es la pandemia; el segundo, es
la clase política y el periodismo irresponsable que manipula y tergiversa la
información; y tercero la corrupción predominante en las diferentes
instituciones públicas.
Urge cambiar
el modelo neoliberal por uno nuevo, que sea más solidario, más transparente,
con valores éticos y morales que permita generar confianza y credibilidad en
sus instituciones.
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