domingo, 14 de junio de 2020

DESENMASCARANDO AL NEOLIBERALISMO


Por: Percy J. Paredes Villarreal

El Capitalismo es un sistema que viene predominando en el planeta, cuyos países están sosteniéndolo de diferentes maneras. Este sistema se ha ido manteniendo gracias a los  cambios de modelos que se han venido dando,  como: a) el keynesianismo, b) la sustitución de importaciones, c) el Estatismo, entre otros. Existiendo desde los orígenes del industrialismo hasta la actualidad.

En estos últimos 30 años, nuestro país está inmerso en el modelo neoliberal, sosteniendo un capitalismo en crisis. Para que este modelo se mantenga ha tenido que realizar  cambios estructurales, como   la creación de una Constitución Política basado en la economía de mercado y en el presidencialismo; y la  Reformar el Estado peruano, dándole al sector privado las políticas sociales, como educación y salud,  que en estos últimos tiempos viene demostrando su precariedad.

Para algunos politólogos, economistas y otros especialistas, consideran que el neoliberalismo es meramente un modelo económico: otros creemos que abarca diversos ámbitos como lo social, político, cultural, educativo, valores, principios, etc. Ya que, un modelo de desarrollo es sinónimo de un cambio estructural, ideológico, y político, donde la población tiene que adecuarse a las normas que te imponen las instituciones que dirigen la sociedad, como también te van formando desde la educación.

Este modelo neoliberal, ha generado crecimiento económico mediante el ahorro interno y la priorización de la actividad minera; sacrificando a la ciudadanía, e ignorando otros recursos y sectores, como  el desarrollo industrial. A la vez, ha traído  como  consecuencias: desigualdades sociales, económicas y culturales;  demostrando la culminación de su ciclo  ameritando un nuevo orden político, económico, social y cultural en nuestro país. 

Estas consecuencias se han visto reflejado en la situación actual que  venimos padeciendo por  la precaria respuesta del Estado y el gobierno nacional contra la pandemia; desnudando la situación crítica existente en las instituciones públicas, particularmente en el sector salud. Demostrando la incapacidad  para enfrentar y responder a la pandemia;  cuya responsabilidad no es tan solo   del gobierno de turno, también es de los diversos gobiernos que le antecedieron; ya que  se despreocuparon por fortalecer la capacidad instalada en este sector como de otros; cuya consecuencia es la crisis estructural  que se viene viviendo actualmente.

En los inicios del aislamiento social, los neoliberales y mercantilistas se opusieron a las decisiones del gobierno central; ellos consideraban que no se debió realizar el aislamiento social y que las cosas siguieran normal; ni tampoco se debería  afectar la actividad económica. Porque la persona puede cuidarse sin presión del Estado; plantearon que la “libertad de las personas” debe implicar el cuidado de cada uno evitando su contagio; pero la realidad en otros países donde no se ha realizado ninguna acción frente al COVID-19, se viene incrementando los contagiados y fallecidos, de una manera acelerada.

En lo económico, la pandemia viene azotando a nuestro país,   implicando  decrecimiento y recesión económica; trayendo  grave crisis en la mayoría de los sectores productivos, particularmente en las micro y pequeña empresa (MyPe), y en las actividades terciarias. Incrementándose el  desempleo, generando   despido masivo de trabajadores en los sectores privados y públicos.

El gobierno  al declarar el “Estado de Emergencia Sanitaria”, confinando  a la población en sus hogares sin poder salir a trabajar;  dispuso el apoyo a las MyPe cubriendo con el 35% de sus planillas; además de apoyarles con incentivos económicos y exoneración de algunos tributos a este sector.

Además ha mantenido los programas sociales; ha proporcionado  incentivos económicos a las familias  que no cuentan con un ingreso mensual; este apoyo se ha dado mediante los “Bonos Familiares” cuyos bancos estatales y privados han brindado estas facilidades, con la diferencia que las  entidades financieras  particulares ha cobrado intereses muy elevados a lo que el mercado dispone.

El gobierno central ha realizado  transferencia económica a las municipalidades para la  compra de alimentos  y sean entregados a las familias con bajos recursos. Pero las denuncias a los procesos de adquisición y a la entrega de estas canastas, están demostrando el alto índice de corrupción dentro de los gobiernos locales.

Venimos viviendo una economía de mercado, durante la pandemia, los precios en los mercados, como las medicinas se han incrementado debido a la demanda que se tiene. En otros casos se genera especulación y  acaparamiento de medicina,  imposibilitando su adquisición por parte de las personas que tienen a un familiar al borde de la muerte.

El colapsamiento de la atención en los centros de salud pública, ha implicado la incorporación del sector privado que en lugar de mejorar la atención y el servicio,  está trayendo muchas quejas y cuestionamiento; como es el excesivo precio que ponen a los diversos servicios brindados, en: a) análisis de las pruebas cuyas clínicas privadas cobran precios elevados, a pesar que los análisis realizado por el sector público les hace en forma gratuita; b) internamiento de los pacientes con COVID-19,  cuyo monto superan los cien mil soles.

La falta de oxígeno en los diversos nosocomios; encontramos  precios elevados en su venta en el mercado, impidiendo  que las personas que no tienen recursos puedan adquirirlo; falleciendo sus familiares, debido a la ausencia de este elemento fundamental para poder vivir. En otros casos, están vendiendo un tipo de oxigeno que no es el adecuado, haciéndolo pasar el industrial por el medicinal, implicando fallecimiento de muchas personas. 

La venta de mascarillas ilegales en los mercados, han permitido la intervención de la Policía Nacional en diversas viviendas que adulteraban el producto colocándolo la membresía de marcas reconocidas y con registro sanitario cuando eran “bamba”, esto demuestra la falta de responsabilidad y ética por parte de inescrupulosos comerciantes que se aprovechan de la economía de mercado para ofertar sus productos falsos. Del mismo modo hemos visto por las noticias, la elaboración de medicamentos ilegales, anti sanitarios, y adulterados; siendo incorporados al mercado como si fueran legales; trayendo consecuencias en la salud de las personas que lo adquieren sin conocer sus orígenes.

Algunos consideran que el auxilio dado por el gobierno central a los diversos sectores económicos y a la población en su conjunto; ha implicado un cambio en el timón de la economía como es el retorno al Estado de Bienestar. Ya que para los neoliberales, no debe existir ninguna intervención de la máxima institución en los diversos aspectos.

Como hemos dicho líneas arriba el neoliberalismo, no tan solo es un modelo económico, también está relacionado al aspecto sociocultural, reflejándose en el comportamiento y conducta de las personas, como lo hemos descrito líneas arriba.

Además, la ciudadanía al  desacatar las medidas tomadas por el gobierno central a lo largo del confinamiento de las personas; rompiendo las múltiples  normas impuestas por el estado por diversos motivos. Ya que, tenemos una gobernabilidad debil y una institucionalidad política precaria; que no tiene liderazgo, ni autoridad para reclamar a la ciudadanía un respeto; como sucede en otros países, particularmente en Europa.

El neoliberalismo ha fortalecido el liderazgo caudillesco de la autoridad; debilitando y extinguiendo a las organizaciones sociales de base, juntas vecinales, que ahora están ausente en este proceso de lucha contra la pandemia. Siendo confinados y relegados bajo la consigna que “Estamos en Guerra contra un enemigo oculto y desconocido, cualquiera de nosotros lo podemos tener…”, cuyo control de los espacios territoriales está en manos de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.

El Covid-19, ha desnudado la precariedad de nuestra sociedad predominando el individualismo y  el  “sálvense quien pueda”; ya que en muchos de los casos las personas se muestran indiferentes, insensibles y discriminadores. Con aquellos vecinos, amistades o familiares que tienen esta enfermedad; discriminando o maltratando psicológicamente  a los familiares  cuyos seres queridos se encuentran  en los nosocomios.

Del mismo modo, encontramos  actos graves de corrupción en algunos sectores públicos, cuyos responsables reflejando la falta de una formación ética y moral, de honestidad; ya que, se está comenzando a descubrir que en diversas dependencias e instituciones públicas, se viene adquiriendo una serie de equipos y materiales de protección, para el personal que se encuentra en primera línea; en mal estado, con sobreprecio e inapropiados para el personal de salud, la Fuerza Armada y la Policía Nacional, cuyos miembros también están muriendo a causa de la falta de protección para defenderse de la COVID-19.

Es lamentable decir que en esta guerra contra el coronavirus;  el gobierno nacional se enfrenta a tres enemigos fundamentales: el primero es la pandemia;  el segundo, es la clase política y el periodismo irresponsable que manipula y tergiversa la información; y tercero la corrupción predominante en las diferentes instituciones públicas.

Urge cambiar el modelo neoliberal por uno nuevo, que sea más solidario, más transparente, con valores éticos y morales que permita generar confianza y credibilidad en sus instituciones.  


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