ELECCIONES SUBNACIONALES: CAMBIO O CONTINUISMO
Por: Percy J.
Paredes Villarreal
Estamos a pocos días del proceso
electoral para renovar a las autoridades regionales y municipales
(provincias y distritos) a nivel nacional; en esta oportunidad se elegirán a 26
Gobernadores/as Regionales, 196 y 1678 alcaldes/as con sus respectivos
regidores/as para las municipalidad provinciales y distritales,
respectivamente. Dentro de ese aspecto aquellos candidatos al gobierno regional
que no superen el 47% votos elegidos tendrán que ir a una segunda vuelta entre
el ganador y el que le continua en votación.
El panorama electoral regional y
municipal, no está al margen de la coyuntura nacional, donde la crisis política y
económica, la corrupción dentro de las instituciones públicas, particularmente
en el Legislativo y Ejecutivo, en el
Ministerio Público y Poder Judicial, tal como lo demuestra la última encuesta
de opinión realizado por IPSO y el IEP, reflejan que amerita un cambio o una
reforma estructural no tan solo a nivel nacional, también en lo subnacional.
Frente a esta situación que se
viene viviendo en nuestro país, muchos dicen que la crisis que venimos
atravesando, se debe convertir en una oportunidad para generar cambios; pero esas reformas estructurales no se darán
porque no existe voluntad política por
parte de la clase política que ha caducado y claudicado en sus principios y
valores.
CAMBIANDO LA CULTURA POLÍTICA EN LOS ESPACIOS SUBNACIONALES
Lo que percibimos es el afianzamiento del continuismo, ya que los
cambios se dan solamente de personas; porque la estructura funcional de la
gestión pública sigue siendo lo mismo donde el poder dentro de esta se
encuentra en las áreas de presupuesto y planificación; ya que, ellos son los
que deciden el rumbo o derrotero de la inversión pública en los gobiernos
locales.
Del mismo modo, podemos anotar la
ausencia de una planificación, en la toma de decisiones donde todavía sigue
predominando el caudillismo y autoritarismo de los lideres y/o candidatos al
sillón municipal. Ya que, ellos son los que deciden convirtiendo a la
institución pública local en su chacra sin tomar en cuenta el Programa de
Inversión Multianual (PIM), modificándolo permanentemente; y donde todo lo que
se haga tiene que ser con la autorización o consentimiento del burgomaestre de
la localidad y/o el territorio.
Muchas veces escuchamos las
propuestas de algunos candidatos que plantean cosas simples o sencillas, como
otros que son irrealizables, con la finalidad de llamar la atención o generar
sensacionalismo; ya que, lo inmediato desplaza a la racionalidad o a la
planificación participativa, como son los instrumentos de gestión y de
planificación que se debe contar dentro de una gestión municipal, y que en
muchos de los casos son ignorados o convertidos en instrumentos formales que
nunca son utilizados para implementar la gestión pública.
Esto se ve reflejado en la
inversión de infraestructura, que en muchos casos no tienen un impacto social, ni tampoco
genera desarrollo local o territorial; por el contrario sirven para obtener
ventajas económicas de las autoridades a través del famoso 10% que en muchos de
los casos son expresiones de la corrupción que se dan en estos sectores
subnacionales.
La inversión pública de los
gobiernos locales, no se relaciona con las políticas públicas de inclusión
social, de desarrollo social y humano; ni tampoco se articula a la calidad de vida que deben tener los ciudadanos
del territorio; del mismo modo, no se vinculan a los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS) que las Naciones Unidas vienen promoviéndolo desde lo
internacional a lo local. Esto se debe a la falta de preparación o formación
técnico profesional de los candidatos a concejo municipal (alcaldes/a y/o
regidores/as), como también del equipo técnico de los candidatos y partidos
políticos que participan en esta contienda electoral.
Otro factor importante para
entender la cultura política predominante en la gestión pública local, es la
carencia de preparación de los candidatos tanto a la alcaldía como a los regidores,
como también algunos miembros del partido ganador, que en muchos de los casos
no tienen experiencia, conocimiento o formación en gestión municipal, por lo
que se convierten en simple tramitadores de documentos.
Y eso se debe a que los partidos
políticos han dejado de ser escuelas de formación política, ideológica,
programática y de formación de cuadros técnicos; para pasar a convertirse en
una especie de organismo de generación
de empleo. Que al ganar las elecciones, sus miembros asumen responsabilidades
que en muchos de los casos tienen un desconocimiento de lo que es la gestión
pública local.
Del mismo modo, un sector que
apoya a los candidatos lo hacen por una relación parental, amistad,
compadrazgo, y todas las redes sociales habidas y por haber para poder llegar
al sillón municipal. De esa manera dar continuidad al modelo de cultura
política predominante en nuestro país como es el Neoliberalismo, Autoritarismo
y la Corrupción, tal como lo describe Gonzalo Portocarrero en su libro “La
Cultura Política en el Perú”, y que esto se refleja a nivel nacional como local.
La lucha por el poder dentro del
marco de la democracia representativa, se da con la finalidad de ganar y llegar
a la municipalidad; con el propósito de tener el control de la institución y
utilizarlo para beneficio personal y del grupo que apoyó en su campaña, sin
importarle la visión y el desarrollo del territorio o de la localidad.
PARTICIPACIÓN CIUDADANA ACTIVA PARA GENERAR DESARROLLO LOCAL:
Frente a este modelo predominante,
¿qué se debe hacer para cambiar y generar una reforma estructural de la gestión
pública local?, considero lo siguiente:
1. Pasar de
la democracia Representativa a una democracia participativa, que permita a los
ciudadanos no tan solo ir a sufragar para elegir a nuestras autoridades ediles
cada cinco años; también debemos involucrarnos
y participar en los espacios o mesas de concertación con la finalidad de
aportar, hacer la vigilancia ciudadana y hacer cumplir a las autoridades
electas los acuerdos que se tomen dentro
de estos espacios de diálogo y concertación.
2. El
territorio debe tener una visión de
futuro dentro de un enfoque prospectivo, con la finalidad de que la ciudadanía
haga “Incidencia Política” a las autoridades, para que manejen una hoja de ruta que oriente las
inversiones y el accionar de las instituciones públicas hacia los objetivos
estratégicos con que se debe contar. Ya que esto es producto de la
planificación participativa en la elaboración del Plan de Desarrollo Concertado
y del Presupuesto Participativo; así también deben orientarse los procesos de inversión pública a nivel
territorial, señalándose las más prioritarias que permitan mejorar las
condiciones y calidad de vida de los ciudadanos de la localidad.
3. Promover
Políticas Públicas Locales, con la finalidad de reducir o desaparecer las
brechas sociales en: educación, salud, igualdad de oportunidades, violencia de
género, contaminación ambiental, generación de empleo y empoderamiento
económico, etc.; logrando su
sostenibilidad en el mediano y largo plazo.
4. Transparentar
la gestión municipal, a través de la rendición de cuentas trimestral o
semestralmente haciendo uso de los espacios presenciales y virtuales; donde se
informe periódicamente las inversiones sus resultados e impactos sociales,
económicos que se obtiene.
5. Democratizar
la gestión pública, incorporando no tan solo a los miembros e integrantes del
partido ganador, también dar oportunidades a profesionales y técnicos del mismo
lugar, que permitan fortalecer la meritocracia antes que el amiguismo o el
clientelismo.
6. Y otras
propuestas que deben ser incluido tomando en cuenta la realidad social,
política, económica, cultural y ambiental predominante en el territorio; para
de esa manera generar un cambio estructural en la gestión pública local.
Existen dos caminos en que
tenemos que decidir o bien permitimos el afianzamiento de esta cultura política
que nos está hundiendo más; o comenzamos a generar y fortalecer la
participación ciudadana para hacer la vigilancia y exigir reformas a las nuevas
autoridades ediles. Es decir pasar de una etapa pasiva a una efectiva y
participativa, para cambiar la gestión pública y generar nuestro desarrollo.
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