martes, 10 de abril de 2012

EL POST FUJIMORISMO

Por: Percy J. Paredes Villarreal

El 05 de Abril del presente año, se cumple 20 años del famoso autogolpe del Estado, realizado por Alberto kenya Fujimori F., quien se encontraba gobernando el País; para lo cual, cerro los poderes legislativo y judicial, manteniendo el poder ejecutivo en sus manos.

Esta medida, en todo momento tuvo el apoyo de la ciudadanía que se encontraba hastiado de la corrupción, el terrorismo y la hiperinflación en que nos dejó el gobierno del Apra. Del mismo modo, conto con el apoyo incondicional de las instituciones como las Fuerzas Armadas, el sector empresarial y algunos religiosos, como el Cardenal Cipriani.

La ruptura del orden institucional, demostró que la sociedad civil deseaba cambios urgentes; asimismo, a nivel internacional existía presión de los Organismos Financieros Internacionales (FMI, BID), para que el gobierno de Fujimori inicie las reformas estructurales de un nuevo modelo de desarrollo, es decir la implementación del neoliberalismo; los objetivos de esta política fue la reducción del Estado y el predominio de una economía de mercado.

En el aspecto político, la crisis de la democracia representativa y de los partidos políticos, debido a que no se encontraban a la altura de los hechos sociales, además de encontrarse divorciado de la ciudadanía; implico, fuertes críticas al poder legislativo, por parte de la ciudadanía; del mismo modo, el tema de la corrupción dentro del poder judicial, también implico un cuestionamiento fuerte a este poder del Estado que se encontraba debilitado.

Otro componente importante que se tuvo, y también fue predominante, estuvo vinculado al individualismo, caudillismo y el autoritarismo, en que en nuestro país no se desprendía de este mal; a pesar de haber salido de un periodo de dictadura militar, que duro cerca de doce (12) años.

Del mismo modo, tal como lo definen algunos investigadores sociales, Fujimori no era un político a carta cabal, ni tampoco era democrático; por el contrario, fue un personaje improvisado en la política, tuvo el apoyo de tres sectores importantes y predominantes dentro de la sociedad peruana (Fuerzas Armadas, Iglesia Católica y el sector empresarial), que le permitieron gobernar fácilmente. Además de contar con un aparato logístico a su favor, como fueron los medios de comunicación, que se encargaron de enaltecer y elevar el nivel de popularidad de este gobernante.

A la vez, durante la década de los 90 del siglo pasado, el gobierno de Fujimori comenzó a construir una nueva cultura política, que hasta la fecha sigue predominando, tales como:

Primero, implemento las políticas neoliberales, mediante el cual acabo con el rol del Estado, abrió el mercado para la importación y el ingreso de capital financiero internacional. De acuerdo a algunos estudios realizados por economistas, el 73% de nuestra economía está en manos de empresarios extranjeros. Asimismo, priorizó las actividades primarias, siendo la minería el elemento importante y prioritario de nuestra economía.

Segundo, demostró que la clase política en nuestro país, era sumisa a los intereses de los que gobernaban; a la vez, fortaleció un modelo de liderazgo sustentado en el individualismo, caudillismo, desprecio a la democracia interna de los partidos político; ausencia de representativa política, el fortalecimiento del individualismo, la falta de propuestas, programas y proyecto políticos.

Tercero, demostró la fragilidad de las instituciones públicas y su vínculo con la corrupción, en los diferentes niveles del Estado. Del mismo modo, la relación estrecha entre el Estado y el narcotráfico, cuyo principal intermediario fue su socio Vladimiro Montesinos, quedo impregnado en la política del Estado, y que hasta la fecha se sigue manteniendo.

Estos elementos, mencionados líneas arriba, fue lo que se construyó y que a la fecha se sigue manteniendo a lo largo de estos 20 años pos fujimorismo; ya que, los gobernantes que continuaron con este modelo de desarrollo, siguen implementando y manteniéndolo, sin generar un cambio, que la sociedad peruano viene exigiendo.
Hubo mucha expectativa con el actual gobierno de Humala, pero ha preferido la continuidad del modelo imperante desde el autogolpe de Estado en el año 1992. Por lo que, el legado de Fujimori sigue impregnado en el modelo de desarrollo que se viene implementando.

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