lunes, 30 de septiembre de 2013

LA VIOLENCIA POLITICA EN EL PERU, VISTO DESDE ADENTRO


Por: Percy J. Paredes Villarreal

En esta última semana, he tenido la oportunidad de leer el texto que ha sido  de mi  interés y que nos puede permitir entender la violencia como un problema complejo; ya que, en nuestro   país  lo hemos vivido durante  las dos últimas décadas del siglo pasado. El  texto se denomina “Memorias de un soldado desconocido” escrito por el antropólogo ayacuchano Lurgio Gavilán Sánchez.

Este texto está relacionado y vinculado al tema de la violencia política, donde el autor nos describe en primera persona y en  forma narrativa algunos acontecimientos que él ha vivido  formando parte a lo largo de su vida; particularmente, en el departamento de Ayacucho lugar donde se inició la violencia política en el año 1982 y donde él es natural. Asimismo, este conflicto  armado entre Sendero Luminoso y las fuerzas armadas, trajo como consecuencia la muerte de cerca de 70 mil compatriotas entre miembros  de ambos sectores y de la población que nada tenía que ver con este conflicto armado, me refiero a la población andina y excluidad social, económica y culturalmente.

Lurgio hace una descripción biográfica sobre su paso por Sendero Luminoso, se incorporó  a las filas a la edad de 8 años, como militante y guerrillero. Posteriormente, después de 8 años, a la edad de 16 años fue capturado por los militares y estaba a punto de ser fusilado pero fue perdonado; por lo  que paso a formar parte del ejército que enfrentaba a este grupo terrorista y demencial. Es importante indicar que, según el autor de este libro,  tanto Sendero como el Ejército actuaban desalmadamente acabando con la vida de muchas personas inocentes que nada tenían que ver con esta guerra interna.

Por último, describe en forma escueta su incorporación a la Religión Católica, como sacerdote vinculado a la Congregación Religiosa denominado “San Francisco de Asís”; este paso a la institución católica, no le duro mucho, ya que renuncio al poco tiempo; para luego, pasarse a estudiar antropología en la Universidad Nacional “San Cristóbal” de Huamanga, egresando de ella posteriormente.

Aunque dentro de las ciencias antropológicas, siempre hemos entendido a esta disciplina como el estudio de los otros; en esta oportunidad, lo que podemos recoger de este hermoso texto es la autobiografía de un personaje que ha vivido y pasado por esta organización política y luego por las siguientes instituciones públicas que defienden este Estado; donde ha quedado demostrado que la incorporación al grupo terrorista de Sendero Luminoso, en su gran mayoría no era por convicción, sino que eran reclutados obligatoriamente.

Es verdad que la Antropología como disciplina y ciencia, no es estática por el contrario está en permanente cambio y evolución, donde se van incorporando otros temas, que en algunas ocasiones no se han tomado en cuenta como es el caso de la violencia; dentro de este aspecto,   podríamos hablar de la disciplina denominado “Antropología de la Violencia”, otros lo denominan “Antropología del sufrimiento Social”, etc.

Del mismo modo, uno de los especialistas de la Antropología de la Violencia Política fue Carlos Iván de Gregori, quién se encargó de estudiar este tema recogiendo información escrita, entrevista y haciendo etnografía relacionado a “Sendero Luminoso”; asimismo,  podemos hablar de Orín Starn, quién también ha estudiado a este grupo demencial terrorista con las características demenciales y terroristas.

También, desde la metodología de las ciencias sociales, podemos decir que es la primera vez, que un antropólogo habla en primera persona y describe su experiencia vivida; es decir una autobiografía de lo que ha vivido cuando formo parte de Sendero, luego paso a ser parte del Ejército y por último su paso por la Iglesia Católica. En estas etapas resalta algunos aspectos importantes de su vida; como también, acciones y hechos sociales importantes por la que ha pasado y/o vivido a lo largo de su vida. Podemos poner como ejemplo, la supervivencia en el campo, los mecanismos para obtener alimentación, su relación con la comunidad y con las personas. El actuar con aquellos que traicionan el ideal, entre otras cosas.

Podemos decir que la autobiografía de un antropólogo estaría más cercano al enfoque posmodernistas de la Antropología que a otro tipo de corriente, tal como lo hizo Cliford Geertz uno de los máximos representantes de esta línea antropológica. “Metodologicamente, las autobiografías se relacionan en varios aspectos con las historias de vida como recursos para capturar datos de la realidad social. Al igual que las historias de vida, una autobiografía es un documento subjetivo articulado en torno a un estudio de caso. Las autobiografías buscan sumergirse en lógicas culturales que proporcionan sus actores para comprender el sistema social más amplio del cual forman parte. Al capturar parte de la vida de una persona, siguen una línea de tiempo que permite alcanzar niveles de profundidad significativamente altos.” (Pág. 20 – 21)

Quisiera rescatar de la lectura hecha, tres puntos muy importantes: Primero, que tanto Sendero Luminoso como el Ejército, siempre se han ensañado con la población; donde han violado a mujeres, han  asesinado a ancianos, mujeres y varones, niños, y autoridades,  les han  robado todas sus pertenencias a los moradores; entre otros abusos cometidos por estos grupos. Por lo que, muchos de ellos fueron acribillados, otros tuvieron que huir de su propio lugar; del mismo modo, dentro de la comunidad se dividieron porque para que no lo matasen estaban a favor de uno de ellos, generando enfrentamientos y conflictos a nivel interno de la comunidad. 

Segundo, el autor del libro nos habla y describe como han vivido las personas que han formado parte de ambos grupos y que en todo momento se enfrentaron, la disciplina que les han impuesto estando en uno de estos sectores, su vinculación con las demás personas, la filosofía e ideología de ambos grupos. Pero también nos habla tangencialmente de la manera como ajusticiaban a las personas que no estaban de acuerdo con su ideología y con sus métodos; del mismo modo, describe  sus vínculo con las comunidades y su actuación contra aquellas personas cuando no los apoyaban.

Y tercero,  tiene que ver con la actitud y relación existente entre la persona con violencia, donde muchos de ellos no estaban preparados ideológico y políticamente para formar parte de una de ellas; ya que, eran reclutados y obligados a formar parte e ir al frente a enfrentarse a un enemigo, por lo tanto, se tenía que aniquilarlo; generando una cultura de la violencia.

Quisiera culminar este artículo, transcribiendo el siguiente párrafo: “Pero trabajar en una antropología de la violencia no solo debe implicar los casos extraordinariamente macabros, de crimen evidente, sino al contrario, suponer que la violencia probablemente es más común en nuestra vidas de lo que deseamos reconocer la mayoría de las veces. La violencia, en este sentido, es consustancial al ser humano, y hay algo de ella, muy presente, en nuestra vida cotidiana y en los episodios extraordinarios. Lo importante sería considerar que, a partir de su análisis, podemos desprender la idea de que puede ser una importante fuente de información y análisis”. (Pág. 44-45)

Es un libro interesante que nos va a permitir entender la conducta y comportamiento de las personas involucradas en la violencia política que ha vivido nuestro país durante la década de 1980 – 1990. Ojala que nunca más nuestro país vuelva a pasar por este episodio negro, que enluta a muchas familias y que hasta la fecha las heridas no están cerradas.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio