SALUD, PANDEMIA Y ELECCIONES PRESIDENCIALES
Por: Percy J.
Paredes Villarreal
Desde los inicios del gobierno
fujimorista en la década de los 90 del siglo pasado, en todo momento buscó desprestigiar y desacreditar a los
sectores de educación y salud, haciendo
creer que es mala; creando las condiciones para su privatización. Por lo que,
no se preocuparon ni se interesaron en mejorar y brindar un servicio de salud y
educación eficiente, eficaz y de calidad.
A lo largo de estos últimos 30
años encontramos una atención muy precaria del sistema público de la
salud; los diversos gobiernos muy poco o
casi nada han hecho por mejorarla. Tal es así, que aparte de la precaria infraestructura con que se encuentra, existen
poco profesionales de la salud, sus sueldos muy bajos, ausencia de
medicamentos; también se restringió o redujo la atención primaria, además de la
extinción de las actividades preventivas promocionales, para dedicarse solamente
a la atención y curación.
Particularmente, el presupuesto
asignado al sector salud no ha cubierto las expectativas, ni tampoco una buena
atención. Por lo que, muchas personas o pacientes han tenido que acudir a su
automedicación, y los que tenían recursos podían atenderse en clínicas privadas o también
atención de médicos en sus consultorios.
Del mismo modo, ha sucedido con
los galenos que debido al bajo sueldo económicos que reciben del sector público,
la mayoría se ha visto en la necesidad de compartir sus horas libres en
clínicas privadas y/o atendiendo en sus consultorios o de manera particular.
Muchos de ellos han podido aprovechar esta pandemia para brindar asistencia
particular de esa manera ganar un poco más; lo mismo ha sucedido con las
enfermeras y fisioterapistas.
Esta situación nos ha permitido
mirar y ver que la llegada de la pandemia a nuestro país ha generado elevados
índices de contagiados y fallecidos, tal es así que según las estadísticas
proporcionada por el MINSA, se tiene 1,955,469 personas infectadas, 69,342
fallecidos. De los cuales el 65.69% son varones y 34.31% mujeres; del mismo
modo, los adultos mayores son los que más fallecidos se cuenta siendo 47,629,
de las cuales 30,569 son hombres y 17,060 mujeres; mientras que por grupo de
edad, vemos que las personas comprendidas entre las edades de 60 a 69 años
es de mayor cantidad de muertos con un
monto de 18,416 siendo 6,276 mujeres y
12,140 varones. Y por último podemos
describir que los fallecidos por lugar encontramos que los servicios que proporciona el MINSA/GORE
es donde hay más decesos viniendo a ser
33,222, siendo 21,610 varones y 11,612
mujeres.[1]
Así como tenemos resultados del
MINSA que reporta datos cuantitativos de las personas que han sido testeado
mediante pruebas rápidas o moleculares, vienen recibiendo atención, seguimiento
y monitoreo, reportando diariamente los resultados cuantitativos; también
encontramos datos proporcionado por el Sistema Nacional de Defunción (SINADEF), reportando diariamente las personas
fallecidos habiendo 146,758 a
nivel nacional, en este dato se incorpora las personas fallecidas por la
pandemia y otros que no se sabe los motivos[2].
Y por último, el gobierno nacional ha presentado un informe de sinceramiento de
fallecidos por causa de la pandemia informando que existen 180,764 fallecidos
por Covid-19[3].
Esto se debe a que el diagnostico
utilizado ya no es de una pandemia sino es una Sindemia, tal como algunos
médicos lo han manifestado a nivel mundial, pero que no se quiere aceptar. Ya que
la crisis sanitaria ha demostrado la
imposibilidad de responder a la situación que se vive, cuyos principales afectados han sido las personas vulnerables como son: a)
los adultos mayores debido a la baja defensa que tienen, b) personas que han tenido algún tipo de
enfermedades sintomáticos respiratorios, diabetes, cáncer, etc., siendo los
principales afectados por este virus; c) sectores sociales relacionado a los
niveles de pobreza y extrema pobreza, que no han contado con recursos
económicos para poder adquirir medicina, balones de oxígeno; d) sectores
territoriales donde no se cuenta con servicios básicos como: Agua y desague; e)
viviendas hacinadas, donde viven más de dos familias; y f) s puestos de salud
han estado colapsados, son precarios, como otros que no cuentan con camas
UCI, muchos han tenido que resignarse a
aceptar el fallecimiento de algunos familiares.
La pandemia ha atacado a nuestro país en un momento de
crisis política, cuyos grupos han estado
enfrentados por el control del poder; cuando deberían haberse unido, haciendo
un trabajo en equipo entre el
legislativo y el ejecutivo, eso ha implicado graves consecuencia para la
ciudadanía; tal como lo venimos viendo.
Primero fue el obstáculo al
gobierno por parte de un sector de la ultraderecha referido a las medidas para
evitar el incremento de contagiados y fallecidos; luego vino la vacancia
presidencial contra el Presidente Martín Vizcarra por parte del Presidente del
Congreso de la República Merino Lamas; seguido fue la renuncia del usurpador
del gobierno por la presión de la ciudadanía particularmente los jóvenes,
falleciendo dos de ellos en esta gesta cívica; luego vino la asunción de un
gobierno de transición a cargo de Sagasti, con miras a las elecciones
presidenciales que vamos a elegir en pocos días. Dentro de esta coyuntura,
encontramos una serie de destapes relacionado a los actos de corrupción y falta
de ética, por parte de esta clase política en este periodo de pandemia que
venimos viviendo.
En este proceso electoral nos
encontramos en la segunda vuelta donde elegiremos a uno de los dos candidatos
que han pasado a segunda vuelta. El primero es Pedro Castillo que representa el
cambio de modelo y la segunda es Keiko Fujimori, que representa la defensa del
modelo neoliberal.
Ambos candidatos han tenido dos
debates, tienen sus propuestas referido a salud dentro de su plan de gobierno.
Tal es así que, el primero aspira al cambio de una constitución política
vigente cuyo planteamiento es convertir a la salud en un derecho universal, donde
el Estado debe asumir su responsabilidad brindando una atención gratuita y de calidad
para todas y todos los peruanos, además de acercar al Estado a la población,
reactivar la atención primaria y preventiva, organizar a la comunidad; mientras
que Fujimori plantea mantener el modelo
y solamente asignarles más recursos, construir más hospitales, trabajar con el
sector privado.
Respecto a la vacunación, ambos
candidatos plantean y apuestan por la vacunación de todos y todas las personas
mayores de 18 en este año; el profesor considera manejar algunas estrategias
preventivas y organizativas; Fujimori no lo toma en cuenta porque tiene un
enfoque vertical de la gestión pública.
En cierta forma hemos visto
propuestas y modelos de abajo hacia arriba por parte de Perú Libre; mientras
que Fuerza Popular, mantiene el estilo verticalista y asistencialista de arriba
hacia abajo, sin fortalecer la organización social ni la reconstrucción del
tejido social, totalmente diferente a lo que pregona Castillo.
El tema está en que nos
aproximamos por construir una nueva historia o continuamos con la misma
historia de los últimos 30 años. El Bicentenario nos debe llevar a mantener
este sistema injusto que venimos viviendo en estos 200 años o debemos comenzar
a construir un nuevo modelo de desarrollo para todos y todas. Ese es el gran
dilema para los peruanos.
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