miércoles, 9 de junio de 2010

ELECCIONES MUNICIPALES, PARTIDOS POLITICOS Y VIENTRE DE ALQUILER

Por: Percy J. Paredes Villarreal

Estamos a puertas de un nuevo proceso electoral municipal; donde decidiremos quienes serán nuestros representantes al Gobierno Local (termino superior al concepto de municipio, que muchos políticos, estudiosos y ciudadanos ven con un enfoque tradicional, de hacer plata, “perdón” de hacer política).

A la vez, en este proceso electoral, vemos y notamos de cómo los diversos sectores sociopolíticos, organizaciones y agrupaciones, están comenzando a trabajar con la finalidad de atraer a los mejores políticos, es decir aquellos que “roban pero hacen obras”, donde los temas ideológicos y programáticos han sido reemplazados por el de ser cercano al líder del partido, o en otros casos aquellos que aportan a la campaña nacional presidencial.

Y es que, en estos últimos tiempos, el proceso de descentralización que está viviendo el país, ha incrementado los recursos económicos a los gobiernos locales, a partir del canon y sobrecanon, pero no con el FONCOMUN; del mismo modo, se ha ingresado a un proceso de descentralización en las áreas de descentralización educativa y la salud, que dentro de poco tiempo estarán en manos de los gobiernos locales; del mismo modo, podemos hablar de la descentralización de los programas sociales.

Esta reforma del Estado, en todo momento esta buscando el empoderamiento y fortalecimiento institucional de los gobiernos locales; pero que lamentablemente, los candidatos al sillón municipal, no tienen una mirada clara de lo que viene sucediendo en nuestro país; por el contrario, tienen una mirada corta de lo que significa, actualmente, la gestión pública local, y solamente buscan el aprovechamiento individual de los recursos existentes en el subgobierno; ya que, muchos de los que se presentan en estas contiendas electorales son aprendices y/o quieren vivir de la política.

Por lo que, para ser candidato a la alcaldía, no se necesita tener conocimiento, ni tampoco formación profesional, mucho menos tener autoridad moral, o estar preparado y/o capacitado; lo que, se necesita es tener habilidad, labia y saber jugar con los partidos, para que dentro de ellas puedan llegar al sillón municipal y convertirse en los poderosos del espacio territorial local. Ahora, ya se dejo de lado, ver al municipio como un trampolín para llegar a las divisiones superiores, es decir a la Política Nacional.

Y dentro de este aspecto, los partidos políticos tradicionales, buscan mantener esta concepción; ya que, tanto para los de derecha como de izquierda, no le interesa la militancia ni tampoco la identificación partidaria, mucho menos la cuestión moral; o en otros casos, la vida moral de los políticos que postulan al sillón municipal (tanto como Alcalde o Regidores). Lo que los interesa, es tener la posibilidad de ganar una alcaldía, para que esta se convierta en “caja chica” y financie la campaña electoral nacional, que será el próximo año. Para los políticos nacionales, no les interesa si anteriormente perteneció al partido y renunció para irse a otro partido, pero ahora retorna nuevamente siendo aceptado nuevamente en el partido, por ser autoridad local; y por lo tanto, puede servirnos y podemos utilizarlo o aprovecharlo para el próximo año electoral presidencial.

Mientras que por el lado de los candidatos municipales, buscan un partido que les permita dar la oportunidad de postular y ganar las elecciones; y luego, renunciar o tener una administración sin ningún tipo de interés o compromiso. Es decir, alquilar el partido para ganar un proceso electoral y luego renunciar a ella, hasta después de cuatro años, en que nuevamente toque las puertas del local partidario, para que nuevamente sea aceptado y vuelva a postular en las contiendas electorales.

Esto se relacionaría a lo que denominaríamos o le daríamos el termino de “Vientre de Alquiler”, donde el candidato solamente quiere el logotipo o el símbolo del partido, para postular y luego olvidarse que pertenece a un determinado partido político. Porque, sencillamente, no se hace labor política, ni tampoco se hace formación política, mucho menos se asume un compromiso ideológico y político, ni tampoco se capacita en formación ideológica y programática; sino, simplemente se les prepara para hacer mancha y bulla, y esperar que gane el candidato para ir a pedirle apoyo, porque estuvo apoyando en su campaña electoral.

El relativismo político en este proceso electoral municipal, es la que se viene implementando, en donde no se dan compromisos políticos, programáticos, ideológicos, entre el militante o candidato y el partido político. Sino, lo que le interesa al partido político, vigencia y apoyo a la campaña electoral nacional; y al líder tener el membrete y el símbolo, para postular y ganar las elecciones.

Además que los partidos políticos, en muchos de los casos están perdiendo su representatividad e institucionalidad; para imprimirle una visión pragmática de la política.

Este relativismo, va a permitir construir gobernabilidades democráticas muy débiles, que impiden un fortalecimiento de los partidos políticos, de la democracia y de la institucionalidad. Por el contrario, va a significar mantener un modelo de gestión local tradicional, sin perspectiva de desarrollo ni tampoco de participación ciudadana.

Mientras tanto, los sectores populares y pobres, comienzan a sacarle provecho a esta coyuntura electoral; para de esa manera, poder mejorar su comedor popular, su organización o en otros casos su situación familiar; ya que tienen que acudir al candidato para que lo apoyen con medicina, ollas o productos; y si no lo apoyan, sencillamente se recienten y acuden a otro candidato que le puede apoyar y tendrán su voto. Esto va a permitir sacarle provecho, porque después difícilmente podrán tener esa oportunidad cuando a los que lo han apoyado gana las elecciones, porque cambia de actitud, porque es gobernante.

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