A UN AÑO DEL BAGUAZO Y LA CONSTRUCCIÒN DE LA INTERCULTURALIDAD DESDE ABAJO
Por: Percy J. Paredes Villarreal
Ha pasado un año, de los sucesos acaecidos en la zona nororiental del País, donde un conflicto entre nativos con la Policía, con una perdida de vidas humanas de 34 personas, de las cuales 25 fueron policías y 9 nativos, y decenas de heridos, y un desaparecido. Este hecho lamentable se hubiese podido resolver sino hubiese existido una actitud autoritaria e impositiva de parte del Gobierno Central, que dispuso una medida y acción represiva contra aquellas personas que habían tomado la carretera Belaúnde Ferry, en esta zona, como señal de protesta contra los Decretos Supremos que buscaban quitarles sus bienes.
Posterior, a esta medida represiva, tanto los Ministros del Gabinete, que en aquel entonces estaba presidido por Yehude Simón, como los miembros de la Policía Nacional, se echaban la culpa y a la vez, responsabilizaban a los nativos de haber cometido esta barbarie. Pero, los hechos demostraron que los nativos actuaron pacíficamente, y reaccionaron de esa manera debido a un accionar represivo por parte de la Policía, que solamente se encargaban de cumplir ordenes, provenientes del Ejecutivo.
Pasado esta masacre, tanto el Congreso como el Poder Judicial, se interesaron en hacer las investigaciones; buscando en todo momento responsabilizar a los ciudadanos de segunda categoría (apelativo que le puso el Presidente Alan García); donde, quedó demostrado que el síndrome del “Perro del Hortelano”, estuvo enmarcado en la creación de condiciones que permitiera invadir y expropiar terrenos que pertenecen a los propios, nativos desde muchos siglos atrás; desconociendo totalmente el Convenio Nº 169 de la OIT y de las Naciones Unidas, que declara textualmente, en uno de sus artículos realizar la consulta a los propios nativos si deciden entregar sus tierras o no; para ello, es política del Estado proteger tanto los espacios territoriales como la vigencia de las etnias y sus respectivas culturas.
Este Convenio, fue suscrito por Fujimori en el año de 1993; sigue vigente hasta la fecha. Y que, en estos últimos días el Congreso de la República a ratificado este Convenio; además de aprobar una Ley, mediante el cual solicita que se debe pedir la consulta respectiva a los propios nativos, siempre y cuando se quiera intervenir en sus espacios territoriales.
Han pasado cerca de un año, y de los acuerdos y los compromisos que se plantearon, posterior, a este suceso; donde se han creado mesas de trabajo, comisiones en el Parlamento, etc.; pareciera que las cosas siguen igual, sin ningún tipo de voluntad política en poder reivindicar a los nativos y revalorar su cultura, fortaleciendo su identidad y generando una inclusión social y cultural a este Estado – Nación, en que para ellos, le es indiferente.
Pero a la vez, tal como lo describe Augusto Alvarez Rodrich, “La traqgedia del 5 de Junio no es sino la culminación de una larga serie de conflictos y desencuentros, el mayor de las cuales radica en la falta de representatividad de la población indígena y en su dificultad para hacerse escuchar”
En estas últimas 5 décadas, las políticas interculturales, se han venido dando; en un primer momento en el aspecto educativo, a través de la Educación Intercultural, siendo el gobierno de Juan Velasco Alvarado, uno de los interesados en diseñar Políticas Públicas en el sector educativo, que permitió un logro importante y un gran avance en esta línea.
Posteriormente, el surgimiento de las organizaciones autónomas de Autodefensa, como fueron las Rondas Campesinas; permitieron avanzar en la creación de una Justicia Campesina, logrando generar una cultura de la reintegración de las personas a la sociedad campesina; y que, en sus inicios fue duramente criticado, pero que en estos últimos tiempos, el Poder Judicial los ha incorporado como la jurisprudencia dentro del espacio donde la presencia del Estado, y en particular el Poder Judicial, se encuentra ausente.
Y por último, el tema de la salud Intercultural, como un espacio importante, de incorporar a la salud oficial, las costumbres y tradiciones de los nativos en la atención a sus enfermos, haciendo uso de la medicina tradicional.
Mientras que en el aspecto político, el fortalecimiento de las Organizaciones Nativas, y su incorporación a la política local y nacional, para muchos partidos políticos tradicionales es una preocupación; ya que, ahora si podrían tener una representación o llegar a ser gobierno. Pero, por otro lado, los partidos políticos, han tomado en cuenta este sector que ha sido marginado y excluido dentro de los Planes de Gobiernos por mucho tiempo; y que ahora se han convertido en punto de agenda de la Política Nacional.
Por lo tanto, el tema del indigenismo, de los nativos o de los excluidos social, cultural y políticamente; en menos de un año está comenzando a tener una presencia importante; motivo por el cual, se estaría aceptando y reconociendo la existencia de que somos un país Multi y Pluricultural.
Ha tenido que suceder una tragedia social, para que recién comencemos a pensar y reflexionar sobre los otros; que nunca fueron aceptados como ciudadanos; y gracias al Dr. Alan García, por su actitud represiva, para que nos solidaricemos y nos tengamos que dar cuenta de la diversidad cultural existente en nuestro país.
A raíz de este hecho repudiable, estos ciudadanos aborígenes, vienen construyendo su desarrollo, revalorando y fortaleciendo su identidad cultural.
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