¿CAMBIO O CONTINUISMO?
Por: Percy J. Paredes Villarreal
El día lunes 19 de julio el
Jurado Nacional de Elecciones (JNE),
declaro como ganador al Profesor Pedro Castillo Terrones como nuevo
Presidente de la República; ganándole a
la candidata de Fuerza Popular, Keiko Fujimori por un margen de diferencia superior
a los 40 mil votos.
Han tenido que pasar más de 8
semanas, para que el JNE declare como ganador al candidato de Perú Libre, quien
propuso un cambio al modelo predominante; ya que, la candidata de la derecha
conjuntamente con sus aliados políticos, han tenido que obstaculizar los
resultados electorales para que el máximo organismo declare como ganador al profesor Pedro
Castillo. Para ello, empezó cuestionando
los resultados, interpuso una serie de denuncias judiciales y administrativas, realizó
manifestaciones políticas de rechazo al triunfo del candidato de izquierda, utilización
de los medios de comunicación en favor de la candidata, contra los
resultados; la finalidad ha sido impedir que los organismos electorales le den
como ganador.
Para ello Fujimori y la derecha
en su conjunto ha tenido que utilizar una serie de estrategias
comunicacionales políticas e
ideológicos, que ha quedado grabado en el inconsciente de la ciudadanía;
generando terror y miedo, respecto al
cambio estructural que necesita nuestro país.
Es la tercera vez, que la hija
del autócrata que nos gobernó durante la década de los noventa del siglo
pasado, ha participado como candidata a la Presidencia de la República sin
lograr su objetivo de ganar la contienda electoral. La causa de la derrota de la derecha, en este último proceso electoral, es no haber
reconocido que el modelo vigente de estos últimos 30 años, ameritaba cambios y
reformas profundas logrando su sostenibilidad, permitiendo generar inclusión y
visibilización social, económica y cultural.
A lo largo de estos últimos 30
años, el modelo ha llevado a una crisis no superficial sino estructural
generalizada en todos los aspectos.
Según los resultados de la
encuesta realizadas por Instituto de Estudios Peruanos (IEP), publicado el 23 de junio del presente año, posterior
al proceso electoral, una de las preguntas estaba referido a ¿Razones porque
votaron por Pedro Castillo?, los preguntados respondieron lo siguiente: a)
ofrecía un cambio, 51%, b) No quiere que el fujimorismo vuelva al Poder, 25%,
c) se preocupara por los que menos tienen, 14%, d) confían en él, 10%.
Mientras que la encuesta
realizado por IPSO, publicado en el diario El Comercio de fecha 27 de junio del
2021, ante la pregunta ¿Cuál o cuáles son las siguientes razones por la que votó
por Pedro Castillo?, los resultados fueron: a) Porque representaba el cambio
que el país necesita, 43%, b) Para evitar que el fujimorismo llegue al Poder,
27%, c) Porque entiende mejor a la mayoría de la población, 24%, d) Por ser la
mejor opción para impulsar el desarrollo del País, 18%, e) Por que tenía
mejores propuestas, 15%, f) Por que tenía mejor Equipo Técnico, 8%, g) Entre
las dos opciones me pareció la persona más preparada para el cargo, 7%, i)
otros, 5%, j) Ninguno/ No precisa 5%.
Analizando los resultados de las
dos encuestas realizadas tanto por el IEP e IPSOS, la mayoría de entrevistados quiere
un cambio para nuestro país; y en segundo lugar está el voto antifujimorista.
Esto refleja que se necesita un cambio no tan solo del fujimorismo también es
del modelo neoliberal.
La interrogante está en ¿de qué
manera se debe dar ese cambio?, las opciones serían: a) radical o b) mediante un proceso. Para ello,
debemos comenzar a analizar que durante los 200 años independencia de nuestro
país, cada cierto tiempo ha sufrido diversos cambios, muchos de ellos han
pasado por la interrupción de la democracia mediante los golpes de Estado y su
respectiva elaboración de Constitución Política.
Del mismo modo, la mayoría de
estos cambios han sido de carácter exógenos, es decir han sido impuestos por
países y/o Organismos Financieros Internacionales, que presionaban y exigían la
implementación de un nuevo modelo de desarrollo.
Estas dos variables, la
implementación de los modelos productos
de gobiernos dictatoriales y no de gobiernos democráticos; y mayoritariamente
la ejecución del cambio han sido modelos importados. Que en muchos de los
casos, hemos vivido momentos de crecimiento y no desarrollo, ni tampoco ha beneficiado a toda la ciudadanía, ni a las
familias que viven en situación de pobreza; a la vez ha generado disparidades
territoriales de desarrollo. Esto nos debe hacer reflexionar y analizar a
profundidad el proceso que se avecina.
Castillo asume el nuevo Gobierno
del Bicentenario, teniendo al Legislativo en su contra ya que no contara con
mayoría relativa ni absoluta para poder implementar algunas de sus propuestas
políticas como el Cambio de Constitución Política; ya que, tendrá a una derecha
vigilante que no le va a dar tregua, buscará en todo momento aprovecharse de
los errores que cometa para liquidarlo y tumbarlo. Además, Tendrá a los líderes
caudillos de la derecha que seguirán vigentes y estarán expectantes de las
decisiones que tome para salir a la calle a expresarse ante cualquier decisión
contraria a sus intereses. Tendrá a los medios de comunicación (escrito, radial
y televisivo) que son mayoritarios y defienden el modelo vigente, vigilante de
las decisiones que tome y si van en contra de sus intereses y de su supuesta Libertad de Expresión, comenzarán a
cuestionarlo. Y por último habrá a una ciudadanía que no le dará tregua y le
exigirá una serie de reivindicaciones.
Mientras que por el lado de la
izquierda, sector que apoyado y aportado al triunfo de Castillo, sigue siendo
débil, sin organización, desarticulado y dividido, que difícilmente podrá colocarse a la
vanguardia de la lucha por reformas que necesita el país. Además de la poca
presencia de cuadros técnicos y políticos que lo lleven a posicionarse y
liderar desde el Estado cambios importantísimos al estilo de gestión pública de
carácter verticalista, antidemocrática, y autoritaria que viene imperando
durante estas tres últimas décadas.
La crisis de los partidos
políticos en esta era neoliberal, no tan solo afectó a la derecha también fue
con la izquierda occidentalizada, verticalista, centralista y pituquita. Ahora
surge un gran debate dentro del partido de gobierno donde se trata de dividir
entre los que quieren que gobierne Castillo con sus aliados que lo llevaron al
triunfo o los que quieren que el partido político sea el encargado de dirigir y
conducir el proceso de cambio. Mientras que los primeros plantean irse más al
centro, los del partido plantean tomar medidas radicales.
En América Latina se tiene muchas
experiencias de gobiernos de izquierda como ha sucedido en Bolivia, Ecuador,
Uruguay, Cuba, Venezuela, chile, que en todo momento han actuado dentro de los
dos escenarios, algunos de ellos han tenido resultados exitosos, como otros han
sido catastróficos. Una de estas diferencias es que la mayoría de los gobiernos
de izquierda en los otros países han ganado las elecciones con una gran mayoría
de votos, han tenido el parlamento a su favor para realizar las reformas
respectivas; totalmente diferentes al Perú, que no es así ya que el triunfo de
Castillo ha sido muy ajustado.
Todo parece indicar que la
aceptación de la derrota por parte de la derecha, es algo relativa en la medida
que te acepta haber perdido; pero te pone como condición para que gobiernes
tranquilamente, no tocar nada del modelo, ni cambiar la Constitución Política, mucho
menos el modelo económico. Es decir “Me
ganaste pero no tienes que realizar cambios estructurales, ni tampoco tienes
que modificar nada, además yo te voy a dar los técnicos para que conduzcan tu
gobierno”.
En estos momentos de coyuntura
que estamos viviendo como: la pandemia, la crisis sanitaria, la crisis
educativa, la crisis económica, el desempleo que en estos momentos se ha
incrementado, son necesidad urgente que
deben ser resueltos en lo inmediato. Dentro de este contexto en que nos
encontramos, cuál será la decisión de Castillo, trabajar por una Nueva
Constitución Política y realizar reformas estructurales o resolver los
principales problemas que se tiene en estos momentos y necesitan respuestas
urgentes. O se tirará atrás como lo hizo Ollanta Humala, traicionando a todo
ese sector que quiere un cambio en el país. Estas y muchas especulaciones e
incertidumbre habrá en estos días previos a la juramentación como nuevo
Presidente de la República, esperemos el discurso presidencial para saber por
qué camino se dirige el nuevo gobierno.
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